17. Diversión con alcohol

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Mini maratón 2/2

Mi mandíbula casi tocó el suelo al notar de qué eran las botellas.

—¿Whisky y Vodka? ¿Acaso estás demente? —protestó Nicholas, volviendo a tomar su lugar junto a mi—. Mañana es miércoles, Jared. Si el entrenador ve una pizca de resaca en nosotros pateará nuestros traseros.

—El entrenador Hotch siempre patea nuestros traseros, la resaca solo será una nueva excusa. Además...

—Además, por ahí dicen que lo que se hace una vez al año no hace daño —lo interrumpió Lucas, secundándolo—. A mi me parece una idea tan grandiosa como yo.

Rodé los ojos. Él no podía hacer un comentario en el que no se alabe a sí mismo.

—No creo que sea muy conveniente...

—Me uno al equipo de diversión con alcohol si el fin de semana alguien me ayuda a estudiar química —planteó Stella, hablando por primera vez.

—Creí que yo iba a ayudarte. —Fruncí el ceño.

—Eres malísima explicando, Alice —dijo Lucas, burlón.

—Y ustedes son malísimos amigos —me ofendí, haciéndolos reír.

Pobre Jesús. ¿Así se sintió cuando lo traicionaron?

—De la única química que tengo conocimiento es de la química en el amor —respondió Jared, divertido—, pero James puede ayudarte con la otra. Mi hermanito es un cerebrito. ¿A que sí, Jamie? —agregó, mirando con complicidad a su hermano.

Contuve la carcajada ante la cara de tragedia de Stella.

—Puedo hacerlo —afirmó James, mirando con interés a Stella, quien se removió en su lugar, pareciendo renuente a la idea.

Antes de que ella se negara, me adelanté a responder:

—Stella estaría encantada. Gracias, James. —Ignoré la mirada fulminante de la pelinegra.

—¡Maravilloso! —exclamó Jared—. Ya somos tres en el equipo de diversión con alcohol. ¿Qué dices tú hermanito?

—Me uno. —Se encogió de hombros.

Jared sonrió, triunfante.

—¿Tu qué dices, engendro malvado? —le preguntó a Hazel.

Ella lo miró mal, murmurando un «idiota» que todos escuchamos. Era divertido presenciar Jared y Hazel no podían estar en paz por más que minutos. Lucía cómo si les resultaba difícil no molestarse por la cosa más mínima siempre que tenían la oportunidad.

—Equipo diversión con alcohol —concedió—. El alcohol siempre es bienvenido a mi vida.

—¿Están seguros de que quieren beber algo así de fuerte un martes, chicos? Ustedes podrían...

—¿Ustedes? —cuestionó Lucas, interrumpiéndome—. Querrás decir: nosotros. Inclúyete, castaña torpe, también lo harás —aseguró, musitando un «Lo prometiste» antes de que protestara.

Me crucé de brazos, sintiéndome doblegada. El muy timador estaba usando en mi contra el que le haya prometido hacer lo que sea para hacerlo sentir mejor esta mañana.

—Bien —accedí.

Jared aplaudió, feliz.

—¿Nicki Tricki? —consultó.

—¿Cuál se supone que es la parte divertida de bebernos eso?

—Jugar mientras lo hacemos, por supuesto.

Un giro inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora