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Llegué a la plaza y aparqué cerca, había pocas personas ya que esa plaza estaba algo alejada del centro de la ciudad y encima tenía un  deterioro considerable. No me fue difícil encontrar a Mika, sentado en la orilla del lago lanzando piedras como un niño frustrado.

Me acerqué y me senté a su lado con cuidado, no quería asustarlo y que cayese al lago, podía coger al menos 30 infecciones diferentes ahí. Él me miró serio y yo puse una mano en su brazo.

-¿Quieres hablar?

-Deberíamos. -Dijo serio.

- ¿Qué pasa? -Pregunté algo asustada.

-Creo que deberíamos dejar de vernos. -Fruncí el ceño confundida. -No somos compatibles Sara.

-¿Pero qué dices? -Pregunté- Creo que somos bastante compatibles.

-Lo dudo. -Se levantó. -Lamento decirte que tenían razón, solo te quería para que me sacaras de la cárcel.

-Vale deja ya la broma. -Me reí. -He picado, venga vamos a comer algo. 

Le cogí del brazo para tirar de él pero no se movió, lo volví a intentar y me sujetó la muñeca, apartándome de su brazo y mirándome fijamente, su mirada era tan fría como el hielo y yo me estremecí.

-Esto no es una puta broma Sara, quiero que dejemos de vernos.

-No es verdad. -Dije furiosa. -Tú sientes algo por mí, hemos follado.

-Daños colaterales. -Dijo encogiéndose de hombros sin siquiera mostrar algo de arrepentimiento o mentira en su voz. Me mordí el labio, porque estaba a punto de llorar y me negaba, no por él. -¿Te dije que te quería alguna vez? -Nunca me lo había dicho, ni yo a él, porque llevábamos poco tiempo conociéndonos. -¿Acaso quise formalizar la relación?

Las lágrimas amenazaban por salir, clavé la mirada en el suelo tratando de no pensar mucho en lo que acababa de decir porque si no lloraría delante suya, cosa que no me apetecía.

-No lo he hecho porque no quiero tener algo serio contigo, estás bien para un rato pero no para más de sexo casual. -Le miré con rabia y de un momento  a otro mi mano impactó contra su mejilla, causando que él volviera la cara y que mis lágrimas saliesen del tirón.

-Me, me, me llevaste a conocer a tu jodida familia Mika. -Dije con furia. -Me dijiste que era importante para ti. -Le pegué un puñetazo en el pecho, pero él ni se inmutó. -Joder Mika no puedes hacerme esto. Dime, ¿QUE COÑO HAGO PARA QUE CAMBIES DE OPINIÓN?

-No puedes hacer nada, es mi puta decisión¿entiendes? -Dijo acercándose a mí.

-Eres una mierda de persona Mika. -Dije dispuesta a irme. Hasta que le escuché gritar.

-¿Por qué crees que no dije que eras mi novia? -Gritó. -Porque solo jugué contigo, igual que en la cárcel jugué contigo y te engatusé, solo quería ver hasta donde llegaba tu profesionalidad, qué tan buena eres, si eras capaz de ser tan fría como para ver que solo jugaba contigo pero no. Por lo que veo, no eras tan buena como decías.

Le di con las manos en el pecho de nuevo, una y otra vez mientras lloraba y él ni se inmutaba, se mostraba tan frío y distante como cuando no hablaba.

-Eres un capullo. Soy la mejor en mi trabajo y estoy segura de que no mentías. -Dije mirándole a los ojos. -Ni siquiera eres capaz de mirarme.

Me agarró las muñecas con una mano y con la otra me obligó a mirarle, secando mis lágrimas.

-No me odies por esto.

-No te odio. -Dije secando mis lágrimas yo misma. -Me has decepcionado de la peor manera. Avisaré a Ginny de que estás bien.

-¿Hablaste con Ginny?

-Pues claro, estaba asustada.¿Sabes qué? Vete a la mierda Hastings.

-Sara... Podemos ser amigos. -Dijo extendiendo su mano, yo le miré llena de rabia.

-Lo último que quiero es ser tu amiga.

Salí corriendo de allí, ignorando las múltiples llamadas de Mika y le mandé un mensaje a Ginny para avisar que había encontrado a Mika y que estaba bien.

Llegué al coche y me encerré, pegándole al volante.

-JODER. -Grité.

¿Qué había hecho mal?

Me puse a revisar mentalmente cada momento, cada maldito y jodido segundo a su lado para ver si había fallado en algo, para ver qué mierdas había hecho mal para que Mika dijese eso.

No conseguía encontrarle explicación.

Y sabía que él no mentía, era la mejor en mi trabajo y sabía que no mentía cuando me miraba, porque nunca me había dicho que me quería pero sus ojos no mentían.

Respiré hondo y tras mucho pensar y llorar encontré la manera de sacar información sobre el tema. Ashton era la clave para ello.

Cárcel Sirvey (Cs1)Where stories live. Discover now