Capítulo XVIII: Unión de almas

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Harry está sorprendido y se siente tan expuesto, tan débil y manejable.

Con sus dedos acaricia las mejillas de Louis mientras el omega está sentando sobre su cadera.

Para él es tan confuso porque mientras su corazón está amando a Louis, su mente lo está castigando por hacerlo.

Y es que Louis es un ser tan complicado, lo frustra saberlo todo, conocerlo de la manera en que lo hace, tener la conexión que tienen, conocer sus caras, virtudes y desavenencias, verdades y mentiras.

Y odia que Louis le haya mostrado a su omega porque ahora a su alfa le será imposible dejarlo, es tan de ese modo que en este momento su alfa lo único que desea es marcar ese hermoso omega frente suyo y tomarlo como de él.

Mientras Louis en ese momento no le importa nada más que ese alfa peligroso y dañino, cruel y despiadado con todos pero no con él.

El alfa que es capaz de matar a otro sólo porque hizo referencias de prostitución sobre él en un restaurante, porque aunque Harry crea que él no lo sabe, lo hace, lo supo y aún así a Louis no le importa.

Tampoco le importa su pasado, ni todos los hombres que lo han tocado, por primera vez en su vida no siente asco y por primera vez en su vida desea que lo toquen, desea que le hagan el amor.

Pero él no puede hacerle eso a Harry, no puede permitir que Harry le toque estando él tan sucio, siendo tan vulgar, tan público.

Para él sería como si Harry insertará su miembro en un lugar lleno de basura, él no es puro, ni tampoco está limpio.

Engañar a Harry sobre su vida y personalidad es más que suficiente, no puede engañarlo también con una pureza inexistente, engañándolo para que lo tome sin el alfa saber sobre cuantos vulgares han tocado y profanado su cuerpo.

Aunque tales cosas no son del interés de Harry, Louis desea contarle y lo hace por su paz.

Cuando Harry comienza a subir el nivel de temperatura al quitarse su camisa y besar el cuello de Louis, el omega le detiene, haciendo que Harry tome asiento en la cama al verle en la esquina.

—¿Te incomodé, Louis? ¿Te lastimé? Lo siento, perdóname— Se disculpa acercándose al omega preocupado.

Louis niega mientras acaricia su propio brazo en signo de nerviosismo —No hiciste nada malo, nunca lo harías— Responde.

Harry se levanta de la cama para ponerse en rodillas, justo en medio de las piernas de Louis para poder verle mejor el rostro.

—Entonces ¿qué pasa mi omega?— pregunta con voz dulce quitando el fleco de la cara del omega.

Los ojos de Louis son rojos y su corazón a mil por hora, Harry puede ver como el omega de Louis baja sus orejas asustado.

—Louis, me preocupas, dime algo— Pide.

Louis solloza antes de hablar, miedoso y en pánico —Ha-arry— dice entre palabras.

Harry logra acercar la cabeza de Louis a su pecho, mientras acaricia su espalda, dándole calma y llenando la habitación con sus feromonas.

—Harry yo no soy quien tú crees— Dice entre lágrimas con su voz cortada.

El alfa niega —¿Por qué dices eso pequeño?

Louis abraza la espalda de alfa, aferrándose a él como nunca lo ha hecho en su vida —Harry, estoy sucio.

Sus palabras se escuchan avergonzadas y desesperadas, totalmente herido y lamentable.

Harry no entiende que sucedió, tal vez se excedió y lo hizo sentir sucio pero esa nunca fue su intensión, él creó que estaba bien, ahora se siente enojado con él mismo.

BAGDAD [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora