Venganza A Largo Plazo

Capítulo 15: Volumen 2 Capítulo 1

N / A: ¡Hola de nuevo! Después de unos meses de año sabático, estoy listo para regresar y estoy emocionado de adónde llevará esta temporada a nuestros personajes. Si bien este primer capítulo es un poco lento, planeo aumentarlo en los siguientes capítulos. Realmente aprecio los amables comentarios y el aliento de todos y espero que lo disfruten.

Weiss se movió primero, sus ojos se abrieron mientras yacía inmóvil en la cama. Todavía estaba en su cheongsam rojo, rígida por la sangre seca y su cabello se había deshecho durante la noche. La mano de Adam todavía se aferraba a la de ella, y temía soltarla para no despertar, pero había trabajo por hacer. Suavemente se liberó la mano, observando que su respiración permanecía uniforme y profunda y se durmió.

Había tanto que hacer: la pasarela hacia el baño estaba cubierta de barro en su mayoría solo seco que se podía raspar y aspirar fácilmente, pero el baño era algo sacado de una película de terror. La sangre salpicó por todas partes durante los eventos de anoche. El azulejo y la bañera serían bastante fáciles de limpiar, pero las toallas eran una causa perdida. Podría tirarlos junto con este uniforme y no levantar sospechas. Utilizando los revestimientos habituales de los botes de basura, dispuso lo que pudo y utilizó los limpiadores habituales para volver a limpiar el baño. Suspiró consternada cuando volvió a colocar la cortina de la ducha en su lugar. La noche anterior había subido las alfombras de baño y doblado la cortina de la ducha y la había arrojado sobre la barra de la cortina para mantenerla limpia, pero de alguna manera, una línea clara si los círculos rojos formaban un arco en el lado de la tela de la cortina. Respiró hondo y lo soltó. Ella podría manejar esto.

Antes de los 16 años, Weiss ni siquiera había lavado una carga de ropa. Mudarse a Beacon fue un choque cultural masivo para ella y aunque pudo obtener ayuda de Ruby y Yang para lo básico, se encontró hablando por teléfono con Klein al menos una vez a la semana para recibir consejos sobre cómo quitarle las manchas únicas. vestidos blancos. La hierba, la tinta, la ceniza, la sangre e incluso el chocolate no podían competir con la experiencia de Klein. Para cuando llegó el segundo semestre, ella era la sensei de las manchas que les hablaba a sus siete compañeros sobre cómo quitar las manchas de comida después de la infame pelea de comida. Nunca pensó que usaría una habilidad tan obtusa para ayudar al alto líder del Colmillo Blanco a mantener las apariencias.

Terminó de quitar el último de los puntos de color marrón oscuro justo antes de la hora normal en que fue a buscar a Adam su bandeja de desayuno. Una vez que las alfombrillas estuvieron limpias y secas en el costado de la bañera, se recogió el cabello y se cambió el vestido manchado de sangre por uno limpio.

No estaba segura de cuándo se despertaría, pero pensó que parte de mantener las apariencias sería llevar su bandeja como de costumbre. Los pasillos estaban refrescantemente vacíos un sábado por la mañana, lo que le dio la oportunidad de deshacerse de las bolsas de basura adicionales antes de dirigirse a la cafetería.

Estaba casi desnudo, solo el guardia que acababa de salir del turno y el que se levantaba más temprano estaba por el fin de semana. Weiss se aseguró de seleccionar frutas frescas y pasteles para Adam: cosas que no se enfriarían si no se despertaba por un tiempo. Dado que Sienna se había ido ahora, tendría que desayunar sola ... o con Adam. Tenía hambre, pero sabía que no se le permitía comer hasta que Adam terminara de comer: era una de sus reglas de dominio. Pero decidió comprar una bandeja para ella para no tener que hacer dos viajes.

Pasó junto a Bran al salir, quien parecía muy emocionado de verla.

"¡Oye! No he podido hablar mucho contigo desde que llegué", dijo sonriendo genuinamente.

"Tengo que llevarle esto a Adam, pero aquí, camina conmigo", dijo Weiss, asintiendo con la cabeza en dirección al apartamento de Adam. Bran se alineó a su lado, los pasillos lo suficientemente vacíos como para no tener que preocuparse por obstruir a los que llegaban.