- Que invitada más... Acorde con la situación -Dice el hombre en un tono serio pero informal.

Scarlett está sentada en su regazo, el vestido se lo ha subido más de la cuenta dejando ver un diminuto cuchillo de entre su ropa interior. James mantiene una mano cerca de su muslo pero la aparta al darse cuenta de dónde he mirado, sigue fumando con gracia y peina algunos tubos de la melena rubia de su acompañante.

- Ustedes dos -Nos señala a ambas-. Os parecéis mucho.

- Créame -Espeta Scarlett-. No tenemos nada que ver.

- Oh querida, ya me he dado cuenta -Ronronea-. La vestimenta dice mucho de una persona.

Podría jurar ver las mejillas de ella sonrojarse, guardar silencio era su mejor opción y la mirada asesina de Zayn le alentó a hacerlo. Me puse rígida, algo tensa para mi comodidad, Joet que solo nos escolta como un guardia más de nuestra parte está frente a mí mandando ánimos entre cortas sonrisas apenas visibles pero está atento a cada movimiento del hombre que tiene unos papeles delante, nuestro contrato, lo toca, lo observa y lo deja donde está.

- ¿Cómo se yo que sois mi mejor artillería? Me han visitado grandes grupos de mafias, militares incluso, Zayn Malik es un gran nombre en esta ciudad pero... ¿Es el mejor?

- Le sorprendería conocer qué grandes cosas hemos logrado -Informa este orgulloso de su trabajo-. Cosas que otros no han podido.

- ¿Quién es ella? -Me señala con el meñique mientras sujeta el puro con sus otros dedos-. Está muy callada pero sus ojos me están gritando algo, algo prodigioso.

- Atenea Coeh -Me presento con una leve sonrisa-. A su servicio.

- Veo que está mejor educada que esta niña que me habéis traído para distraerme -Dice calmado quitándose de encima con un gesto de manos a la rubia. Los guardias la sujetan por ambos brazos apartándola bruscamente, ella se queja entre gritos pero Zayn vuelve a mandarla a callar esta vez con una advertencia verbal-. Ven aquí, Atenea.

Me acerco sin titubear, no me siento sobre él como estaba Scarlett, él se levanta a mi altura aunque es algo más alto y se reclina para poder mirarme a los ojos. Veo cómo su iris viaja por cada facción de mi cara, su mano limpia toca mis mejillas, mi mandíbula, mis labios, la barbilla, etc. El ambiente se ha vuelto cargado y pesado entre los presentes que no gesticulan y observan la escena frente a ellos.

- ¿Qué es lo que me puede ofrecer alguien tan... peculiar?

- Podría demostrárselo -Insisto sin mostrar el menor ápice de sentimiento-. Si usted quiere.

Chasca los dedos a mi lado, un guardia intenta acercarse a mí para tomarme de los brazos como ha hecho anteriormente con Scarlett, levanto levemente mi pierna derecha y saco la daga escondida para posicionarla en la garganta de este que ya está detrás de mí. Retrocede unos pasos antes de que la punta pueda clavarse. Otro ha reaccionado de mala manera lanzándose abruptamente, me aparto sacando de mi tacón una navaja multiusos, con la punta del zapato le hinco la rodilla y consigo rodearle con el brazo apunto de asfixiarle y amenazarle con la navaja en las carnes blandas. Escucho unos aplausos lentos, pausados, Scarlett consigue forzar y librarse del agarre de otros guardias para sentarse junto a su hermano, en mi anterior asiento. James sonríe de oreja a oreja, parece incluso más guapo que antes y las arrugas de su cara se estiran con entusiasmo.

- Me has convencido -Se inclina frente a los papeles, firma en tres folios diferentes y se los entrega a un sirviente que se encuentra cerca-. Quedaos un rato más, me interesa saber algunas cosas.

- Por supuesto -Dice Zayn por fin-. Ya ha visto que Atenea es nuestro gran arma.

- Ha conseguido debilitar a dos de mis mejores hombres, no me cabe duda de que ha superado la prueba.

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