Bufo cuando quiero deshacerme de malos pensamientos hundiéndome en la bañera, el agua sobre pasa mi cara y aguanto la respiración. Fuego, cierro los ojos y aunque estoy empapada solo veo fuego. Salgo cogiendo una bocanada de aire, me levanto dando por finalizado el baño y me enredo en una toalla para preparar la ropa del día: Unos pantalones vaqueros, una camiseta y unas zapatillas, a Zayn no le gusta que en el trabajo llamemos la atención o estemos incómodos y no me opongo a ello.

Bajo para servirme un café, un café frío como me gusta mientras Harry está comiendo un bol de cereales viendo la televisión. Se ha quitado las vendas y no veo rastro de las muletas, su pierna está considerablemente desnutrida y con moratones ocasionales pero al menos no parece dolerle en la posición que la mantiene. Aviso de mi cometido, irme a las oficinas de Malik para hablar de su hermana y con suerte, verla.

Allí aparco el coche en los garajes privados, entro en el ascensor y subo hasta la décima planta, me encuentro dentro de un amplio despacho con vistas a la ciudad, Zayn sentado en su silla de cuero con las manos apoyadas sobre la mesa firmando y escribiendo a gran velocidad, Zeta como siempre a su lado inspeccionando lo que hace en silencio y para mi sorpresa está Robert frente a ellos guardando las posturas también además de las varias sirvientas que se encuentran quietas en su sitio esperando ordenes o por ahí limpiando y recogiendo algún desastre.

- Mi mano derecha -Dice el moreno a forma de saludo sin levantar la vista-. ¿Ya has entrenado?

- Preferí pasarme antes por aquí -Digo mirando a todas las puertas que encuentro-. ¿Y Scarlett?

- Atada a una silla en la habitación de allá -Señala sin ganas a su derecha-. Pero te advierto que no está de humor para visitas.

- Genial, no me apetecía tener que fingir el mismo agrado.

Camino rápida antes de que se arrepienta y me prohíba el paso, la puerta está ligeramente abierta, supongo que para no excluirla del todo. Está todo iluminado y es otro despacho en versión diminuta. Efectivamente está amarrada a la silla de cuero obligada a girar con los pies, al hacerlo me ve y rueda los ojos aún con un poco de rabia en la mirada. Me siento frente a ella en la mesa sin pedir permiso, ni siquiera lo necesito. Estudio los papeles que tiene en la mesa de trabajo, nada interesante, bocetos, intentos de firmas, cartas de Zayn, una foto de ella y... ¿Harry? Frunzo el ceño lanzando la imagen lejos de mi vista, no muestro ninguna incomodidad o rechazo por ello, sigo con mi más merecida frialdad.

- Estaba guapo eh -Dice una vez ve donde ha caído la foto-. Aunque ahora está mucho más.

- Si de algo no se puede quejar es de belleza -No aparto la vista de ella, un duelo de miradas cortantes.

- Me pregunto cómo se sentirá... Ser la segunda -Levanta los pies sobre la mesa a mi lado, cruza un tobillo frente al otro y sonríe-. Y por cuál se decantará en algún momento.

- Tú puede que estés en oferta ilimitada, pero yo no estoy en venta -Mascullo asqueada por su comportamiento-. Eres tan triste que te quedarás esperando a ver el resultado de tu absurda apuesta.

- ¿Crees que te elegirá a ti? -Inclina la cabeza sin prestar atención a lo que dije-. Tienes muchas papeletas, sí, pero creo que yo le clavé hondo desde el inicio. Me encantará verle en una tesitura, si tú me pones en peligro ¿Te atacará? ¿Me salvará o se pondrá de tu lado?

- Si se pone de tu parte arriesgando la vida de más personas ambos estaréis muertos, él lo sabe y aunque a veces parezca que no tiene cerebro, le riega suficiente para saber en qué bando quedarse.

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