8. Los comentarios ya no son suficiente

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 ¡Por fin! ¡Un nuevo video! 

Se había tardado esta vez, ¿o acaso él estaba más desesperado de lo normal por saber los resultados?

Le encantó lo adorable que se veía Amelie, con toda la cara pintada de aquella forma tan caótica y divirtiéndose con la niña. Lo cierto, es que desde que se conocieron en la fiesta, había intentado devorar toda la información que pudo encontrar sobre ella, que por desgracia no era mucha realmente. 

Tal vez era mejor así, se conformaba al menos con sus videos y fotos.

También había leído su libro, pero eso fue mucho antes de conocerla. Le había encantado, tanto, que incluso intentó quedarse con el papel protagonista cuando se enteró de que harían una película de su historia. Desafortunadamente no había tenido suerte con eso, Steve Russell sería otro, aún no sabía quién, pero sí que no era él. 

Claro que, pese a todo ello, no se le había ocurrido buscar información sobre la autora, solo si tenía más cosas publicadas, pero nada de información personal. ¿Quién diría que se trataba de una encantadora joven pelirroja que se sentía atraída por él? ¿Quién se iba a imaginar que era la misma mujer que tanto llamó su atención en aquella fiesta? 

Su hermana Lily Rose diría que era cosa del universo, el destino o cualquier otra cosa así de mística. Nicholas nunca le había hecho mucho caso cuando hablaba de esos temas, pero tal vez en esta ocasión tuviera algo de razón. ¿Cuántas coincidencias pueden darse, para que dos personas que no se conocen realmente, se sientan automáticamente atraídas entre sí?

Daba igual, ya fuera el destino, la fortuna o simplemente la vida atendiendo sus asuntos, ellos por fin se estaban acercando. 

Amelie contaba en su video que el resultado de la encuesta era que sí, un grandísimo si, por lo tanto, saldrían juntos. Sería una cita inocente, por supuesto. De día, sólo para un café. No quería asustar a la chica o que se sintiera presionada de alguna forma debido a la situación, mucho menos que la prensa sacase algún partido de ese encuentro tan personal, del que desafortunadamente, ya comenzaban a hablar. 

Y, aun así, ella no se veía muy convencida de aceptar. Tal vez en realidad no quería verse con él.

Nicholas había pensado que, como aparentemente se trataba de una fan, ella no tendría problemas al momento de querer salir con él. Pero tal vez estaba equivocado. A lo mejor era verdad lo que comentaba en algunos de sus vídeos, le incomodaban las citas y todo lo que estas conllevaban. Debería escribirle un mensaje para tranquilizarla, podrían posponer su encuentro o incluso cancelarlo si eso la hacía sentir mejor. No era algo que a él le hiciese especial ilusión, pero tampoco era necesario que la chica lo pasara mal.

Pero cual fue su sorpresa, cuando al buscarla para escribirle un mensaje privado, se encontró precisamente con uno de ella. Se le escapó una risotada y tuvo que dejar el teléfono a un lado para que no se le callera de la emoción. 

¡Ella había dado el paso! ¡Le había mensajeado!

— Relájate Nick, céntrate. — Se dijo mientras entraba a leerlo. — Tal vez ella te escriba para decirte que no quiere saber nada de ti.

Bueno, al final no le pedía cancelar su café o algo de eso, pero tenía dudas al respecto. Era comprensible, todo se había ido dando de manera tan perfecta, inofensiva y rápida, que era normal pensar que podría ser una broma.

— De acuerdo hombre, sé simpático, tranquiliza a la chica y consigue la cita. ¡Tú puedes!

Lamentablemente era cien veces más sencillo pensarlo que hacerlo. 

Escribió, borró, luego volvió a hacerlo todo una vez más.

 Le parecía importante dejarle claro a Amelie que quería salir con ella, independientemente de cómo había empezado todo entre los dos; pero también necesitaba que comprendiera que estaba dispuesto a dejarlo pasar sin inconvenientes si ella se sentía incomoda u obligada. 

¿Me voy a Marte o me quedo contigo? [COMPLETA]Where stories live. Discover now