Capítulo 11: Determinación

7.9K 505 522
                                    

''El verdadero viaje de descubrimiento consiste en no buscar nuevos paisajes, si no en mirar con nuevos ojos''

Marcel Proust

Athanasia dejó escapar un fuerte suspiro cuando firmó el último documento. Tomó cuidadosamente la muñeca de su mano derecha entre los dedos de la izquierda y masajeó el apéndice adolorido.

Solo han pasado algunos días desde que obtuvo el mando y ella ya estaba completamente agotada por la cantidad exorbitante de trabajo, a la que fue sometida. A pesar de haber estado revisando y firmando documentos sin parar, la pila de papeles en su escritorio no disminuía, por el contrario, parecía aumentar.

Inevitablemente, tuvo que dar silenciosos elogios al emperador por desempeñar satisfactoriamente su puesto por tantos años y no haber muerto en el intento.

Pero... si es honesta, no fue tan malo como había imaginado.

Hace cinco días, en la reunión del consejo, que la primera princesa Athanasia de Alger Obelia tomara el rol de emperatriz temporal, fue una decisión esencialmente, unánime. Todos a excepción del Duque Alpheus y dos condes de renombre quienes eran fuertes partidarios de Jennette, apoyaron favorablemente su toma de poder. Los nobles estaban tan desesperados en que surgiera un nuevo mandatario y asumiera el cargo de emperador, que ni siquiera tomaron realmente en cuenta la reputación que Athanasia arrastraba consigo; Mas bien, algunos estaban más preocupados de que ella realmente fuera o no de ayuda.

No obstante, la que convenció a todos, sorpresivamente, fue la misma Jennette, expresando abiertamente que tanto ella como su hermana habían recibido la misma rigurosa educación, y Athanasia como primera princesa, podía asumir la autoridad en su lugar, desligándose completamente de sus deberes reales y pasándole todas sus tareas a su hermana. Para molestia y consternación del duque Alpheus, todos tomaron sus palabras y Athanasia inmediatamente ejerció el papel de regente temporal.

Por fortuna, y para sorpresa de muchos, Athanasia interpretó adecuadamente su rol de emperatriz. Por primera vez, hizo uso de todos los conocimientos adquiridos en sus años de vida, tomando decisiones premeditadas y precisas, llenando idóneamente el vacío ausente de Claude. Los funcionarios y senadores estaban terriblemente aliviados de su dedicación e impresionados por su alto nivel académico.

Para Athanasia, fue una experiencia inesperada, agotadora pero gratificante. Ella jamás imaginó que podría liderar nada, o que podría ser realmente útil, hasta ahora. Sin embargo, aunque realizaba eficazmente sus deberes, en más de una ocasión, caía inesperadamente en declive gracias a la presión que rezumaba su cargo.

Era una suerte que no estaba completamente sola.

Cumpliendo con su palabra, desde la reunión con el consejo y los burócratas, Félix se había mantenido a su lado, ayudándola y guiándola en todo lo que no comprendía o estaba indecisa. Era eficaz y diligente en su puesto de consejero real. Mas rápido de lo que esperó, Athanasia empezó a sentirse completamente aliviada de tenerlo a su lado. El caballero fue tan atento con ella, que incluso nombró a otras cuatro asistentes para ayudarla, además de las que previamente estaban asignadas, cuando mostró los primeros signos de fatiga.

Todos eran de gran ayuda, pero solo hasta cierto punto. Al final, completar los acuerdos, firmarlos y plasmar el sello real en los documentos, era responsabilidad enteramente de ella.

Con el paso de los días, Athanasia comprendió los entresijos de gobernar en un imperio, familiarizándose rápidamente con el Gaze, los empleados y sus sistemas. Era la primera vez que los instintos humanos que forzaban la adaptabilidad, trabajaban en ella y estaba realmente agradecida por ello. Su rápido avance solo abrió sus ojos ante la verdad de este reinado.

¿Por qué la princesa le daba solo carne de comer al mago ancestral?Where stories live. Discover now