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Los 3 chicos caminaban por una plaza, esta plaza tenía una peluquería. Que Rubén visitaba desde los 5 años.
Si, era un local bastante viejo, pero acogedor. Y a Rubén le gustaba. Además, cobraban muy barato, y daban buen servicio.
Mientras que Rubén andaba metido en sus pensamientos —como siempre—, Samuel analizaba su forma de vestir. Y podía decir que era de dioses.
No le despegaba la vista de encima. Aunque quisiera, no podía.
Su vista recorrió a todo el chico, hasta llegar a su cuello.
Samuel tenía una rara obsesión con los cuellos. Es una obsesión que ni yo sé explicar.
Entonces mira su cara.
Era tranquila, pero sería al mismo tiempo. Y sus ojos eran... ¿Marrones?
Achinó un poco sus ojos, juraba que los ojos del chico eran verdes. Pero ahora eran marrones.
Mientras que Akira le miraba raro.
También pensaba en decirle a su mamá que llevara a Samuel a terapia.
Rubén salió de sus pensamientos, y sintió una mirada encima de él. Cuando volteó, miró a Samuel, el cual le estaba mirando directamente a sus ojos.
Apartó la vista rápido, pues le pone muy nervioso que las personas le miren fijamente. Y por alguna razón, Samuel le ponía aún más nervioso.
—¿P-Pasa algo? —pregunta un poco titubeante, mientras caminaba cabizbajo.
Akira sonrió.
—No —responde dejando de verle.
Akira le da un codazo a su hermano. Y este suelta un leve quejido, mientras miraba mal a la chica.
Ésta, llevaba una sonrisa inocente. Sonrisa que hacia que su hermano temiera por su vida.
—Y... ¿Como se conocieron? —pregunta Akira.
—Ehh... —dice Samuel agachando la vista—Es algo difícil de explicar... —murmura.
—Estaba normalmente sentado en las escaleras y mágicamente apareció Samuel, fin —dice poniendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta.
Akira miró mal a Samuel.
—¿Lo estabas acosando? —le susurró.
—No, subnormal —responde de la misma forma.
Rubén les miraba extraño; pues escuchaba unos murmullos, y sabía que provenían de ellos dos.
Se encogió de hombros, igual no era de su incumbencia.
Siguieron caminando, hasta llegar a el lugar.
Samuel y Akira pasearon su mirada por todo el sitio. Mientras que Rubén les observaba.
Si parecían hermanos.
—Supongo que aquí nos separamos —dice Rubén, haciendo que ambos dejen de mirar el sitio, y concentren sus miradas en él.
Se sintió raro, pero al mismo tiempo le daba gracia.
—Mmh... —suelta Samuel.
Akira le miró.
Claro que su hermano quería pasar más tiempo con el tipo del pelo marrón. Si es que se le re notaba.
—Adiós, aunque seguramente nos reencontremos, por qué Samuel tiene que ir a Walmart, ya sabes, cosas —dice Akira disimuladamente, mientras que Samuel le mira raro.
Iban a ir al parque, no a Walmart.
—Ahh, ya... En ese caso —dice Rubén y suelta una risita.
—Bueno, adiós —dice Akira mientras arrastraba a Samuel a vete tú a saber dónde.
—Adiós... —dice mientras observaba a Samuel y a su rara hermana irse.
Cuando ya Samuel y Akira están fuera de su campo de visión. Entra a la peluquería.
No se iba a cortar el pelo, si era verdad que largo le daba problemas, pero le gustaba.
Cosas de masoquistas, ¿Quien lo entiende?
Mientras que con Samuel y Akira...
—¡Ni is mi nivio! ¡Claro! ¡Ya quisieras! —le molestaba Akira.
Suspiró/gruñó molestó. Esto de “Rubén es tu novio” le estaba cansando. Y digamos que Samuel es una persona que tiene mucha paciencia.
—¡Que no! ¡Es solo un amigo con el cual me la paso bien! ¡Solo eso! —grita fastidiado.
—¡Di lo que quieras! ¡Pero un día lo veré en casa contigo presentándoselo a mamá! ¡Y no como amigo! —aseguró mientras caminaba felizmente.
Frunció el ceño.
¿Que hizo para tener a una hermana tan molesta?
Suspiró cansado, y siguió caminando detrás de Akira.
Rubén no salía de su cabeza, y seguramente por la culpa de su tonta y rara hermana.
A no ser...
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MFMMDDMDNDMDMDM
BUENOS DÍAS ESTRELLITAS, LA TIERRA LES DICE HOLA
Raza, creo q hice algo malo 😰🙏
Comí carne VZMXNSNNKS
NO SABÍA OSEA COMO Q NO SE PUEDE COMER CARNE EN SEMANA SANTA POR QUE?
