Capítulo 22

Beginne am Anfang
                                    

- Atenea, querida... ¿Para qué has venido?

- Ver como estaba tu pierna, tú vigilaste mi estado crítico hace un tiempo y te debo eso.

- Está bien, recuperándose, no llegaste muy lejos en la carne con esa bala y pudieron sacármela.

- ¿Has hablado con Zayn?

- Por ahora no ha querido verme, todo lo hace Zeta por mí, me ata, me da de comer, hasta me baña.

- Mejor eso que haber terminado entre rejas ¿No crees?

- ¿Lo dices tú? -Eleva un ceja.

Rodeo la silla tras ella quedándose sin visibilidad de mí, saco el cuchillo que siempre llevo bajo la ropa agarrado del pantalón y se lo coloco en el cuello, un simple gesto, un corte rápido y mucha sangre pero al menos terminará todo. Su voz se desvanecerá de mis recuerdos, su olor se pudrirá bajo tierra y seguramente nadie la eche de menos. Se queda muy quieta esperando que diga algo, me mantengo dentro de mis pensamientos, traga duro e incluso siento que tiembla bajo el agarre pero tampoco muestra nada para alarmarme.

- ¿Qué sucedería si ahora mismo finalizo tu paso por la tierra? -Se la respuesta, se que no la quiero oír, se que es la pescadilla que se muerde la cola, no llegaré a nada. La soltaré y me iré sin resultado alguno.

- ¿Lo haces por Harry? -Presiono el arma en su garganta para que sienta la fría cuchilla-. No pasará nada, posiblemente Zayn se enfade pero no creo que mande a nadie a por ti, al final del día soy una carga para él y muy poco útil. Pero Harry... ¿Has hablado con él? Quizás él te de otra respuesta, más dulce pero menos de tu agrado.

Tira la piedra y esconde la mano, su juego favorito. ¿Qué más oculta Harry? Me aparto rápida y por fin mis pies reaccionan a que es hora de irse, trabajar de verdad. Guardo el cuchillo dedicándole una mirada matadora, me sonríe como una víbora y se despide cuando abro la puerta. Suspiro apoyada en la pared, por el rabillo del ojo examino a los hombres que ahora dirigen sus miradas atentas y preocupadas hacia mí, luego de soltar aire y respirar con normalidad acelero el paso hasta el ascensor, sin despedirme desaparezco.

¿Por qué Scarlett tiene tan seguro que Harry dirá algo contradictorio? ¿Sería capaz de ponerse del lado de ella? ¿La protegería? No, hay límites. Límites entre ser un cerdo despiadado a un masoquista imbécil. Conduzco tan rápido que la calle es una visión borrosa cuando llego al almacén de entrenamiento, en el saco de boxeo está Joet pegando con fuerza, pateando y esquivando golpes invisibles, alza una mano cuando paso frente a él. En el ring está Locke y Tridiam calentando, un par de puñetazos al aire, unos golpes bajos y empiezan a devorarse cuerpo a cuerpo. En las pesas hay varios chicos, unos con carga, otros estirando, algunos levantan pesos inhumanos frente al espejo y después la zona de tiro, solo hay una persona ahí: Harry.

Las pistolas son inofensivas preparadas para que si hay alguna pelea a ningún pirado se le ocurra terminar matando a su compañero en caliente. Se expulsa aire y con él un diminuto dardo que no se ancla a la pared, solo deja marca en las zonas escritas de dificultad de tiro. Me coloco a su lado, agarro la más pesada hacia la izquierda y apunto al mismo diminuto círculo que él. No le ha dado ni una sola vez, muy cerca pero no.

Cierro un ojo para centrar la vista, pongo mi peso en un pie y aprieto mis manos contra el arma equilibrando el impulso cuando disparo. Centro.

- Gracias por hacerme ver como un pelele más -Dice divertido mientras dispara de nuevo-. ¿Dónde estabas?

- Con Zayn.

- Tú y él... Pasáis mucho tiempo juntos.

- ¿Algún problema? -Coloco la pistola en su sitio girando hacia él-. Porque si es así adelante.

- Pienso que tenéis algo -Su sinceridad es arrebatadoramente estúpida cuando me impacta-. No sé si vais en serio, solo os liais o te da placeres que son necesarios para una mujer en cierto momento.

- ¿Crees que si necesitara sexo no sería capaz de ligar por mi cuenta? ¿Crees que necesito al jefe comiendo de mi mano?

- No he dicho eso -Ladea una sonrisa.

- Ah, pero sí que lo piensas.

Bufo cruzando ambos brazos sobre mi pecho, lo miro impaciente esperando que retire o añada algo a su teoría. Dispara cinco veces más sin dirigirme la mirada, después coloca el arma en su sitio y gira hacia mí. Ahora noto la diferencia de altura cuando está erguido, tengo que levantar un poco el mentón para verle la cara completa, esa sonrisa burlona que me dedica sopesando lo siguiente que está por decir.

- Esta bien, mira, qué te parece si hoy salimos tú y yo -Alzo una ceja insinuante y niega-. Vamos a algún sitio, yo te muestro mis dotes para ligar y tú los tuyos, ¿No te parece perfecto para callarme la boca? ¿O me darás la razón?

- A veces pienso que es mejor sacarte el cerebro por el tímpano y dárselo de comer a las gaviotas -Entrecierro los ojos, sonríe aún más-. Acepto, pero solamente para que dejes de pensar cosas extrañas sobre Zayn y yo.

- Bueno, no soy yo quien está fijo pegado a tu culo y haciéndote reír.

- Será porque no tienes gracia ninguna, lo único que me da risa es tu sufrimiento -El sarcasmo hace que amplíe la sonrisa aún más.

- Me pregunto si algún día podré vivir sin tus deliciosas palabras mañaneras.

- Me pregunto cuándo llegará ese día.

Ríe mientras niega gracioso y acorta la distancia de una zancada, casi podría apoyarse en mi frente si quisiera, ambas caras muy pegadas y gritándose cosas sordas. La gente se ha dado cuenta, han girado en un silencio fantasmal sin hacernos perder el rumbo, solo siendo conscientes de que observan cada movimiento. Harry me muestra una sonrisa sin dientes, yo sigo inexpresiva manteniendo la mente en blanco, pensando en la multitud que ha dejado sus entrenos para sorprenderse con la actitud de nosotros.

- Nos vemos esta noche -Dice dejando un costo beso en la mejilla-. A ver a que guaperas te ligas.

- Intenta no ponerte celoso -Reto.

- No mientras me elijas a mí.

MedicineWo Geschichten leben. Entdecke jetzt