Capítulo treinta y cinco.

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Rudt.

Faltaban unas semanas, días o horas para que mis bebes nacieran, moría de ansias debido a la falta de recursos para un parto, pero confiaba en que todo saldría bien.

Todo estaba yendo bien, volvimos a nuestra antigua vida, con mas paz en los aires y sin jaguares psicópatas persiguiéndonos.

Los días eran mas soleados desde que fuimos libres, yo volví a mi casa debajo de la laguna junto con Jayden, no podía quedarme sola y él podría auxiliarme en caso de alguna contracción. Solo éramos amigos, de eso estaba segura.

Aun me preguntaba si estaba lista para comenzar algo serio, después de todo seriamos padres.

Temía preguntar o hablar al respecto, Jayden no se merecía esto, yo no me lo merecía, lo herí demasiado y tenía miedo de volver a hacerlo, todo era muy confuso.

Dejaría que sucediera a su debido tiempo.

Yo psicológicamente, estaba dañada, me secuestraron, torturaron extorsionaron y fui obligada a poseer habilidades que jamás en la vida hubiese pedido.

Ojalá que mis bebes no hereden nada de esto...

¿Lo quería, amaba a Jayden? Si.

¿Entonces que esperabas para ir por tu hombre?

Él no era mío, aunque varias veces lo recalcó.

-Rudy, ¿Cómo estás? -Se acercó a mi lado el mencionado dueño de mis pensamientos con las manos en los bolsillos- Yo... quería invitarte a una espacial cosa, un lugar a visitar -poco entendía a lo que se refería, su redacción era pésima, se dio cuenta de eso y me dio la espalda.

Sonreí algo nerviosa, era mucha casualidad que me quisiera invitar a un sitio.

¿Sería una señal?

-Quise decir, que quería invitarte a un lugar especial, esta noche, ¿podrías?

Los copos de nuevo comenzaron a caer y resoplé haciendo que una nube blanca saliera de mi boca, definitivamente era una señal, Jayden y yo deberíamos estar juntos.

Su mandíbula temblaba debido al frío o los nervios, inmediatamente sonreí y a mi distancia respondí:
-Por supuesto, ¿Dónde te veo?

-Donde era la antigua choza, en la playa.

-De acuerdo.

El sonrió y se volvió a perder en el bosque mientras yo veía como la nieve apagaba poco a poco la fogata que había hecho.

Madison.

Estos días habían sido tan duros para mí, me costaba ser yo y para variar nunca me sentí tan sola y perdida.

Por nuestra parte, habíamos regresado a nuestra casita en el árbol junto a Aiden, mi hija y mi padre, me daba calor saber que estaban allí, pero a veces no era lo suficiente.

Estaba vacía.

Si mi familia no podía llenar ese dolor, ¿Cómo lo haría? ¿esta sería mi vida hasta el fin de mis días?

Estaba junto a la cocina calentándole la leche de mi bebe, ella me miraba con sus grandes ojos azules esperando su alimento y se lo di, sonrió muy ampliamente y se sentó al sofá junto a su abuelo, me preguntaba si ella recordaba algo sobre lo vivido en el castillo, o si le habrían hecho algo, nunca lo sabría.

-Dison, ¿Podemos hablar? -Se dirigió hacia mí, mi marido, asentí y me tomó de la mano para llevarme afuera de la casa.

Me daba mucha tristeza no poder saber cómo manejar mis sentimientos, ¿Cómo se controlaba a quien amar y a quien olvidar?

Mi vida a tu lado #2 [TERMINADA✓]Where stories live. Discover now