Capítulo 3: Planeando dos veces

374 35 14
                                    

[🌼] ------------------- |•| ------------------- [🌼]

Springtrap

Esperé por una hora que se sintió como una eternidad para que Golden trajera comida para nosotros; sus poderes ya no le sirven para una chingada, no sé qué haré con él cuando ya no sea capaz de levantarse e ir a orinar. Apareció en la esquina de la alcantarilla con una bolsa blanca. Espero que haya traído esa mierda como se la pedí. Comenzó a caminar aquí en el centro de esta.

   —Una rata se hubiera tardado menos que tú —dije sentado contra la pared. Él me miró sin expresión alguna.

   —Ya te dije que es difícil quitarle la comida a las personas o a los restaurantes.

   —Tú me dijiste que podías conseguir todo eso sin problemas, ¿ahora me vienes con excusas? No me jodas, por favor. —Desvié mi mirada de él—. Dame esa mierda.

   —Tendrás que conformarte con media rebanada de pizza, ese niño pisó la otra —dijo mientras sacaba una rebanada de pizza hawaiana.

   —Todos los días respiramos mierda y orina, esta pizza debe saber a gloria. —Reí mientras observaba la pizza en mi mano.

   Golden exhaló como siempre lo hace cuando se siente bajoneado y vino a sentarse a mi lado. Cuando los días son difíciles su pelaje siempre huele a ese asqueroso sudor y se torna de color anaranjado y negro. Pude notar su actitud jodida por su forma de ver el agua orinada y cagada corriendo enfrente de nosotros.

   —¿Cuál es? —dijo de repente sin mirarme.

   —¿Qué?

   —Sé que tienes algo en mente. Usualmente perdemos esperanzas de nuestro futuro cada día que vivimos, pero me doy cuenta de que no has pedido la dicha de hablar como idiota sin cansarte. Debes estar pensando en algo para no sentirte con ganas de matarte. —Me miró.

   A mí me vale verga todo lo que me digan los demás o me ordenen, yo hago las cosas a mi modo. En esta ocasión él tenía razón, si no tuviéramos algo en mente para volver a ser los animatrónicos de un restaurante y de un montón de niños ya estaríamos muertos, ya sea por estar bien jodidos o por enfermedad. De hecho tengo algo que he estado guardando por días. No tenía pensado contárselo hasta confirmar que esta mierda funcionaría a la perfección.

   —¿De verdad quieres saber? —pregunté burlándome.

   —Es lo mismo si me dices o no, de cualquier forma todas las estrategias que hemos planeado siempre devuelven a dos ermitaños a esta madriguera oscura y hedionda.

   En realidad se sentía peor que el día que lo tiré por accidente a este río de porquería.

   —¿Seguro? Estuve pensando un chingo en esto, yo diría que desde hace casi un año.

   —Estoy seguro de que en ese entonces tenías más cerebro que ahora, ¿qué lo haría diferente?

   —Pues… vamos a volver a necesitar de la ayuda de esa pequeña zorra de Bonnie y de Freddy.

   Golden se extrañó de mi respuesta y volteó a verme sin creerme.

   —¿Para qué los necesitaríamos? Ya los enviamos a esas bóvedas, nosotros no tenemos nada que ver con esos lugares. ¿Cómo pretendes que de esa forma encontremos nuestro lugar?

   —Nosotros nunca encontraremos un lugar en donde encajar, nuestra vida ya valió verga y entre más rápido lo aceptes mejor, al menos te dejará de matar la cabeza durante las noches. Yo digo que vayamos a molestarlos un poco más, ¿qué dices?

   Golden comenzó a reírse y a mirar a su alrededor. No tengo idea de por qué esto sería divertido. Desde el momento en que Bonnie salió de Freddy's nada en mi vida mejoró; sigo oliendo, comiendo y siendo mierda para el mundo. El único castigo que se me ocurrió para esa puta fue separarla de su novia, ¡ay de él! Ya quisiera verlo pasar el resto de sus días sin poder ser apagado y tratando de sobrevivir de la comida podrida que la gente tira a la basura o deja ir por el desagüe. Matías ya está fuera del radar, pero aún puedo hacer algo para que esa perra saboree esta exquisita vida.

   —Qué idea tan estúpida. ¿Acaso quieres que pasemos el resto de nuestra vida detrás de ellos? Mientras cosas buenas les siguen pasando y peores destinos nos tocan a nosotros.

   —Viejo, casi siempre dejo que tú tomes las decisiones por aquí por tener tus poderes y eso, pero por primera vez quiero que llevemos a cabo mi plan. ¿No te gustaría volver a ver a esa perra sufrir como cuando me lo cogía todas las noches? La verdad yo sí.

   —Habíamos acordado un plan a trabajar con ellos. Ya se hizo, ahora ya no hay nada qué hacer. —Entonces se levantó indignado y caminó al otro lado de la alcantarilla, ese donde no llega la luz del sol.

   ¡Dios! ¡Me caga esa actitud! Creo que este es un momento perfecto para sacar mi última carta. Esperaba usarla cuando hubiese un momento más rico, pero creo que vale la pena hacerlo, si espero más tiempo me pudriré sentado.

   —Oh vamos, viejo, deja de comportarte como una niña, todavía…

   —¡No, tú deja de comportarte como un imbécil! Este lugar es un infierno lleno de ratas, y se vuelve cada vez peor contigo a mi lado hablando cientas de idioteces sin parar. Nuestra vida se acabó, Springtrap, es inútil lo que quieras hacer con Bonnie y con Freddy, ellos ya tienen sus nuevas vidas y nosotros las nuestras, así que acostúmbrate.

   —Por Dios, suenas peor que el mismo Bonnie cuando me pedía que lo dejara —reí a carcajadas—, cuidado que si no te hago mi perra.

   Golden no reaccionaba a nada de lo que decía. Claro, me valía.

   —Escucha, tal vez si ahora yo soy el encargado de manejarnos a los dos las cosas cambien para bien. Si seguimos mi plan habrá puede que consigamos estar en un restaurante —dije parado enfrente de él.

   —Claro, vuelve a ponerte en riesgo de que Freddy te parta la cara, ¿o ya se te olvidó? ¿Por qué no tomas un baño en esa mierda de agua y luego me dices qué nuevas idioteces pensaste? Al menos así me entretienes. —Después se dio la vuelta y comenzó a caminar. Yo lo seguí.

   —Oye, créeme, no creo que quieras que use de mala gana mi poder contra ti, podría lastimarte, Goldi —decía con una sonrisa.

   Él estaba más extrañado que nunca. Esta era la primera vez que lo estaba confrontando, estoy seguro de que sus poderes no son suficientes para detenerme de esto.

   —A ver, ya basta, dime ¿por qué tienes esta actitud? ¿Qué mierda estás ocultan…

   De pronto sentí el impulso de patearlo y tirarlo al suelo. Él en vez de regresar la patada se mantuvo en el suelo mirándome con un poco de terror. Ver el terror en los demás es algo que no se puede comprar con dinero, es tan placentero.

   —Traté de convencerte a la buena, pero no me hiciste caso, idiota, así que ahora tendrás que obedecerme.

   Se rió desde el piso.

   —¿Obedecerte? ¿Por qué? ¿Qué estás haciendo?

   Entonces saqué la última jugada que me quedaba. La sostuve en mi mano derecha y Golden no pudo hacer nada más que mirarlo fijamente.

   —¿Es eso…?

   —Sí, lo es —dije sonriendo.

[🌼] ------------------- |•| ------------------- [🌼]

La margarita IIWhere stories live. Discover now