Capítulo 4: En la oscuridad

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''Él no me dio flores o dulces.

Me dio el mar y las estrellas.

El infinito.

Jenny Han



Las mejillas de Athanasia estaban manchadas por todas sus lágrimas cuando se despertó. No había ruido a su alrededor y estaba oscuro. A pesar de la falta de luz, podía decir con seguridad que se encontraba en su habitación.

Seguramente es pasada la hora de la cena, razonó. Suspiró temblorosa mientras trataba de levantarse, estaba sedienta. Sus ojos probablemente hinchados por las lágrimas, dolían.

Cuando se apoyó en la palma de su mano para intentar incorporarse, se puso rígida al sentir algo diferente en lo que pensó eran sus sabanas. La textura de la rica seda le hacía cosquillas en los dedos, además, estaba cálido.

— ¿Estas despierta? —ella se estremeció al escuchar la voz profunda y ronca.

Sus ojos de joya distinguieron la figura de Lucas en la oscuridad. Ambos estaban tirados en el piso de su habitación. El pecho del mago había servido como almohada para ella. Sus brazos envueltos firmemente en su forma hicieron que las pálidas mejillas de Athanasia se tiñeran de rojo.

Contrariamente al frío de la noche, la cálida emoción que inundó su ser mientras sus ojos se cruzaban se extendió por todo su cuerpo y llenó su abdomen con una clara conciencia de su presencia.

Los ojos de Lucas analizaban minuciosamente su rostro. La mano que estaba dando suaves caricias a su espalda tocó su brazo. Athanasia sintió un agradable escalofrió recorrerla, mientras los dedos del mago se deslizaron distraídamente por su piel desnuda.

Con lentitud, los dedos continuaron el recorrido, por su hombro redondo, cuello delgado, hasta descansar su palma sobre su mejilla sonrojada.

Con su pulgar acarició ligeramente las esquinas de sus ojos y Athanasia dejo escapar un suspiro que inconscientemente había contenido.

—Dejaste de llorar —ella lo miró, absorta en sus iris rojos que destellaban en la oscuridad. Se sintió débil, los sentimientos que ha estado teniendo con respecto a él parecían intensificarse gracias a la cercanía. —Ellos no merecen tus lágrimas Athanasia —sus ojos se abrieron con sorpresa, su cuerpo temblando nuevamente, el recuerdo de lo sucedido en la fiesta de té regreso a ella. 

Si no estuviera tan deshidratada, habría derramado otra nueva oleada de gotas saladas.

—No llores, no quiero verte llorar —su corazón dio un vuelco al escuchar sus palabras, era la primera vez que él le hablaba en ese tono de voz tan sincero y suplicante. Mordió sus labios tratando de contener el llanto y la vergüenza.

En cualquier otro momento, ella se hubiera apartado de Lucas, le habría agradecido y fingido que todo estaba bien. Ella debía estar bien.

Pero hoy era diferente.

Estaba cansada, su cuerpo no tenía energía y el abrazo del mago era demasiado reconfortante.

Más allá de la torpeza y angustia, había un sentimiento conmovedor en la situación. Como si mientras estuviera con él, todo estará bien, nada podrá herirla o lastimarla, y ella quería al menos por esta noche hundirse en esas emociones desconocidas. Luego, pedirá disculpas por su deplorable comportamiento.

"Solo déjame estar así un poco más"

Athanasia hundió su rostro en el torso masculino otra vez, dejando que el calor del cuerpo ajeno derritiera sus preocupaciones.

¿Por qué la princesa le daba solo carne de comer al mago ancestral?Where stories live. Discover now