Capitulo XIII

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Una semana después.

Luz estaba sentada en la oficina de Loreley observando como iba y venía. La miraba anonadada. Se debatía entre un sentimiento maternal y fraternal.

Su camisa suelta estaba desabrochada hasta el escote así que Luz pudo vislumbrar un stellium de pecas que, siempre supo, Loreley tenía en el busto. También pudo ver la cicatriz diminuta en el dedo anular de su mano derecha, que se había hecho al caer de la bicicleta cuando tenía 5 años.

- Se cortó con un vidrio que había en la vereda – pensó viendo en su mente a una pequeña Loreley llorando.

La Loreley adulta hablaba con un pasante alto, de ojos oscuros y pelo claro, parecía joven y definitivamente no pertenecía a su empresa. Luz entró en pánico, no sabía quién era ese chico. Y ella sabía quiénes eran todos.

- Lautaro si le llevan esto a tu jefe los va a matar – explicó Loreley con calma- a quién se le ocurrió hacer una portada amarilla?

- Es que es un color poco común señorita Maind... -empezó él-.

- Eriond ODIA el amarillo – subrayó ella- y tiene un sentido de la estética muy... exigente – y agregó con suavidad- sé que sos joven Lau, pero tendrás que aprender rápido si querés ser uno de los pasantes personales de Eriond.

- Si, me dijeron que nunca duran mucho -contestó él bajando la cabeza- por eso le traje esto a usted, para que lo mire antes de llevárselo a él.

- Y fue muy inteligente de tu parte -dijo ella sonriendo con calidez- ahora llevá esto de vuelta al área de diseño y pedí que lo rehagan.

Luz se había acomodado en un sillón gigante, Loreley le había pedido que la esperase, tenían una pequeña reunión pautada pero desde hacía media hora solo recibían interrupciones.

Y la cosa seguía... Eriond entró por la puerta sin llamar, como siempre.

- Buenos días Bachert -saludó Loreley sin mirarlo, escondiendo discretamente entre sus papeles el fallido diseño de Lautaro.

- Buenos días – contestó él suavemente mientras se acercaba a besarla en la mejilla- Lautaro, Qué hacés acá?

- Tu pasante vino a pedirme unos consejos -intervino Loreley, sonriendo- eso es todo Lautaro podés volver a BMedia.

Eriond le clavó una de sus miradas gélidas al muchacho y éste se estremeció.

- Lo veo más tarde señor Bachert – saludó, antes de huir despavorido-.

- Sólo es un pasante de 18 años Eriond -lo reprendió en voz baja Loreley- no seas tan duro con él, después de todo fue muy recomendado en su universidad, ¿no?

- Si – afirmó su socio- pero tiene que despabilarse si quiere trabajar en este medio –mientras decía esto sacó el diseño oculto entre los papeles- al menos sabe pedir ayuda, pero no lo malcríes Loreley.

Ella río ladeando la cabeza y el malhumor de Eriond se disipó. Desvió la mirada de los ojos azules de Loreley y vio al otro lado de la habitación a Luz.. La jovencita le generaba una mezcla de sensaciones que oscilaban entre irritación y empatía. O quizás era empatía que le producia irritación... él odiaba sentir empatía.

Luz le sostuvo la mirada con calidez. Sólo Loreley hacía eso.

- Luz y yo tenemos una reunión de seguimiento de su estancia en el CI- le explicó Loreley a Eriond- si te parece podés aguardarme en la sala de reuniones.

La Lágrima Doradaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن