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Capítulo 22

CAPÍTULO 22

Nos llevó toda la mañana y mitad de la tarde acomodar las cosas, no todo, pero si lo mas importante como nuestras habitaciones.

Debemos comprar los platos, cubiertos, tazas y esas cosas en esta semana, pero como soy muy impaciente y ansiosa, iré mañana por todo eso, obviamente tratando de gastar lo justo, no puedo darme el lujo de gastar dinero a lo loco, eso es un privilegio que hasta que consiga un trabajo no voy a poder tener.

---¿Estás segura que no quedaron más cajas?--- le pregunto a Emily.

--- No, yo no vi ninguna otra.

Se tira en el sillón y suspira.

--- Esto deberíamos festejarlo--- dice con los ojos cerrados --- Pero no se puede, no sin Leila, ella es la felicidad andante y ahora esta tan triste que me pone peor a mí. Es como si su tristeza se me contagiara.

Me siento a su lado soltando un suspiro.

--- Me pasan igual, con el único detalle que yo si se lo que siente, y me identifico mucho. Si su madre no sobrevive ella no volverá a ser la misma Leila.

Y eso es cierto, una cosa es perder solo a un ser amado, ¿pero perder más de uno? Eso es mucho, un sufrimiento agonizante. Perdí a mi padre y fue agonizante para mí, no puedo pensar que sería de mí si pierdo también a mamá.

Hablando de papá...

Mi papá...

Algo raro está pasando, no puede ser que mi cabeza haya imaginado verlo, de hecho me niego el pensar que fue una alucinación.

Su cara no deja de aparecer en mi cabeza, el iba a dispararme. El estaba vivo, ¿Entonces por qué me mintió? ¿Entonces por qué me quiso matar? Pero si lo vi yo ¿Por qué nadie más lo vio?

Niego. El no podría estar vivo y haber mentido, yo vi claramente cuando le atravesó la bala, ¿Cómo alguien podría sobrevivir a un disparo directo al cráneo? Yo vi cuando la sangre comenzó a salir y sus ojos se quedaron abiertos, como se puso pálido en el instante y se cayó, soltando un último suspiró.

Tal vez vi mal, tal vez sólo es mi deseo de volver a verlo y estoy fantaseando. No puedo seguir atormentándome con su rostro, debo dejarlo descansar en paz, al final de cuentas él era un hombre con un corazón de oro.

---Isabel, la vecina nos invitó a cenar a su casa--- Me avisa Emily.

---Qué lindo gesto, pero deberá disculparme a mí, no podré ir--- el ceño de Emily se frunce. ---Debo ir a ver a mamá..

---Iras conmigo---

---No puedo Emily---

--- Si puedes, ella está siendo buena con nosotras---

Suspiró y asiento.

----Lo se, nunca dije lo contrario per...

Ella me interrumpe.

---Vamos madison no me dejes ir sola--- insiste y ruedo los ojos aceptando.

Deberé ir a ver a mama mañana por la mañana, sin falta.

El resto de la tarde nos las pasamos arreglando las demas cosas, limpiamos el apartamento de punta a punta y conectamos la tv en la sala. Tratamos de guardar todas las cajas evitando que queden a la vista por si alguien viene a vernos. Leila seguramente se mudé luego de la recuperación de su madre.

En la noche me encuentro peinando mi cabello largo para dejarlo en una trenza despeinada. Iremos a cenar con Isabel, me alegra mucho que exista gente buena, creo que nadie nos habría recibido como ella, está siendo buena.