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Espero que todo esto se haya debido a la poca suerte que el destino suele concederme. Estos días han sido mejores de lo que pensaba, y conforme pasan las horas en estos cuartos oscuros y fríos, Freddy y yo logramos construir cientos de recuerdos de vuelta a su memoria y a la mía; así como él está aprendiendo a encontrar aquellos archivos perdidos dentro de él, yo aprendo a controlar el dolor de cabeza al momento de recordar. Dentro de él hay una especie de vibra sana que me transporta y me ayuda a olvidarme de todos mis problemas. La comida no ha sido un problema del todo grande, ya que Freddy puede tomar algo de lo que los humanos dejan en sus platos al final del día; son platillos que nunca había probado antes, pero lo que sea es mejor que las sobras que dejan de vez en cuando en el breaker room. Cada vez se vuelve más casual la forma en que nos llevamos, parece como si hubiésemos rejuvenecido y estuviésemos de vuelta debajo de ese techo cuarteado de la fábrica; era asqueroso, pero debajo de este pasé muchas experiencias que me ayudaron a crecer como animatrónico. El contacto físico no ha sido algo pertinente entre nosotros, ni siquiera he sentido que nuestra relación es peor si no puedo tocar sus manos o su pecho ancho. Claro que moriría por poder hacerlo, pero quisiera que él tuviera la oportunidad de conocer ese sentimiento paso a paso como yo lo hice, salvo que estaré aquí para resolver cualquier inquietud que le surgiese, todo con el objetivo de recuperarlo, sé que pronto lo haré. Es increíble la velocidad a la que recupera varios de sus recuerdos más profundos, además de mencionarme bastante que yo no sabía; aquellos cuando tuvimos que tomar caminos separados durante nuestra adolescencia: sus aspiraciones como un líder joven para Freddy Fazbear’s Pizza, sus sueños destrozados, la forma en que conoció a Chica y a Foxy, etc. Poco a poco las capas que cubren su núcleo se van desvaneciendo, dejando ver al animatrónico con el que me gustaría pasar el resto de mi vida. Mi confianza hacia él ha aumentado bastante, ya que ahora puedo acercarme y abrazarlo o darle pequeñas palmadas amistosas sin condiciones personales. Parece ser que sus respuestas a estos gestos de cariño fluctúan de acuerdo a la cantidad de trabajo que le asignan en un solo día; puede ser que las acepte y me deje demostrarle lo mucho que lo extrañé o, en el peor de los casos, tome mis brazos, me levante y me haga a un lado para dejarlo pasar. Aún es un misterio descifrar su forma de pensar, pero tengo fe de que sucumbirá ante mí eventualmente, entonces podré estar ahí para él.

   Hoy espero poder platicar con él acerca de un puesto de trabajo que, con la suerte que había mencionado antes, podría ser asignado para mí. El dueño de The Storyteller ha estado bastante ocupado en hacer más espacio en el área de cena, específicamente a un lado del stage de Baby. Estoy seguro de que ese será el lugar de un nuevo animatrónico, ya que no he visto algún plan de ellos de colocar mesas, adornos o videojuegos. Parece ser un espacio que los humanos no pueden pisar. Incluso podría convencer a Freddy de planear una pequeña estrategia que convenza al dueño de moverme a ese espacio lo antes posible. Nunca ha sido mi intención apresurar las cosas que requieren de tiempo para ser ejecutadas, pero ¡por Dios!, ¡ya quiero que me saquen de aquí! Tengo derecho de opinar también.

   Escuché que Freddy venía por el ducto de ventilación. Después de la última vez que lo había visto, encontré un nuevo espacio donde pudiera esconder mi grabadora; confío en que Freddy no utilizaría esa información para aprovecharse de mí, sin embargo, esto que grabo es algo que me llevaría incluso hasta la tumba. Si quisiera que todos se enteraran de mis secretos ya sería un personaje. Esperé sentado en mi espacio.

   —¡Bonnie! —Freddy gritó desde afuera—, ¡ven!

   Ese grito no me sonó a que algo peligroso le estaba ocurriendo, sino más bien como el de un niño impaciente por captar la atención de todo el mundo. Cuando abrí la puerta no pude ver a nadie más que a Ballora girando por toda la galería. Pude ver a través del cristal del cuarto de control que Freddy estaba en la galería de FunTime Foxy. Pasé por los ductos de ventilación para llegar hasta donde estaba él. Tenía una ligera sonrisa de observarla en la misma posición de apagada.

La margarita IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora