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Eduard: Lauren! - la reina oye la voz de su esposo llamándola desde algún punto del salón, pero el deseo de seguir a Camila la mantiene estática. - querida. - ahora la voz se encuentra justo a su lado. Lauren voltea para encontrarse con los ojos azules de su marido. - ven conmigo. - la toma de la mano y la guía por el salón hasta un agrupamiento de personas. - Elizabet, Richard, ella es mi esposa. - el hombre procede a besar su mano, pero la ojiverde apenas lo nota debido a su constante búsqueda de Camila con la mirada.

Richard: un placer, señorita Jauregui. - sonríe.

Elizabet: es un honor, señorita. - se inclina. Eduard nota la falta de atención de su esposa. Él despeja su garganta audiblemente para poder traerla de vuelta a tierra.

Lauren: oh, ah. El placer es todo mío. - sonríe.

Eduard: querida, ellos son nuevos miembros del equipo. Estarán por aquí en el palacio bastante seguido. - le cuenta.

Lauren: ajá - con su completa atención en las acciones de la americana. - me disculpan un segundo? - sin esperar respuesta, la reina camina sin escalas hacia la primera dama. Esta se encuentra hablando con un hombre; hombre cuya relación es muy cercana con la reina inglesa. - Daniel! Hola. - tanto Camila como Daniel se sobresaltan. La inglesa se hace un espacio entre ambos.

Daniel: buenas noches, Lauren. - saluda, cordialmente. Camila observa la situación, algo confundida. - estaba platicando un poco con la señorita Cabello...

Camila: oh, por favor. Dime Camila. - ríe con clase.

Daniel: platicaba con Camila. - sonríe - acerca de las escandalosas noticias de esta mañana. Le decía que... - interrumpido.

Camila: yo le dije, jamás permitiría que pase algo tan horroroso. Imagínate tú, que acto tan poco moral. Además, con la reina apenas si tenemos relación. Ni siquiera logramos construir un vínculo; por desgracia no congeniamos mucho. - la ojiverde tensa su mandíbula, sabe a lo que está jugando.

Daniel: a veces los medios publican disparates totales. - ríe en compromiso.

Lauren: si, que locura, jaja. - dice, veloz y sin emoción alguna. - Daniel, que buena colonia la que tienes! - se acerca un poco a olerlo. Camila niega con una pequeña risa y se va sin más. - Es nueva...? - nota la ausencia de la americana.

Cocinero: muy buenas noches. Vengo a anunciar que la cena está servida. Pueden tomar asiento. - el hombre desaparece tras la puerta vaivén de la cocina.

Todos los invitados caminan hacia la gran mesa del salón. Lauren logra ver a Camila sentarse y acelera disimuladamente el paso para conseguir el asiento a su lado.

Camila: había pensado que Ben se sentaría aquí, si no te molesta.

Lauren: oh, creo que él ya consiguió lugar. Aquí suelo sentarme yo. - mentiras. Camila suspira, fastidiada. «estoy lidiando con una mujer o con una niña?» Ben observa la situación algo desilusionado, y busca otro lugar donde sentarse. El cocinero aparece nuevamente.

Cocinero: me presento, soy el Chef Distefano. Para la entrada les traemos unos buñuelos de verdura y papa, para el plato principal preparamos una paella de mar española, rebosada en salsa marinera, y por último, el postre se trata de un pastel de banana. Esperamos lo disfruten. - el cocinero se inclina con respeto y la mesa le sonríe.

Lauren: buen provecho. - dice en voz alta para todos. - y cómo la estás pasando? Conociste a Daniel? - se acerca un poco más a la americana.

Camila: si. - responde cortante.

Lauren: y qué tal? - insiste.

Camila: necesitas algo? - Camila levanta la mirada del plato para clavarla directo en los ojos de la reina, algo que Lauren no se esperaba. La inglesa permanece callada por algunos segundos, al igual que la americana, atesorando el haber vuelto a conectar con esos ojos. Ambas se sienten más vulnerables, pero Camila no lo muestra. Ella mantiene su mirada fría y amenazante. - mmh?

Lauren: n-no... - Camila vuelve su mirada al frente. - espera, Camila. - la detiene a mitad de camino. Camila voltea rápidamente a mirarla de nuevo. - quisiera... - "decirte que lo siento, que fui una estúpida en tratarte así, que tienes toda la razón en pensar que soy una inmadura, y por favor nunca dejes de mirarme así porque me derrito por dentro." - quisiera... me pasas la sal? - la poca ilusión de que Lauren diga algo relevante se desvanece rápidamente en el pecho de Camila. La americana suspira, toma el salero y lo deposita frente al plato de la ojiverde sin decir palabra. Lauren traga en seco, "que estúpida eres, Michelle."

La cena se pasó en conversaciones moderadas, risas forzadas y comida. Aunque para Lauren y Camila fue algo diferente. Para ellas la noche transcurrió entre miradas de reojo, silencios extensos y alguna que otra charla con otras visitas. Finalmente, los invitados fueron desapareciendo con las horas, hasta quedar las cuatro personas que habitan el palacio.

Ed: que noche larga. - dice con voz cansada. - me voy a acostar, vienes, cariño? - se acerca a la ojiverde.

Lauren: creo que dormiré en mi habitación. No voy a acostarme todavía. - Ed suspira y asiente en comprensión. Nota que la relación con su esposa se hace cada vez más distante.

Se despide de la reina y se va junto al presidente americano por uno de los largos pasillos del palacio. Camila, ensimismada completamente, se levanta del lugar y camina hasta el gran ventanal del salón. Ya es la madrugada y la oscuridad de la noche permite ver el cielo al desnudo, mostrando su infinidad de estrellas.

Lauren: así se ve aún más bonito. - habla desde algunos metros atrás. La reina apaga las luces, convirtiendo el gran salón en una cueva oscura. Las estrellas ahora pueden contemplarse aún mejor. Ya no existe reflejo en la ventana que empañe la vista, y además, la oscuridad da paz. La americana escucha la percusión de los tacones de la inglesa aproximándose. - siempre que vengo a estas horas a observar el cielo intento contar las estrellas y nunca puedo. Son tantas y están tan juntas que las confundo en el cielo y pierdo la cuenta. - Camila ríe bajo.

Camila: trescientas veintitrés mil cuatrocientas dos millones. - sin dejar de observar aquel manto de luces en el cielo.

Lauren: qué? - Ella en cambio, observa la belleza de la americana bajo la luz de la noche.

Camila: hay trescientas veintitrés mil cuatrocientas dos millones de estrellas en el cielo. - Lauren sonríe de lado y la observa mientras Camila se concentra en el cielo.

Lauren: eres increíble. - la primera dama se mantiene estática, sin reacción alguna. Lauren suspira. - y yo soy una gran idiota. - susurra. Camila se mantiene en aquella posición, aunque ahora tensa la mandíbula. - Camila? - busca su mirada pero ella sigue contemplando las estrellas.

Camila: si?

Lauren: Camila. - la toma por los hombros y la gira delicadamente hasta quedar de frente a ella, y con una distancia bastante reducida. La expresión de la americana cambia drásticamente cuando se encuentra nuevamente con esa mirada, con ese rostro. La reina suspira al encontrar ese contacto visual. - lo siento. - aunque no estaba planeado, la voz de la inglesa se quiebra, y rápidamente sus ojos se llenan de lágrimas. Tras esta inesperada reacción, Lauren cubre su rostro con vergüenza. Al ver esto, Camila no puede evitar llorar con ella. Los sollozos de la americana hacen que la inglesa levante la mirada. Sus ojos se encuentran una vez más. Casi por instinto, ambas se juntan en un abrazo acogedor, protegiéndose mutuamente.

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Bueno, acá otro capítulo. Ya se que de nuevo pasó un tiempo desde el último, perdón. Hago lo que puedo con el tiempo que tengo. La verdad es que no esperaba que este año sea tan agitado. Voy a intentar subir lo más seguido posible pero ténganme paciencia, ya voy a encontrarle el ritmo de nuevo.❤️
Al parecer estas dos se reconciliaron, esto quiere decir que se viene una charla seria sobre lo qué pasó???? Mmmm... sigan leyendo para saberlo.😉

Políticamente Correcto |camren|Where stories live. Discover now