\ 4 - 3 /

327 33 4
                                    

[🌼] ------------------- |•| ------------------- [🌼]

   —¿Que qué? —preguntó aún con sus brazos cruzados.

   —Ya sé, suena como una mala idea, más por el hecho de que ya perdí condición, pero estoy seguro de que si hago mi mayor esfuerzo lograré conseguir el dinero.

   Mangle seguía sintiendo ese nudo en la garganta de impotencia para hacer las cosas a su manera (la mejor), sin embargo, tuvo que tragárselo y continuar con mi plan. Me encaminó hacia la oficina de seguridad; era la primera vez que entraba aquí. En ella estaba, tal y como había visto de lejos, un escritorio con una computadora y cientos de recibos arrugados sobre este. También reconocí sutilmente una mancha de sangre seca en la esquina del escritorio. No le dije nada a Mangle. Ella sacó una tarjeta de memoria de un cajón y me lo mostró.

   —Mira, en esta tarjeta están guardadas varias canciones que suelen poner en bares o lugares para adultos, supongo que funcionará para ti, pero tendrías que darse prisa pues las canciones duran muy poco. ¿Quieres hacerlo?

   —Si lo pienso menos quiero hacerlo. Por favor coloca esa memoria en las bocinas, quiero terminar con esto. —Entonces salió hacia el área de cena.

   Tenía en mente usar la misma ropa que usaba en Freddy's, salvo que esta vez usaría el cable de un micrófono para ayudarme a recorrer mi cuerpo, además de mi bufanda negra y guantes negros. Solo tenía esos accesorios en mente y me dirigía al cuarto de partes y servicios para enlistarme, aunque entre más avanza el tiempo peor es el malestar estomacal que tengo. Nunca pensé que fuera a hacer esto por lucro y no por gusto personal; quiero decir, la última vez que hice esto fue para demostrarle a mis amigos que yo no me rajaba y que le entraba a cualquier reto que me dieran, era un momento para que todos pudiéramos reírnos, convivir y para que Bonnie se sintiera mejor. Ahora tengo que obtener suficiente dinero para emprender un viaje con alguien que conocí en cinco minutos. Ni siquiera sé si esto es una trampa o una broma, pero salir a tomar el riesgo es mejor que seguir acostado y encerrado el resto de mi vida sólo esperando un nuevo puesto de trabajo tocar a mi puerta. Comencé a colocarme esas prendas que había dicho.

*    *    *

   —Salut, tout le monde! —exclamó Mangle parada en el stage—. Tout d'abord, je tiens à vous remercier tous d'être venus aujourd'hui.

   Hasta ese último diálogo de ella había entendido que estaba agradeciéndoles por venir, pero después comenzó a dar un discurso incomprensible para mí. Solo esperé detrás de las cortinas del stage hasta el momento en que ella dijera mi nombre. Afuera podía escuchar muchos animatrónicos animar y celebrar cada vez que Mangle terminaba de decir algo. Decidí acomodar mi bufanda, mi sombrero negro, mis mangas y el resto de mi poca ropa en su lugar apropiado, todo tiene que salir a la perfección.

   —Mettez vos mains ensemble pour Freddy!

   Entonces las cortinas del stage se abrieron. Me encontré con una vista llena de luz, de animatrónicos de muchas especies alcoholizados y festejando por ver a un oso parcialmente fuera de forma en el stage. Las luces del área para ordenar comida parecían volver borrosa mi visión, como si cientos de autos estuvieran apuntando sus faros hacia mí en la oscuridad de la noche. Comencé a dar pasos directo a las orillas de la tarima, de esa forma algunos de estos sujetos podrían fantasear de manera más fácil que me están tocando. No lograba hacer ninguna expresión, solo tenía todos los músculos de mi cara inmóviles mientras trataba de procesar y entender todo lo que estaba viendo. Era como si todos expidieran una clase de energía con sus gritos, piropos, deseos y pequeñas insinuaciones sexuales. Sentí que el verdadero yo, el que se encontraba profundamente sellado del exterior, dejó de tomar el lugar de Freddy, y solo salió la parte que sabía que tenía que hacer esto para conseguir lo que quiera. Comenzó a moverse y a juguetear con su ropa, el cable del micrófono y los músculos más tonificados en su cuerpo, incluyendo su pelvis. Aún con todo ese espectáculo mis ojos eran capaces de dejar ver al verdadero Freddy hacia afuera; veía a todos felices y suplicando por más, lo exigían como si fuesen patrones de mi cuerpo justificándose con los dólares en sus manos, los estaban agitando en el aire en dirección hacia mí. El Freddy que buscaba el lucro comenzó a tomar cada uno de esos billetes y los usaba como objeto sexual para recorrer todo su cuerpo un poco húmedo por el sudor. No importaba que alguno se pudiera romper o manchar, lo importante era mantener a la multitud hambrienta de más. Lo podía ver en sus rostros, en sus pechos y en sus pantalones, no querían que me detuviera. Sentí que comencé a remover sin premura la poca ropa con la que contaba, así como la ofrecía como un pequeño regalo a todos para que se llevaran una parte de mí. Las luces en todo mi alrededor parecían tornarse más intensas conforme me acercaba al punto sin retorno en mí. El malestar estomacal se apoderaba de todo mi cuerpo conforme removía mi bufanda y la usaba para exponer mejor mi trasero. La llegué a usar como toalla y poder "secar" mi cuerpo exhausto y suplicando por más calor y excitación. Los billetes y monedas continuaban lloviendo en mi área, y yo no podía hacer nada más que obedecer a todo lo que se me ordenara. Era el momento de acercarme más a ellos y que fueran ya capaces de olfatearme; yo no lo haría si fuera ellos. A este punto pude sentir algunas manos y billetes abofetear mi trasero y mis tobillos, lo cual me hacía perder un poco el equilibrio y el ritmo de mi espectáculo; sin embargo, continué con el plan del Freddy en busca de una misión a cumplir. Pero, el punto máximo de mi momento candente no tomó lugar entre estas cuatro paredes de forma exitosa, pues al girarme al público, tuve una visión del mismo Bonnie entre todos ellos sollozando por tener que verme haciendo esto. El Freddy dentro de mí sintió un impulso de bajarse de la tarima y correr hasta él pidiendo su perdón, pero no lo hizo, el Freddy encargado de llevar las cosas a cabo se dio la vuelta y continuó con lo suyo sin importar el sentimiento de culpabilidad y repulsión hacia él mismo. El espectáculo había salido tal y como lo esperaba. Agradezco a Dios y a mi país nativo por hacer incomprensibles todos esos comentarios.

*    *    *

Mangle estaba a punto de terminar de contar el último fajo de billetes. Yo solo estaba al lado de ella esperando dentro del cuarto.

   —Freddy, sólo son 135 dólares —respondió un poco preocupada.

   Yo también lo estaba, por supuesto, porque entonces ese gran sacrificio que hice no funcionaría del todo. Sentí que mi aliento se perdió, así como me fui a tirar a la cama desesperado y sin esperanza alguna por mi futuro con Bonnie. El Cupcake se despertó cuando me escuchó llegar a la cama.

   —¡Viejo! ¿Qué te pasó? Parece como si alguien hubiera trapeado el suelo contigo. —Se carcajeó y salió de la cama.

   En ese momento escuché que Mangle vino a verme.

   —Freddy —su tono de voz fue suave—, creo… Creo que puedo prestarte los quince dólares.

   Mis pocas lágrimas regresaron de vuelta a mis ojos y recuperé mis fuerzas. Me levanté y la miré como un niño mirando su juguete favorito en navidad.

   —Lo… ¿Lo dices en serio, Mangle? —Mi voz se quebró un poco; estaba muy exhausto—. Pero… ¿de dónde los sacarías?

   —Había estado ahorrando para comprar un control remoto con un código de cancelación para los tres animatrónicos; mis amigos ya no tendrían que encerrarlos durante la fiesta y sacarlos cuando todo haya acabado, así como nosotros podríamos salir a deambular en las noches —decía un poco desesperanzada—. Ese dinero lo he conseguido por dinero que la gente pierde por dejarlo caer o que se va debajo de las mesas. En cierta forma envidio un poco tu forma de ganar en una noche 135 dólares.

   —Bueno… yo…

   —No, tranquilo —me interrumpió—, quiero que tomes el dinero, pero quiero hablar algo contigo. —Entonces se acercó más a mí con la misma mirada sería de ese día que llegó un camión a la pizzería.

   —¿Está todo bien? Te ves preocupada.

   —Yo no soy como un animatrónico superdotado como tú.

   —¿No?

   —No, en realidad yo cuento con una memoria más extendida y más lógica para la resolución de problemas a mi alrededor, sólo que hasta el día de hoy me ha seguido costando trabajado controlarlo y usar todo mi conocimiento; tal vez ni siquiera sé a qué tanto puedo llegar aún, pero pronto lo sabré. Esto te lo digo por esta repentina oferta que te dieron, de la cual todavía desconfío bastante. —Se detuvo por un momento, después prosiguió—. Quiero que tú y yo hagamos ese viaje.

   —¿Qué? ¿Los dos? Pero…

   —Sí, sé que no es imposible si sé cómo volver voluntarios todos mis movimientos. No puedo dejarte solo con él, debo advertirte del rumbo que vaya a tomar ese mec en su camión ya que tú no conoces Canadá. Pero lo más importante, y lo que tú debes mantener como secreto, es mi presencia en ese camión: tú vas a hacerle creer que tú serás el único que se irá, pero yo me escabulliré en el compartimiento de carga; no habrá necesidad de comprar ropa para mí pues ya tengo la que el restaurante me dio para trabajar. ¿Qué te parece?

   —Bueno… creo que depende de lo que él me diga mañana en la mañana.

Mañana en la mañana

   —¡Perfecto! —dijo con el dinero en sus manos—, salimos hoy en la tarde.

[🌼] ------------------- |•| ------------------- [🌼]

La margarita IIWhere stories live. Discover now