¿Por qué la princesa le daba solo carne de comer al mago ancestral?

Capítulo 10: Claridad

"El tirano muere y su reino termina; el mártir muere y su reino comienza"

—Søren Kierkegaard

"La vida no es un problema que tiene que ser resuelto, sino una realidad que debe ser experimentada."

Los rayos dorados se posaron pacíficamente sobre la habitación, tocando cada superficie a su alcance mientras ella observaba la forma en que el hombre frente a ella se relajaba con una sola mano en su rodilla, en tanto la otra, sostenía entre sus largos y pálidos dedos una taza de té caliente.

Desde hace unos minutos, estaban completamente solos en la habitación. Querer hacer una revisión de su condición, sonaba como una excusa meramente plausible e ingeniosa para quedarse un tiempo a solas. Athanasia resopló al recordar como su niñera que era sumamente recelosa, sonrió amablemente al mago quien le devolvió el gesto con cortesía, y se excusó antes de salir por la puerta.

Con nerviosismo, se mordió el labio y robó otra rápida mirada al hombre, sus ojos captaron su rostro juvenil y sus delicados rasgos brillando por los reflejos de luz.

El uniforme verde y negro que indicaba su estatus como uno de los líderes de la torre de magos, se ajustaba perfectamente a su cuerpo. Sintió calor en sus mejillas y rápidamente desvió la mirada, había estado tratando de no mirar, pero con él tan cerca, fue inevitable. Anteriormente, ella había tocado vagamente su cuerpo por encima de sus exóticas y anchas túnicas percibiendo la sólida construcción bajo sus dedos, pero se sorprendió al ver que era mucho más musculoso de lo que había pensado.

Tratando de domesticar el salvaje sonrojo que amenazaba con extenderse por toda su cara, Athanasia desvió rápidamente el flujo de sus pensamientos.

En los deslumbrantes rayos de luz que ofrecía el atardecer, podía apreciar más gratamente la devastadora belleza de Lucas. Con un rostro sereno, sin irrumpir el silencio, sus ojos rojos recorrieron su cuerpo con facilidad y despreocupación, probablemente asegurándose de que estaba en condiciones aceptables.

El calor en sus mejillas se desvaneció lentamente al descubrir rastros de inquietud en aquellos orbes carmín. Seguramente, él debió haber estado muy preocupado por ella. Un dolor punzante atacó su corazón cuando imaginó la expresión de Lucas al regresar y verla tendida débilmente en su posible lecho de muerte. Sus ojos claros bajaron al suelo mientras una ola de culpa y frustración llenaba su pecho, al pensar como en sueños, imprudentemente ofreció su vida a Claude.

Athanasia estaba molesta consigo misma por haber sido una idiota. Desde el comienzo actuó como una cobarde, rindiéndose sin pelear y ofreciendo fácilmente el regalo tan precioso que su madre le había dado, sin detenerse siquiera un instante a pensar en quienes verdaderamente se preocupaban por su bienestar.

Con remordimiento, se negó a mirarlo.

La claridad del ocaso atravesó los cristales de la ventana tocando su piel pálida gentilmente. Observando este hecho insignificante, el toque cálido del sol lentamente ahogó los sentimientos de pesar que la acosaban, remplazándolos por una emoción sutil y conmovedora.

Fue estúpido, pero en ese instante, ella sintió la dicha de estar viva. Estaba tan agradecida de haber despertado y tener la oportunidad de ver el cielo, sentir la brisa, comer algo delicioso y estar más tiempo con las personas que apreciaba.

Silenciosamente, abrazando la nueva determinación que había forjado, hizo una promesa de cuidar más de sí misma.

Ahora entendía cuan preciada era, por eso, no podría soportar ver expresiones tristes en los rostros de Lucas y Lily gracias a su imprudencia.