Capítulo 38

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Tanner

Marcelo me tiene hasta la madre ya con sus amenazas y sus estupideces, no hay día y noche en que no piense en como voy a matarlo cuando lo vea.

Si bien tenemos un infiltrado con ellos el no puede decirnos donde está exactamente, porque digamos que aún no confían bien en el. Lo mantienen con ellos pero Matteo aun no nos dice donde carajos están.

Ya me estoy estresando de sobre manera.

El casamiento es en pocos meses y en lo único que pienso es en un par de ojos azules que me vuelven loco, ¿Cómo voy a casarme con Isabel teniendo a madison en mi mente todo el tiempo?

Es egoísta tener que casarme sólo por el bienestar de ella, ¿Qué hay de mi bienestar? ¿Qué hay del bienestar de madison? Se que no la esta pasando bien con este tema y eso es lo que más me molesta.

Sólo quiero dejar ir todo y quedarme con ella pero si tan solo fuera más fácil, si tan solo no me hubiera acostado con Isabel hace un tiempo ella no hubiera quedado embarazada.

Simón dice que tal vez está mintiendo, lo mismo dice alexa pero no lo creo, en realidad lo pensé pero luego recordé y saqué cuentas que dan perfecto, ella esta embarazada.

También dicen que tal vez ese hijo o hija no sea mío, eso no lo Se, pero aún así no lo creo. Isabel puede ser lo que quieran pero no está tan demente como para mentir en algo así.

¿Verdad?

Suspiró frustado y tiro unos papeles que estaba leyendo, no puedo concentrarme.

No sale de mi mente, ni un solo segundo.

Todo el tiempo recuerdo su sonrisa, sus ojos, su mirada, sus gemidos. No puedo siquiera estar con isabel en pleno acto sexual que la tengo que recordar.

Recuerdo cada parte de ella y lo bien que nos acoplamos el uno al otro, me hace falta, de muchas maneras. Quiero besarla tocarla, pero también quiero salir a pasear juntos y eso me asusta. La deseo como un maldito y el no poder tocarla me vuelve loco.

Alguien golpe la puerta y entra Isaac seguido de Leila.

¿Que hacen aquí?

-Permiso para entrar coronel- pide Isaac y asiento.

Ambos entran y cierran la puerta entonces los miro sin decir nada, que hablen ya y dejen de molestar.

-Tanner yo... Coronel disculpe- habla Leila y contengo mis ganas de reirme de ella, de ambos en realidad.

Lleva La ropa desalineada, el cabello despeinado y sus labios están rojos e hinchados, por parte de Isaac, tiene un chupón en la mandíbula. No es difícil enterarse que follaron.

-¿Si?-

- Tengo un regalito para usted que tal vez le guste- se acerca a mi con una sonrisa y me tiende una bolsita rosa, frunzo el ceño y cuando estoy por abrir ella niega. - Es de una admiradora secreta- me guiña el ojo y sonríe.

-Gracias soldado- asiento con la cabeza -Arreglese esa chaqueta, esta mal abotonada- señaló y ella parece darse cuenta -Y capitán, trate de ocultar esa manchita que tiene en su cuello- digo e Isaac menea la cabeza sonriendo un poco. - Ya larguensen-

Ambos se van y me tumbó en la silla, abro la bolsa y mis ojos se abren de sorpresa cuando veo unas pequeñas bragas negras de encaje completo, una nota la acompaña.

"Para que me recuerde siempre coronel"

Sonrío inconscientemente y niego, esta mujer está loca.

Caricias Fingidas © [#1]✔️Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz