DE DAMA A REINA®[SAGA AMORES DE CLUBES I]+18✔

Capítulo 17:"Derrumbe"

-¿Que eres de Carol? - pregunto el principe.

-Lo que ella quiera - respondio Sasha - Su amigo, amante, ya dije lo que ella desea que sea - señalo.

-Si tu lo dices - soltó Parker entre dientes.

Sasha levanto ambas cejas y fijo su mirada grisea en el.

-Por que yo lo digo - aseguro - Ella tiene el poder de decidir sobre su vida como desee y con quien desee, no tiene porque dar explicaciones a nadie de sus actos - decreto.

Ha Parker aquella respuesta no le gusto pero tuvo que morderse la lengua por dentro. Sentía celos, salio de ahí dejando claro que iría al velatorio de los padres de Carolina, el tenia un asunto que resolver en su casa, Azahara se encontraba amordazada y encerrada en una habitación bajo el cuido de dos hombres de su entera confianza; la herida de su engaño esta fresco y latente la sal salpicaba cada vez que la pensaba.

Se preguntaba ¿En que fallo? Si el durante el tiempo que estuvieron casados no le fue infiel con ninguna puta que se le ofrecía en cada reunión en la que el asistía. Respiro hondo y apoyo la cabeza en el cuero del asiento de su auto mientras esperaba que el color de semafaro cambiara; se sentia agotado y necesitaba descansar pero primero resolvería lo de su adorada esposa.

Cuando llego a su casa el silencio, el olor a dolor y enojo lo percibió e recibió, se mordió su labio y se encamino hacia las escaleras buscando la habitación donde estaba ella, pensar que a na mujer que se suponía que el iba a matar le ayudó a abrir sus ojos de una manera dolorosa, sin piedad y anestesia dejando que le conociera la verdadera cara, en Alemania la muerte de sus adorados y respetados suegros se ejecutaba en el hospital donde se encontraban.

Abrió la puerta y se adentro observando a la enferma que acomodaba enfrenté del tocador una serie de elementos quirúrgicos y varios sueros. Al verlo entrar ella asintió en una forma de saludo mientras se sentaba en una de las sillas que estaba dentro de la habitación. Se acercó al cuerpo suduroso y pálido de su mujer quien se removió en la cama donde se encontraba llorando, las palabras o llanto se ahogaba en sus labios.

-Mirate - exclamó con desprecio - No eres mas que una zorra Azahara - le dijo - Debí dejar que Carolina te matara - anuncio.

Azahara negó con su cabeza llena de miedo al oír lo que su marido le decía, estaba arrepentida pero ella era consciente de lo que implicaba una infidelidad en la mafia alemana. Trató de buscar la mirada de su marido pero este se rehúsa a que lo mire.

La enferma acata la orden silenciosa que Parker emite con sus dedos y se acerca a Azahara y le coloco el suero que tenia preparado para ella, el se sentó en otra de las sillas que habían ahí desocupadas quedando frente a ella quien había sido elevada para que lo mirase bien y no perdiera en ningún momento su rostro.

-Yo si te respete - comenzo a decir Parker - Las mujeres no me faltaban cuando iba a las reuniones donde habia drogas, alcohol y todo tipo de diversión que un hombre desea.

»Siempre he estado rodeado de mujeres mucho más hermosas que tu, más fuertes, nas bellas en todo el sentido de la palabra. Tu lo eres claro esta, pero hay una diferencia entre ellas y tu; ellas trabajan prostituyendose para ganar lo que se llevaran a su boca, muchas de ellas tuvieron que someterse por decisión propia a ese destino.

»Mientras tu, solo eres una mujer que nació en una cuna de oro, donde no te faltaba nada, no has padecido frío, hambre. Pero creo que es lo que te gusta y deseas es lo ello que vivirás en carne propia todo; tu cuerpo servirá como una mesa seras perteneciente al club de sadomasoquismo de Alemania ahí nadie dirá nada.

Azahara escuchaba todo aquello horrorizada y negaba con su cabeza llorando, eso era algo demasiado para ella y sabia que si su padre se enteraba la sacaría fe ahí, necesitaba hablar con ellos y con el hombre que ella amaba. Sentia como su cuerpo comenzaba a temblar y en su frente comenzaba a formarse una capa de sudor que le hacia parpadear varias veces; un dolor agudo le atravesó su vientre y espalda y la sangre se le congelo mirando a su esposo quien sonreía dejando ver sus perfectos dientes.