Capítulo 2

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Capítulo 2:“Noches en el Paraíso”

 

 
 

Ese día Carolina se encontraba releyendo unos documentos cuando el teléfono de su departamento comenzó a sonar, dejo que la llamada se perdiera esperando a que dejarán de marcar, pero tras dejar que sonara cinco veces más, dejo salir con un resoplido, se levanto sintiendo el enojo recorrer su cuerpo antes de contestar el teléfono.

—¿Quién? —preguntó con mal humor.

—Soy Carmen, mi niña —escucho a través del auricular.

Sonrió un poco, sabiendo que sin duda la insistencia no podía ser de alguien que sabía a la perfección que ahí estaba ella.

—Sube nana —respondió ella para luego colgar la llamada.

Soltó un suspiro y camino hacia la puerta para abrirla y así que su nana entrara, era una de las personas que más quería además de sus padres y amigos, después de la muertes de sus abuelos, esa mujer hizo lo posible para que sonriera, así como también se alimentará adecuadamente, por eso a ella le tenía un gran aprecio y la amaba tanto.

Dos minutos después de que hubiera atendido la llamada, su nana entraba con unos bolsos, así como también con una sonrisa en su rostro. La mujer de cincuenta años se acercó a Carolina y le beso la mejilla mientras la abrazaba, en ese instante ella soltó una risita por sus labios, para regresarle con la misma fuerza el abrazo.

—Ya sabía yo que tu estarías, aquí encerrada y sin querer saber de nadie –dijo Carmen con cierta diversión en su voz y dulzura.

Carolina sonrió viéndola, antes de hacer una mueca con sus labios.

—Es que ando de mal humor nana —respondió ella haciendo un puchero con sus labios.

La risa de Carmen después de haberle apretado las mejillas, resonó por la sala para verla ir hacia la cocina y así sacar lo que traía en los bolsos que trajo consigo, al destaparlos el olor a sopa y también a té de manzanilla llego a las fosas nasales de Carolina. Haciendo que ella dejara a un lado los papeles que leía y se sentara en el comedor. Varios minutos después Carmen dejaba frente a ella una taza de té y un plato hondo lleno de sopa de pollo que le hizo agua la boca.

—Venga mi niña y comes todo –determino la mujer con una suave sonrisa.

El sabor de la sopa en su paladar le alivio y su estómago lo agradeció, llevaba dos días que no soportaba nada, el virus que había agarrado tras una haberse mojado le dejó con un mal sabor de boca y no literalmente. Desde entonces una semana completa transcurrió desde ello, pero los vómitos llegaron casi al final por lo que su nana no había día en que no le llegará a dejar comida para asegurarse de que ella estaba bien.

—Gracias nana, necesitaba esto –murmura Carolina sonriendo —Esta comida me ayudara para los planes que tengo hoy —finalizó.

—Pero mi niña…—dijo Carmen con una expresión de tristeza —Creo que deberías de estar descansando, para reponer las fuerzas que estás has agotado y perdido durante esta semana —explicó ella.

—Nana… —comenzó a decir en vago intento de que replicar.

Pero la mirada que le dirigió Carmen le hizo callar, la mujer era consciente de los lugares qué frecuentaba y lo que realizaba en ellos, era quien le vivía aconsejando para que se saliera de ahí y que buscara una relación “normal” según sus palabras. Aunque para que sirve una relación normal sí es cuando más cosas te prohíben y no disfrutas de casi nada, la monotonía es algo que le llegaba a aburrir cuando se llega a un punto donde todo era tan chocante.

DE DAMA A REINA®[SAGA AMORES DE CLUBES I]+18✔Where stories live. Discover now