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La puerta era de cristal, pero por dentro no se veía ni una mierda, así que solo tenía que buscar el apagador de todo el lugar o de las partes que más me interesa buscar. Freddy se llevó algunas de las cosas más preciadas suyas, por lo menos, y por lo que vi, esa basura no me serviría de nada, en cambio la computadora y más cosas que solían tener en Freddy’s me darán plata para vivir aquí. Solo necesito entrar y reacomodar todo a mi manera, estoy seguro de que será fácil. Tengo que prepararme para lidiar con esta chica que habla francés para que se largue de aquí; puede que incluso me sea útil para volver a relajarme, pero tratar a alguien así es incluso más estresante para mí que para él o ella misma, ningún animatrónico se puede concentrar en mantener noches privadas sin que un puto humano venga a chingar la madre.

   Cuando la puerta se abrió no encontré a nadie, parecía que el restaurante había sido abandonado, ya que incluso aquí era tan frío como afuera. ¿Por qué lo estaría? Se supone que esa tipa necesita activar la calefacción para vivir, ¿o será que evolucionó a una criatura que resiste temperaturas tan bajas? Caminé hasta el área donde la gente ordena comida. Ahí encontré un apagador, así que después encendí una luz del área de cena. El lugar incluso era amedrentador, solo estaban las mesas de cena empolvadas, así como estaban eso tres animatrónicos en el stage; los tres tenían sus cabezas hacia abajo con mucho polvo sobre las mismas. Me quedé un momento observándolos, pero después me interesó más encontrar a esta chica, porque algo me dice que ya no está aquí. Caminé a lo largo de dos pasillos del restaurante, hacia adentro las cosas eran más oscuras y al parecer un poco más frías. El eco de mis pasos se volvía más ruidoso conforme más me adentraba a la oscuridad. Abrí una puerta del primer pasillo y, al parecer, encontré el lugar donde estaban todas las pertenencias de Freddy’s; ahí estaba la computadora, las bocinas, cortinas, algunos materiales de la oficina, etc. ¡Perfecto, lo encontré! Ahora tengo que encontrarla a ella y pedirle de la forma más amable que se largue de aquí. Me di la vuelta para ver una oficina al fondo del segundo pasillo. Este estaba conectado a otros cuatro pequeños pasillos que daban a cuartos para fiestas privadas, a excepción de uno que tenía una puerta de metal oxidada. Debe estar aquí, no puede haber otro lugar donde ella se quede. No la toqué, solo la abrí con una patada. Estaba tan oscuro y frío como el pasillo. Di mis primeros pasos hacia adentro para encontrar otro cuarto lleno de polvo y con pocas pertenencias alrededor. ¡No es posible! ¿¡Por qué no está aquí!? ¡Pero qué idiota, debe estar en el camión! ¡Sí! Cuando vine a contar la plata que Freddy juntó, ella estaba al lado de él escuchando todo, además del hecho de que esa perra de Freddy seguramente no pudo mantener su hocico cerrado, por seguro ella sabía todo lo que estábamos planeando.

   ¡Pero espera! Si me quedo aquí adentro entonces ella no tendrá manera de sacarme de aquí, se tendrá que quedar afuera y congelarse. ¡Sí! Esa idea suena muy buena. Me detuve a la mitad del primer pasillo y volví al cuarto para encontrar cosas de utilidad, o por lo menos ver lo que podía hacer antes de que los dueños del restaurante encontraran a la nueva y ahora única atracción: Springtrap. En el cuarto con puerta encontré varias de las cosas que, al parecer, Freddy y esa chica usaban para vivir; había una nevera, una televisión, una cama gastada y un mueble grande cubriendo esa cama. Supongo que aquí podré quedarme. Si ellos pudieron quedarse aquí sin ser vistos por los humanos entonces yo también puedo. Vine a dejar varias de las cosas que cargaba en mis bolsillos sobre la cama y salí para ver una última vez a Golden Freddy, tal vez ahora sí ya cambió de opinión.

   Cuando estaba en el área de cena, noté que la ciudad estaba oscura en su totalidad, casi como si un apagón hubiera acabado con todas las luces. Eso era extraño, pero ¿a quién le importa? No soy un animatrónico que vivirá en la ciudad, yo me quedaré aquí. Me acerqué a la puerta para abrirla, pero algo llamó mi atención antes de que si quiera pudiera tocar el picaporte, fue un ruido como una cadena moviéndose de un lado a otro. Me giré para ver que ese ruido venía del stage; los tres animatrónicos no se estaban moviendo, pero el ruido parecía venir desde adentro de sus cuerpos. No les hice caso, pero me motivaron a abrir la puerta un poco más rápido. Al girar el picaporte pude notar que la puerta estaba cerrada con llave desde afuera. ¿¡Qué mierda es esto!? Yo no cerré la puerta ni desde afuera ni desde adentro, ¿¡por qué no se abre!? Esto es una mierda. Dejé la puerta y di media vuelta. Enfrente de mí estaban algunas de las mesas de fiesta con gorritos sobre estas, así como los mismos reflejaban algo de la única luz blanca que alumbraba este lugar. La cocina estaba igual que oscura que todo el lugar, pero tal vez pueda encontrar comida enlatada; ya estaba hasta la chingada de comer barras de cereal y beber agua embotellada; quiero decir, esa era la única agua que he probado que tiene sabor, y sabe a mierda. Caminé a esta y encontré en una esquina de la barra una lámpara. Parece que es muy común que las noches sean oscuras y tenebrosas por aquí. Tomé la lámpara fría y alumbré mi alrededor. La cocina era amarilla y estaba tan limpia como las que se anuncian en televisión, salvo que el polvo se apoderó incluso de la cuchara más pequeña. Abrí los cajones arriba y debajo de la estufa, pero ninguno tenía comida. ¡Esto es una mierda! Cerré uno de estos con fuerza y volví al área de cena con la lámpara. En cierta forma no podía evitar mirar a esos animatrónicos de vez en cuando; el ruido de la cadena dejó de sonar, pero ahora nada ni nadie hacia ruido, ni siquiera los pinos que eran sacudidos por el aire, era como si el mundo decidiera dormirse con todos en esta noche. Alumbré las afueras del restaurante por la puerta de enfrente, ahora solo podía ver un fondo negro sin algún punto que me diera una pista de qué tan profundo era, solo mi lámpara alumbraba un poco de la nieve afuera, pero era lo único que veía. Tan pronto como me dispuse a caminar de vuelta al cuarto que encontré, la luz que alumbra el área de cena se apagó, así como hizo un ruido constante y que no se detuvo por varios minutos. Mi lámpara me permitió ver todavía mi alrededor, parecía que las paredes se estaban congelando y mi visión hacía que los adornos en las paredes se derritieran. Cuando alumbré el stage, noté que estos tres animatrónicos habían subido su mirada y sus ojos apuntaban hacia mí.

   —¿¡Qué mierda quieren!? —grité desesperado.

   Los tres tenían sonrisas vacías y ojos que lucían como los míos, pero no se estaban moviendo, solo no perdían sus vistas de mí. No supe si esconderme en el cuarto o salir de aquí y olvidarme de todo este plan. ¿¡Por qué mierda todo lo que planeo tiene que salir mal!?

   —¡Déjenme en paz! —volví a gritar, así como tiré la lámpara y corrí hacia la puerta de enfrente.

   Estando ahí tiré del picaporte tan fuerte como pude, pero ni siquiera la puerta se movía un poco, era como si ahora se hubiera convertido en una pared de piedra. La lámpara me permitió ver en la pared la sombra de varias piernas caminando de forma torpe hacia mí. Me giré para ver que estos animatrónicos de pronto se detuvieron, pero estaban en posición de atraparme, uno delante del otro. El oso estaba a tan solo metros de mí con su micrófono en mano y solo sus pupilas apuntándome. Podía prácticamente tocar sus ojos. Lo primero que hice fue tratar de golpearlo, ahora que estaba tan cerca de mí nada me podía detener. Ese golpe hirió mi mano más de lo que ya estaba por pelear con Golden Freddy. La mandíbula de este animatrónico se había desprendido de su cabeza, ahora podía ver su endoesqueleto junto con los mismos ojos vacíos. Parecía que si no desviaba mi mirada de ellos, entonces no se moverían. Comencé a rodearlos para recoger la lámpara y esconderme en el cuarto que encontré, ahí debería estar a salvo. No perdía mi vista de ellos, así como ellos tampoco dejaban de mirar el lugar en el que estaba: en la puerta de enfrente. Me giré por un momento para observar el pasillo por el que tenía que ir, entonces los tres volvieron a girar sus cabezas hacia mí, así como sus cuerpos estaban direccionados hacia mí. En un movimiento muy rápido corrí hacia el primer cuarto que encontré que tenía puerta: tenía el nombre de partes y servicios. Aquí estaban las pertenencias de Freddy’s. El otro lado del cuarto estaba vacío, pero había una pequeña ventana que daba hacia las afueras del restaurante. Sin pensarlo tiré la lámpara y corrí hacia esta para romper el cristal de un puñetazo. Sentía que mi mano había comenzado a sangrar, pero no podía estar seguro por mis guantes. Entonces comencé a escuchar que alguien pateaba la puerta de este cuarto; la puerta se estaba desviando de su posición original, así como el techo dejaba caer polvo de los golpes. Sentía que mi cabeza iba a reventar, ¡tenía que salir de aquí de una vez por todas! Trataba de escalar hacia la ventana, pero era tan pequeña y tan alta que no lograba salir. De pronto la puerta dejó de estar en su lugar, así como sentí de pronto que alguien me había tomado por la espalda y tiró de mí hasta estar en el suelo. Mi espalda y mi cuello dolían como un infierno, era muy difícil abrir los ojos y ver lo que estaba ocurriendo. Al tratar de hacerlo, pude ver que los tres animatrónicos estaban parados enfrente de mí, así como uno sostenía la puerta en sus manos. Sin titubear la alzó un poco más y la usó para desprender mi cadera de mi cuerpo. El dolor fue tan sofocante que no pude evitar gritar y hacer que todo el lugar comenzara a retumbar. Nadie iba a escucharme aquí. El animatrónico con forma de oso hizo lo mismo por varias ocasiones, así como todavía lograba ver por la luz de la lámpara mi sangre manchar el suelo y mi ropa de invierno; la puerta ahora llegaba más profundo dentro de mí. Hubo un punto donde dejé de sentir tanto dolor, pero ahora mi consciencia se perdía, ya no lograba entender lo que veía alrededor.

   Antes de que pudiera cerrar mis ojos y decirle adiós a este mundo para siempre, creo que pude ver a estos tres animatrónicos caer al suelo como si los hubiesen apagado, así como tuve la vaga visión de tres nubes blanquecinas salir de ellos. Juraría que esas nubes tomaron la forma de dos adolescentes y un niño. Los tres estaban mirándome, pero después se desvanecieron, tal y como lo hacía mi vista. Nunca pensé que terminaría así. Reí y tosí sangre. Ya no sentía dolor.

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La margarita IIWhere stories live. Discover now