\ 9 - 2 /

245 26 10
                                    

[🌼] ------------------- |•| ------------------- [🌼]

Bonnie

El frío ni siquiera me hizo temblar tanto como ver su horrible cara de nuevo enfrente de mí, aunque ahora no se sentía de la misma manera: cuando estábamos juntos en The Storyteller se veía mucho más imponente y un poco grande, como si fuera un ratón tratando de ganar una batalla a muerte contra un gato gordo y enorme. Lo veía como una bestia cuando me golpeaba, pero recuerdo que se suavizó una vez que perdía la habilidad de ver y escuchar. Su rostro ahora no representa nada para mí, pero al levantar uno de sus párpados pude confirmar que sus ojos vacíos seguían registrando información para guardar en la memoria de su sistema. La nieve alrededor de él parecía derretirse un poco.

   —¿Qué hacemos? —le pregunté a Freddy.

   Él, por el otro lado, expedía furor de los pies a la cabeza; parecía estar concentrando toda su fuerza para darle el golpe final y enterrarlo para siempre entre la nieve espesa y algo dura. No podía decirme nada, pero sabía que si no lo detenía lo mataría ahora mismo. Yo… Yo… ¡Yo no podía dejarlo hacer eso! En cuanto apareció ese pensamiento en mí, Freddy se colocó en una posición para golpearlo. Yo lo detuve con ambos brazos.

   —¡Freddy! ¡No!

   Exhaló en cuanto le di esa orden, después se arrepintió y se volvió a poner de pie como yo.

   —¿Por qué? —se quejó conmigo.

   —Parece que mis desgracias aún no acaban —el habló.

   Su voz no era la misma, ahora era más ronca y gruesa como si su sistema estuviera a punto de expirar. Fue muy escalofriante escuchar esa voz, incluso fue peor para los dos estando en las afueras de un restaurante clausurado y un bosque oscuro y frío.

   —¿Aún tienes suficientes huevos para cagarnos la vida? —preguntó Freddy enojado.

   —Al menos me queda lo suficiente para que alguien me encuentre aquí y me devuelvan a una fábrica. Eso si cuento con la fortuna de que alguien vuelva a la escena del crimen.

   —¿No te cansas de decir estupideces que nadie entiende? Debería partirte el hocico ahora y dejar que te congeles por muchos más días, idiota.

   —Haz lo que quieras conmigo, Freddy, ambos sabemos que no tengo esperanzas de salvarme.

   No podría decir cuántos días había pasado aquí atrás, pero por el color morado de su piel no pudo haberse tratado de un día.

   —¿Dónde está Springtrap? —pregunté.

   —Sí, ¿dónde está ese pedazo de mierda? —Freddy comenzó a mirar alrededor.

   —Ya nadie debe preocuparse por él, ni siquiera los restaurantes que requieran de una atracción en oferta de mínimas habilidades. Ese idiota no volverá a meterse con ustedes aunque quisieran que lo hiciera.

   —¿Por qué? ¿Tuvieron una pelea y dijo que iría por cigarrillos? —Se rió.

   Aunque Springtrap era un sujeto con el que nunca querría volverme a topar, no lograba sentirme tan satisfecho con saber que ya no nos volvería a molestar, así como ver a Golden Freddy indefenso y agonizando en el suelo. Parecía que Freddy guardaba un rencor menos precario que el mío, al menos uno tan grande para burlarse en esta clase de situación. En cierta forma sentía que Golden Freddy en realidad no nos estaba rogando por una muerte artificial (nunca podría ser natural), su forma de hablar parecía indicar que quería hacernos conscientes de algo.

La margarita IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora