Capitulo 5: Transición

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"Porque es tocando fondo, aunque sea en la amargura y la degradación, donde uno llega a saber quién es, y donde entonces empieza a pisar firme."

José Luis Sampedro




...Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo, nuestro hombre interior se renueva de día en día. Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación...—como si fuera una melodía, las palabras fluyeron armónicamente de sus labios.

Contrario a la tranquilidad de los versos, Athanasia estaba inquieta.

En el jardín, sentados a la sombra de un gran árbol y bajo la atenta mirada de Lucas, ella leía algunos versículos de la biblia de Pykansia. Con anterioridad, había convencido al mago de practicar Arlantiano con ella, pero Lucas no tuvo ningún problema en que incluyera otro idioma a la sesión y Athanasia, no estaba dispuesta a perder esta oportunidad.

Tímidamente, lo miró por el rabillo del ojo. Los leves rayos del sol que traspasaban el frondoso árbol solo acentuaban más la belleza abrumadora y los hermosos rasgos del hombre.

Mientras la miraba atentamente, no había ningún sentimiento en particular en el rostro de Lucas más allá de la calma que comúnmente lo caracterizaba. 

Athanasia por otro lado, era una bola de nervios.

Su corazón daba un vuelco en su pecho cada vez que ambos cruzaban miradas por accidente.

Habían pasado dos días, pero ella no podía sacar de su mente los eventos ocurridos esa noche. Eran demasiado como para que ella pueda olvidarlo. Sus brazos rodeándola, el calor abrazador de su cuerpo, su aliento haciéndole cosquillas en el cuello. Sus ropas eran ligeras y ella podía sentir cada músculo rígido y sólidamente contorneado en su pecho.

Su voz ronca y atrayente llamando su nombre en suaves susurros envueltos en el manto oscuro de la noche, parecía querer privarla de su cordura.

''Oh dios'' Athanasia contuvo un chillido de vergüenza y mortificación, sus mejillas y orejas se tiñeron de un intenso tono rojo. Apretó con rudeza los bordes del libro en sus manos tratando de calmarse a sí misma.

En la superficie parecía algo que cualquier persona haría, consolar a un amigo y ayudarlo a calmar sus penas seguramente no era nada extraordinario, pero para Athanasia quien siempre estuvo sola, se sentía diferente.

Fue demasiado... ¿Personal? ¿Intimo? No estaba segura, todo este tiempo estuvo tratando desesperadamente de no pensar en ello, después de todo, ella no tenia de donde comparar ni cómo explicarlo.

Pero podía sentirlo, algo había cambiado, si no en ambos, al menos dentro de ella.

Además de Lily, nadie nunca tuvo la delicadeza de ofrecerle alguna clase de consuelo, era imposible no apreciar a Lucas un poco más por eso. Le había ayudado a aliviar su angustia con ternura, de igual forma mostrándole algo insólito que la llevó superar su malestar.

No obstante, también había ganado nuevos miedos, pensamientos y anhelos ajenos a ella, como el hecho de que deseaba ser abrazada nuevamente por él.

Sin darse cuenta, Athanasia que siempre se conformó con casi nada a nulas migajas de amor, probo un nuevo tipo de afecto.

Al igual que el vacío en el estómago, ella cargaba con un gran vacío en el alma y corazón, esas carencias fueron brevemente llenadas por Lucas aquella noche.

Ahora se sentía hambrienta por más.

Y estar allí hombro con hombro junto el principal medio para cumplir su deseo no ayudaba en lo absoluto.

¿Por qué la princesa le daba solo carne de comer al mago ancestral?Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang