Capítulo I. "¿Papá?"

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-¿Quién era ese? - Dije forzando la vista hacia el patio verdoso.

Era Matty, mi mejor amigo de la secundaria. Lo veía caminar hasta la puerta de mi casa. Rapidamente bajé a la entrada para abrirle, y ahí estaba él, su cabello café despeinado, sus ojos azules suaves y una sonrisa perfecta. -¡Matty! - Le dije mientras le daba un abrazo.

-Ash, preciosa, ¿Cómo estás? - Me dijo con voz tierna.

Cuando teníamos 7 años nuestros padres se conocieron en un parque cercano, fue ahí cuando Matty y yo empezamos a hablar.

Cuando ya llegamos a los 12 años, él vino a visitar nuestra casa, mis padres lo recibieron muy bien ya que su padre murió en un accidente de tráfico y estaba un poco deprimido.

- Oh, Matias pasa cariño, ¿quieres beber algo? - Dijo mi madre Beatriz, aunque la suelen llamar Bea.

-No, muchas gracias, sólo vine a despedirme de mi Ash - Dijo Matty mirándome poniendo pucherito.

Le agarré de la mano y nos fuimos al patio, nos tendimos a mirar al cielo oscuro con miles de puntitos blancos, unos mas grandes que otros y con la luna más brillante que nunca. Parecía enorme y más a su lado.

-Ash, cuando vuelvas avisame, estaré muy solo estos años sin ti. Sabes que eres muy importante para mí, te quiero como una hermana pequeña. Me va doler mucho que nos separemos - Dijo Matty con una voz temblorosa y ronca.

-Matty... - Dije anonadada.- gracias por todo, sabes que no me gustan las despedidas y me vas a hacer llorar al final- le abracé.

Pasó media hora y era muy tarde.

Nos dirigimos a la salida de la casa, le dí un enorme abrazo mientras él rodeaba mi cintura con sus grandes y delgadas manos. Le dí un beso en la mejilla, él me abrazó, otra vez, y se fue a su coche susurrando un "no me olvides", cuando dijo eso sonreí de oreja a oreja y le dije "nunca".

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A la mañana me desperté con la asquerosa alarma de las ocho menos cinco.

Me desperté ya de verdad y eran las 8.00 a.m. Me quedé embobada mirando al techo pensando en qué será de mi vida en Miami sin mis amigos. Me quité la ropa y me fui a la ducha, dejando caer las gotas tibias por mi cuerpo, quedándome embobada debajo de ésta mirando a la nada, otra vez. Cuando terminé me vestí con unos shorts negros altos, una camisa blanca de tirantes con el numero 4 remangada al short y unas vans, me peiné mi cabello y me lo planché.

Cogí mis maletas y me despedí de mi madre con un fuerte abrazo, mientras que ella se podía pasar toda la hora en darme besos por toda mi cara.

-Mamá, me vas a dejar la cara roja - ya que ella se pintó los labios en tono rojo chillón, porque más tarde tenía una cita.

Iba mi madre muy arreglada, tenía el pelo ondulado y cortito hasta los hombros, sus ojos eran azules oscuros y tenía puesto un vestido azul corto precioso con unos tacones altos negros. Con 36 años como esperas que sea tu madre, todavía se comportaba como una niña, que es lo que es.

-Ponte las gafas de sol que te vas a quedar ciega en pleno verano - dijo mientras me las daba . Fui directa al taxi que me esperaba en la puerta. El hombre del taxi parecía joven, pero esas gafas negras daban un mal rollo que quería salir y preferir andar.

-Hola, ¿me puede llevar al aeropuerto de aquí? - dije tímida.

-Claro, preciosa - dijo mirando por el retrovisor.

Cuando llegué al aeropuerto le dí el dinero al hombre del taxi y me bajé con las maletas, que eran dos grandes color azul , un néceser grande y mi bolso cafe colgado en mi hombro. Me iba allí por dos años, tendré que llevar munición. Solté una risilla.

Cuando llegué a Miami, fui a la casa de mi padre en taxi, le dí al timbre y me abrió una mujer.

-¡Hola! Tu debes ser Ashley, encantada soy Carol la mujer de tu padre, aunque si quieres me puedes decir mamá- dijo la señora y soltó una carcajada.

-Sí, encantada, prefiero saber dónde esta mi padre - dije fría y distante.

-¡Princesitaa! Cuanto tiempo cariño, has crecido mucho desde la última vez que te vi - dijo mi padre bajando las escaleras. Mi padre siempre me llama "Princesita" o "peque".

-¡Papii! Y tu te ves igual de gordete y viejo. - dije yo abrazándole y riendo.

-Vamos pasa peque, está tu primo sentado en el sofá jugando con esas máquinas de ahora - empecé a reir cuando dijo esas máquinas de ahora.

Mi primo se llama Ethan y es el hijo del hermano de mi padre, tiene 17 años, nos llevamos 1 año. Tiene un hermano que se llama Keith, 20 años y es un mujeriego, a decir verdad, Ethan también lo es, o lo era hace 2 años.

Llegué al salón y fui por atrás, le tapé fuerte los ojos con mis manos.-¡Adivina quién soy! - dije con voz grave.

-Emm...Déjame pensar - me agarró las manos y me tiró hacia el sofá haciendome daño.

-¡Aay! - me dí cuenta de que estabamos muy cerca, tan cerca que podía sentir su respiración en mis labios.

Narra Ethan

Estaba en el sofá cuando pegan a la puerta y escucho que es mi prima hablando con mi tio. La recuerdo muy pequeña ya que la última vez que la ví creo que ella tendría 14 años. Sentí unos pasos por detrás mia.

-¡Adivina quién soy! - dijo mi prima con voz rara.

-Emm...Déjame pensar - dije yo fingiendo que no sabia quién era. Ya que siempre nos haciamos bromas la tiré hacía mí.

-¡Aay! - dijo ella y yo riéndome.

Cuando me fije en ella, de verdad .¿Esa era mi prima Ashley? Era hermosa, ha cambiado mucho desde ese entonces. Tiene buena delantera.

-Oye, ya me puedes soltar las muñecas que me haces daño - rapidamente la solté y se sentó al otro lado del sofá.

-¿Quieres jugar? - dije mirandola para luego mirar a la televisión, refiriendome a juegos de la play.

-Mmm... ¿A que te refieres por jugar? - dijo ella mordiendo su labio inferior con una sonrisa picara.


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