Décimo. Torpedear.

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Desde la última charla que Loki y Tony habían tenido las cosas comenzaron a ser un poco diferentes en la bizarra y poco probable relación que ambos tenían. Todos los días eran como un juego, el gato tratando de convencer al ratón de que no va a comerlo incluso si ya lo hubiera intentado antes; ganarse la confianza de Loki estaba siendo una tarea bastante complicada para Tony, después de comprender y determinar por sus propias deducciones que lo que Loki decía era verdad, Tony sintió como el odio que le tenía disminuía cada día que pasaba junto a él, las cosas eran simples, Tony debía trabajar con las piezas que tenía disponibles y después hacer encajar las que fueran llegando. Si Loki tenía puesto el anillo significaba que debía obedecer a Tony sin importar su voluntad, sólo obedecer, entonces, cuando Tony le ordenó no mentir, el anillo le prohibía a Loki mentir y si lo intentaba el anillo lo hubiera castigado en ese momento, partiendo de ahí, Tony entendió que no había manera en que Loki lo hubiera engañado cuando le confesó lo que en verdad había sucedido.

Loki seguía desconfiando de Tony, las cosas que le había hecho la primer noche que pasó en la torre no podía olvidarlas así como así, también las cosas tan horrorosas que había pasado con la visita del enemigo de su amo... no cualquiera podía reponerse de algo como eso de manera tan fácil, Loki no tuvo la oportunidad de llorar o sufrir al respecto, tampoco tuvo a nadie para consolarlo, el anillo le impedía demostrar sentimientos o querer expresarlos, lo único que Loki tenía para poder calmar un poco su dolor era la noche, ese momento de su vida en dónde ahora podía descansar mejor, sin el temor constante a despertar atado de pies y manos o de despertar por el dolor de ser abusado, no ahora podía descansar un poco más tranquilo, ese era el momento perfecto para poder platicar consigo mismo, dividir su cabeza en dos y crear dos Lokis dentro suyo, era como dividir el alma del cuerpo, la única manera en que el dios podía mantener una conversación con alguien era si la mantenía consigo mismo, preguntándose y respondiéndose dentro de su cabeza.

Todo era más normal y no tan forzado como lo era a la llegada del Dios a la torre, Tony había disminuido las tareas de Loki y le había obsequiado bastante ropa, se podría decir lo que fuera de él, pero no que era uno de esos millonarios avaros, eso jamás. Loki ahora gozaba de privilegios que no había tenido la oportunidad de tener desde que el anillo fue puesto en su dedo, tenía una cama limpia, 3 comidas al día, horarios de trabajo adecuados y un trato digno; la mayor parte del tiempo la pasaban en el taller, Tony quería comprender qué era lo que hacía a los dioses diferentes a los humanos, y Loki no tenía la oportunidad de negarse a la investigación.

- ¿Podrías descubrir tu pecho y recostarse en aquella mesa? - Tony era amable cuando quería pedirle algo a Loki y este reaccionaba de la misma manera. -Sí, amo. En seguida amo. -

Tony conectaba cables al pecho del dios y después a una maquina que media diferentes cosas, después anotaba en un cuaderno y le pedía a Jarvis que hiciera analogías y anotaciones. Ese era todo su día o la gran parte de él, todos los días Loki le recordaba a Tony sobre la reunión que iba a tener con los sujetos de la otra vez, Tony asentía y prestaba atención a las mediciones que estaba haciendo dejando el tema atrás. Después de pasar muchas horas en el taller, Loki subía hasta la cocina y preparaba algo de cenar, después Tony lo alcanzaba y ambos cenaban en silencio; en ocasiones Tony comenzaba a contarle historias sobre su vida a Loki, el dios tendría cientos más interesantes pero estaba limitado a escuchar con atención y hacer preguntas que agradaran a su amo, algunas veces por semana las conversaciones se volvían más personales para Tony, Loki ahí representaba alguien en quien confiar, poco a poco fue tomando un lugar más alejado de empleado y más cercano a amigo, Tony no lo notaba aún pero sus sentimientos comenzaban a confundirse nuevamente. Loki no tenía alguna otra opción más que ser todo lo que Tony esperaba que fuera, escucharlo atentamente y decirle las cosas que le gustarían oír, en ocasiones sí quería escuchar a Tony, la repetición se convirtió en rutina y la rutina en seguridad, escuchar a Tony hablar era como un tónico relajante para sus nervios y sus sentidos siempre alerta por el peligro, la voz de Tony se convirtió para Loki como un sinónimo de seguridad, mientras que para Tony la presencia de Loki se convirtió en un motivo para despertar todos los días, sabía que había alguien esperándolo y dispuesto a escucharlo y a participar en sus actividades.

Cierto día, todo transcurría con normalidad, Tony y Loki estaban en el taller, como siempre, había días en que los experimentos de Tony se tornaban un poco incómodos y comprometedores para Loki, tenía que quitarse la ropa hasta quedar en ropa interior y permanecer así por varias horas, Tony no le hacía tocamientos inapropiados o lo incomodaba de alguna manera, se limitaba a conectar cables con ventosas y en lo máximo que podía llegar a hacer era golpearlo un poco para ver la respuesta de sus tejidos; mientras ellos estaban entretenidos en los experimentos, un soldado de más de 100 años de antigüedad estaba de pie frente al ascensor de la torre, habían pasado varios años desde que él y Tony se habían visto, y eso no fue en las mejores condiciones, así que no tenía grandes esperanzas de que algo bueno pasara ahora, pero no iba a dejar que el miedo lo paralizara de nuevo, presionó el botón y las puertas del ascensor se abrieron frente a él; mientras en el taller de Tony, él y Loki estaban a la mitad de algo que necesitaba su mayor precisión y calma, Tony iba a transferir un poco de la sangre del dios hacía él, tenía la esperanza de que si inyectaba un poco de sangre de dios en la parte de su corazón que estaba expuesta al reactor iba a poder obtener algún tipo de beneficio. Una vez extraída una cantidad moderada de sangre del brazo del dios, el mismo Loki era quien iba a ser el encargado de inyectarla en el pecho del mortal, no había nadie más en quien Tony confiara para hacer esta tarea, Loki debía serle fiel incluso si él no lo quería, además el dios no querría perder todos los beneficios que tenía con Tony, así que, el mortal se recostó en una cama y dejó que el dios se acercara con una enorme aguja llena de sangre, todo iba perfecto, pero cuando la aguja estuvo a unos milímetros de entrar en el orificio del reactor, un golpe hizo que Loki fuera arrojado unos metros lejos de ahí dejando caer la jeringa al suelo y rompiéndose, así derramando toda la sangre recolectada, en dos segundos Tony tenía su armadura puesta y voló hasta donde Loki había caído, se paró frente a él en modo de defensa y levanto sus manos dispuesto a disparar a lo que sea que estuviera atacándolos, pero, miró al suelo dónde estaba el dios y bajó sus brazos, el escudo del capitán era lo que había golpeado al Dios, Tony levantó la vista hasta la puerta y ahí estaba el hombre que le había roto el corazón sin piedad alguna, después de todo lo que le había hecho, el capitán américa tenía el descaro de pararse en su torre y golpear a su invitado, las cosas estaban a punto de ponerse feas a partir de ahora.

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Espero leer sus impresiones sobre esto. salu2.

Mi Propiedad [IronFrost]Where stories live. Discover now