VII

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Camila abre la puerta con cuidado y la cierra detrás suyo. Se toma unos segundos para poder buscar con su vista a la reina en la oscuridad. Cuando logra encontrarla, se dirige hacia ella sigilosamente. Lauren yace en su cama, al parecer dormida, y la americana no puede evitar apreciarla por algunos segundos. La imagen de la inglesa en sueños le transmite paz.

Despacio, Camila se acerca un poco más a la cama; pero el sonido de pequeños sollozos la detienen. Lauren está llorando. «qué sucede? Estoy aquí, preciosa». Una vez más, su pecho se encoge al verla así. La americana prosigue con lo que estaba haciendo. Levanta un poco las sábanas de la cama y se acomoda debajo de ellas. Ahora ambas mujeres se encuentran enfrentadas; sólo que Lauren no lo sabe.

Camila aprovecha ese momento para observar cada detalle de la reina. Sus rostros se encuentran a pocos centímetros de distancia, y la primera dama encuentra imposible despegar su mirada de aquellos labios. Al pasar algún tiempo, ella se acerca un poco más, juntando sus frentes. Ahora ambas tienen los ojos cerrados. Camila respira profundo, siendo perfectamente consciente del fuego que despierta en su pecho cuando se tocan. Luego, conduce una mano por debajo de las sábanas en busca de la mano de Lauren. Cuando la toma, entrelaza sus dedos y los acaricia con cariño. Con su nariz, dibuja suaves líneas sobre la nariz de la reina.

Nunca estuvo más claro que antes, Camila tiene fuertes sentimientos por Lauren; y eso le asusta. «esto está jodido... está muy jodido». La americana suspira y se gira sobre el colchón, dándole la espalda a la reina. Frota su rostro con estrés. Aún puede sentir el calor en su frente. Al poco tiempo, Lauren se remueve sobre la cama; acercándose más al cuerpo de la americana y rodeando su cintura. Camila se queda dura, «y ahora qué hago?». Despacio, intenta mover su brazo para zafarse del agarre e irse, pero Lauren solo la apretuja aún más contra su cuerpo.

Lauren: quédate. - dice, casi en un susurro, y un escalofrío recorre el cuerpo de Camila.

«está despierta?!! O está dormida...??» de a poco, la tensión de sus músculos se desvanece, y se permite disfrutar del agradable contacto. Cierra los ojos y se relaja.

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Margot: buen día, señora Lau-aaahh!! - grita como si hubiera visto al mismísimo fantasma de Canterville.  Lauren y Camila se levantan bruscamente.

Lauren: Margot! Que te dije de tocar las puertas!!? - contesta furiosa. Margot no contesta, simplemente se va, como huyendo del lugar más aterrador. - qué demonios?! - dice una vez se encuentran solas nuevamente, aunque el destinatario de su grosería no es claro. - y esto cuando pasó? - su voz es una mezcla de enojo, confusión y miedo. - qué haces aquí? - Camila la mira apenada. «y ahora qué mierda digo?»

Camila: yo... pensé que querrías hablar conmigo anoche. Se que viniste a mi habitación y pensé que... - la americana se apresura a explicar pero la ojiverde la interrumpe.

Lauren: y-yo no... no fui a tu habitación. Debes haberte confundido, Camila. - con el mismo tono anterior, pero ahora un poco más dubitativa.

Camila: quise irme anoche pero tú me pediste que me quede y... - nuevamente, interrumpida.

Lauren: no lo creo. Estuve dormida todo el rato. Vete, por favor. - ambas se miran, pero la mirada color esmeralda se ve más fría de lo usual, más dura, más inexpresiva. Camila permanece mirándola por un par de segundos hasta que logra ver un destello opaco en sus ojos; un destello de miedo, de tristeza.

Camila: Lauren, sabes que yo no inventé nada de... - una vez más, interrumpida.

Lauren: vete, por favor. - la primera dama se ve desilusionada; cosa que Lauren nota y se entristece por dentro.

Camila desvía la mirada y se va sin más. Se mete en su cuarto y se prepara para el día que espera. Su cuerpo aún sigue caliente por el acogedor abrazo de Lauren a lo largo de la noche. Al llegar al comedor para desayunar se encuentra con una sala vacía. Se sienta en silencio mientras come algunas galletas. Toma su taza y camina hasta la ventana. Se sorprende cuando se encuentra con una gran multitud en la puerta del palacio. «y eso?». Con su mirada escanea el escenario completo, pero no encuentra nada. Decide recorrer el palacio en busca de alguna explicación.

Camila: disculpa, a que se debe esa multitud en la entrada? - pregunta a un empleado.

Empleado: oh, eh... - el hombre parece nervioso y eso solo confunde más a la americana. - seria bueno que busque a la reina. Su asesora de imagen, Glinda, está en camino para ayudarlas.

Camila: pero que está ocurriendo? - insiste pero el hombre sigue su camino antes de siquiera escucharla.

Una mujer rubia, de estatura baja, camina apurada por el pasillo en dirección contraria a la primera dama.

Glinda: buenos días, Camila. Te puedo decir "Camila"? - habla tan apurada como camina. - ven conmigo, querida. En dónde está Lauren? - Camila la observa con confusión. - oh, lo siento. Mucho gusto, soy Glinda. Asesora de imagen y abogada de la reina. Tu eres Camila, no es así? - extiende su mano y la americana la toma con extrañeza.

Camila: ah, así es. Un gusto, Glinda. Hasta lo que sé, Lauren está en su habitación. - la rubia sonríe y camina atolondrada en dirección al cuarto en cuestión. Camila va detrás de ella. - perdón la ignorancia pero, que está pasando? - pregunta cuando logra alcanzar su ritmo en el pasillo.

Glinda: no estás enterada? - ríe incrédula. - la dulce empleada, esa... como es que se llama? Marga, Marta... Maritza... - intenta recordar el nombre.

Camila: Margot? - la ayuda.

Glinda: esa misma! - aplaude victoriosa. - ha hablado con la prensa. Por un par de miserables libras ha dicho que tú y la reina se acostaron juntas! - la mandíbula de Camila cae al suelo. - entré en la habitación y estaban abrazadas en la cama - lee una pequeña fracción del diario que sostiene entre manos.

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Uhhh, escándalo! Margot, que traidora. Y ahora qué? Su supuesto amorío es noticia en todo el país y muy probablemente en el extranjero. Como se revierte esto?

Silver.

Políticamente Correcto |camren|Where stories live. Discover now