3.

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Me desperté envuelta en unos brazos que había echado mucho de menos, tras zafarme de su agarre me metí en la ducha y me puse ropa arreglada, recogí mi largo pelo en una trenza y me maquillé ligeramente. Al volver no pude evitar sonreír ante la preciosa imagen que estaba viendo, Ash estaba sentado en la cama, con las sábanas tapando solo hasta su cintura y dejando a la vista sus trabajados abdominales, se encontraba mirando totalmente concentrado un libro.

-Buenos días, bichito. - Dije acercándome a besarle.

-Buenos días, preciosa. -Murmuró cerca de mis labios. - ¿Te llevo al trabajo?

-La verdad me vendría muy bien. - Tiró de mí y me puso encima suya. - Amor, en nada nos tenemos que ir.

-Vamos, nos da tiempo. - Dijo haciendo un mohín.

-No Ash, vístete por favor. - Refunfuñó un poco y se levantó, se puso unos pantalones y una camiseta y  se metió en el baño por 5 minutos, yo cogí una manzana; la cual me quitó para darle un mordisco. - Ey! Mi manzana, tonto.

-Soy tu novio, lo tuyo es mío.

Cogí todo lo necesario y salimos del apartamento, nos montamos en su coche y él puso la radio. El trayecto pasó en silencio, pero no era un silencio incómodo, íbamos escuchando música mientras él conducía con una mano en mi muslo. Al llegar le di un beso y entré en la cárcel, saludé a Violet y me paré enfrente de la puerta de Mika, usé mi huella dactilar para entrar y me senté en la silla, estaba exactamente como él día anterior.

-Hola Mika, he llegado a la conclusión de que, como no vas a hablar, tendré que hablar yo el doble por los dos. - Intenté esperar a que me suplicase no hacerlo pero eso nunca llegó así que proseguí. - Bien, me llamo Sara, tengo 25 años y no te voy a mentir, soy analista de conducta. La verdad cuando me mandaron aquí tenía miedo, sobre todo porque nunca he estado a solas con un preso, y menos sin vigilancia. Pensé que iba a morirme aquí mismo, que me ibas a estrangular y a dejar muerta aquí en medio pero poco a poco esos miedos fueron pasando a incomodidad, es la cruda realidad. No me hablas y yo no sé por qué, pero realmente me gustaría que lo hicieses.

Si no lo notase respirar, creería que está muerto, no hace nada por demostrar que no está en estado de trance; si es que no lo está. Cómo no sé que más contarle, miro mi reloj, han pasado 30 minutos, 45 y podré irme a mi casa con Ashton, igual si le cuento sobre mi vida se aburre y al menos me grita que me calle, así no puedo hacer ningún perfil.

-Te contaré una historia, iba sobre una niña que nació hace unos años cerca de aquí, su niñez fue muy buena, no tuvo traumas infantiles ni malas experiencias. Cuando tenía 6 años la cambiaron de colegio, ella se sentía feliz porque pensaba que haría nuevos amigos pero no fue así, los chicos le decían de todo y las chicas eran incluso más crueles si se podía. Esa pequeña niña que solo quería hacer amigos terminó viendo que el mundo era una mierda, y que las personas podían ser muy crueles. Se metió en una burbuja y dejó de hablar con la gente, sus padres muy preocupados al cambiar al instituto la metieron en otro lugar, allí hizo un par de amigas pero empezó a ser la gorda idiota, nunca entendió que había hecho mal en la vida y se puso extremadamente triste, al tiempo comenzó a obsesionarse con su cuerpo. En vez de hacer 5 comidas diarias ella hacía 2 y muy ligeras, las otras 3 las vomitaba, consiguió el cuerpo perfecto y con ello una salud jodidamente horrible, para cuando entró en la universidad conoció a un chico muy majo, se hicieron muy amigos y le ayudó con su problema, a su vez conoció a otro chico; amigo del anterior. Iniciaron una relación preciosa al cabo de un tiempo y ella se dio cuenta de que no debía cambiar para agradar, ya que de esta manera ella no sería quien de verdad quería.

Miré mi reloj, me quedaban 2 minutos así que me levanté.

-Si te parece, mañana puedo seguir contándote un poco de la historia. -No dijo nada pero yo me sentí satisfecha, salí de aquel lugar feliz de haberle contado a alguien todo lo que realmente había pasado en mis primeros 20 años de vida, aunque hubiese sido de una manera un poco rápida.

Salí de aquel recinto lo más rápido que pude pero saludando antes a Violet, me monté en el coche de Ash y le saludé.

- ¿A dónde te apetece ir?

-No sé, ¿Vamos al cine? -Dije agarrando su mano, él asintió sonriente y arrancó el coche.

- ¿Qué tal te ha ido con Mika?

- ¿Ya te sabes su nombre? -Dije riendo.

-Sonó mucho cuando lo pillaron, pobre chaval. -Dijo encogiéndose de hombros. - ¿Qué peli te apetece?

-Pues la romántica que han sacado nueva. - Él rodó los ojos y aparcó en el centro comercial, que estaba muy cerca de la cárcel.

-Todo sea por la princesita. - Salimos del coche directos al centro comercial y entramos.

Cárcel Sirvey (Cs1)Where stories live. Discover now