— Espera... lo frenó necesitaba saber cuándo ocurrió todo esto, pero ya sabía la respuesta, pero su hermano lo conocía como a nadie y sabía que iba a preguntar...

— El día que fuiste a buscarla llevaba 7 días secuestrada — le dijo sin mirarlo a la cara con las manos en el pomo de la puerta, su cuerpo no le respondió se quebró, sus ojos se cristalizaron por las lágrimas se sentó en la silla que encontró y cerró los ojos mientras reprimía las ganas de llorar.

Vio los documentos que aún llevaba en las manos y empezó a leerlos

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"La victima presenta heridas de arma corto punzante en todo el cuerpo ", cerro de golpe el documento y apoyo la cabeza en la pared. Leía los documentos, no dejaba de imaginar el dolor por el que Emma había pasado los meses de secuestro. Se sintió el peor hombre del mundo al no corroborar que lo que Antwan le había contado fuera real. La buscó en la universidad por días luego de no poderla oír en el bar cantar porque no se presentó más, se negaba a creer lo que samy le había contado que había renunciado.

Mentalmente sabía que era imposible, que ella se fuera sin despedirse, así que la busco en la universidad sin éxito. Luego tras varios días sin saber de ella se había preocupado, sabía que solo llevaba semana sin verla, pero para Nick era una eternidad, a pesar de ya no estar tan cerca de ella como antes; porque su prometido le había enfrentado, que mantuviera las distancia con Emma, y siendo sincero la misma Emma había actuado distinto desde que empezó a trabajar con Antwan.

Cerro los ojos al recordar el día que se había decidido a ir a buscarla con el francés, llevaba siete días buscándola y ese era su último recurso.
Sabía que el hombre nunca le gustó la amistad que Emma y el tenían. Recordó la frase que le soltó en ese entonces cuando le dijo q Emma se había casado. "Eres un muerto de hambre, en verdad, creías que tenías alguna oportunidad con ella, Emma es una mujer hermosa con ambiciones y tu ¿Quién eres tú?, no tienes ni donde caerte muerto, sigue trabajando en ese hospital de mala muerte y si en verdad la quieres déjala ser feliz... "

Su familia no era millonaria, pero si tenían sus comodidades, un apellido de prestigio en armada y en la policía. Estaba en la época difícil y quería valerse en ese entonces por sí mismo, quería demostrar que, a pesar de no llevar la sangre de sus padres, por ser adoptado. Era merecedor del apellido, y eso hizo no solo demostró que era capaz de tener éxito, sin la ayuda de apellido, sino que hoy su nombre corría por los pasillos de los mejores hospitales del país, como uno de los mejores cirujanos de américa, se había radicado en Londres por su matrimonio, su error en ese entonces fue no decir quién era, pero quería que Emma lo quisiera por él, no por un dinero que no era suyo.

Se había alejado de Emma sí, pero antes corroboro lo que le había dicho, pero cometió la estupidez de buscar información el lugar equivocado, apretó con fuerza el documento cuando la encontrará le haría pagar la mentira, a todos aquellos que habían dañado a Emma les haría pagar.

Había vuelto a su país luego que su hermano le envió la foto de prensa donde se veía a Emma en una reunión, acompañada de dos hombres: uno era Alessandro D'angelo, el otro hombre solo lo mencionaban como su socio, y su rostro no fue fotografiado. La foto fue tomada de perfil, solo se podía ver un hombre alto espalda ancha, cuerpo atlético cabello rubio un tanto largo, necesitaba hablar con ella, antes que ese compromiso fuera más lejos, ella tenía que escucharlo.

Abrió de nuevo los documentos y se topó con una foto de ella antes del secuestro. Sonreía a la cámara, pasó sus dedos por la foto, esa era la mujer que amaba justo la que tenía en esa foto. La de sueños grandes, la que quería llegar al altar por amor, la que se mantenía "intacta" como decía ella en espera del hombre con el que llegaría a viejitos. Desconocía a la mujer de ahora, se había sorprendido al verla como estaba, ya no sonreía, no era la chica risueña.

La mujer que vio ese día en el cementerio era una mujer fría, sin expresiones, ni emociones. Creyó que lo había descubierto. Cuando la vio, quiso correr y golpear al infeliz Alessandro, cuando lo vio acercarse a ella y abrazarla, pero se contuvo cuando vio que ella aceptaba el abrazo y lo retribuía. Entendió que el ya no podía estar presente en su vida, la había perdido. Ya no tenía oportunidad con ella, entonces algo salió de la carpeta la.

Tomó entre los dedos y la giró, su cuerpo se tensó todas sus extremidades se tensionaron cuando vio la foto, era una imagen de ella de espalda. Tenía toda su espalda con lo que parecía eran cortadas. Buscó entre los papeles y hallo otra de frente era aún peor. Era increíble que ese maldito estuviera suelto, que no habían podido encontrarlo.

Cerró los ojos y apoyo una vez más su cuerpo a la pared. Las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas, sentía ira e impotencia, al saber todo lo que ella había sufrido sola y él no sabía nada. Empezó a tirar todo cuanto tenía a su paso. Gritó fuerte del dolor y frustración, ojalá pudiera él sufrir por ella, ojalá el tiempo pudiera retroceder, ojalá.

— Lo siento nena, te falle prometí siempre estar contigo, pero te fallé...

Una mano se apoyó en su hombro alzo los ojos era Gabriel su hermano.

No hubo palabras no eran necesarias, Gabriel lo conocía no solo era su hermano mayor, había sido al morir su padre su fortaleza su apoyo, se sentó a su lado en el suelo y lo abrazó.

— ¿Viste todo verdad? — el rostro de su hermano reflejaba preocupación sabía que estaba preocupado por como tomaría el todo esto

— ¿Había necesidad de tanto dolor? ¿Quién podría ser capaz de hacerle daño así? — grito frustrado.

— Las investigaciones no prosperaron, a pesar que los D'angelo son una familia influyente en este país, jamás prospero. Llegaron a un callejón sin salida y el caso fue llevado a casos sin resolver, ahora en manos de nosotros es diferente y lo sabes, te dije que te ayudaría y lo haré. — hablo pausado y bajito. Admiraba esa parte de su hermano, la facultad de que a pesar que se lo estuviera llevando el demonio, jamás demostraba debilidad. Sí sufría, solo que esa parte Gabriel se negaba mostrarle al mundo, el dolor y la ira no era algo que Gabriel demostrara, por lo menos no fácilmente.

— Los haré pagar, juro que los haré pagar. — Dijo tirando un florero de un manotazo.

Su hermano se acercó aún más y lo abrazo...

— Ella no nos necesita, por lo que pude investigar tiene quien cuidé de ella, pero si aún quieres hablar con ella. — dijo señalando la foto de Emma.

Era una posibilidad, sin embargo, no era ese su temor era que al verla de cerca no hallar a la mujer que amo. Gabriel al ver el silencio de su hermano siguió.

— La gente cambia hermano, más aún ella con todo lo que ha vivido, debes aceptar que ella siguió su vida y que tal vez esté comprometida.

— La gente cambia sí, pero no tanto Gabriel, me dolería ver que ella ya no está.


— Ella ya no es para ti. Tu eres un hombre comprometido y ella también. Replantea un poco si aún quieres verla, no lo considero prudente. Por otra parte, si no lo haces vivirás toda tu vida con la sensación de no cerrar ese capítulo de tu vida. Necesitas cerrar ciclos y para hacerlo es necesario que hables con ella. Tienes una familia Nick y le debes respeto, pero debes cerrar esa etapa de una vez por todas. — le dijo mientras se levantaba y le tendía una mano. — Ahora vamos termina de vestirte.

CicatricesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora