10. Cultura general

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Bebé Nick.

Por lo poco que había visto, podía darme cuenta de que Jared era el que hacía desastres y James el que se disculpaba. Era una linda hermandad.

—Creo que ha sido suficiente de las copias, ¿no? —Otra figura se plantó frente a mí—. Soy Hazel y yo sí estoy encantada de conocerte —Me dio un abrazo rápido—. Tus ojos y los de esa pequeña son una fantasía, cariño. Me alegra que Nick por fin tenga algo de compañía, la soledad en exceso hace más daño del que creemos. Últimamente ha estado menos gruñón que de costumbre, afirmo que Olivia y tú tienen algo que ver con eso. Es más, creo que...

—Hazel... —La voz precavida de Nicholas la interrumpió, negando con la cabeza.

Ella sonrió arrepentida y murmuró algo en un idioma que, si no me equivoco —lo cual es muy probable, puesto que apenas sabía inglés— era alemán y Nicholas asintió.

¿Acaso sabía alemán?

—En fin, también me hace feliz un poco de compañía femenina. Adoro a estos tres, pero son insoportables la mayoría del tiempo. Espero y puedan quedarse mucho tiempo.

Aturdida por lo rápido que salieron todas esas palabras de su boca, asentí. Ella podía competir con Eminem, no tenía dudas.

—Yo... Wow, no sé qué decir. Eres muy enérgica. —James y Jared rieron—. ¿Acaso eso era alemán?

—Lo era. Soy Alemana, me mudé aquí hace algunos años. Cuando conocí a estos tontos los obligué a aprender lo básico del idioma porque en ese entonces me era difícil no mezclarlo con el inglés y ellos apenas me entendían. —Le restó importancia con la mano—. Vamos al salón, quiero saber un poco más de ustedes dos. —Tomó mi mano y la de Olivia, arrastrándonos al living.

¿Siendo sincera? No entendí la mitad de lo que dijo, pero aún así la seguí. Hablaba demasiado rápido.

(...)

Dos horas más tarde estábamos sentados en los sofás que adornaban el salón, comiendo de la pizza que había ordenado Nicholas minutos antes.

Descubrí que de los gemelos, Jared tenía una novia venenosa —palabras de Hazel, no mías— y James estaba soltero. También que Nick los conocía desde los diez años y Hazel se añadió a su grupo cuando tenían catorce.

Jared era gracioso y muy bromista, le tenía este raro apodo de Nicki Tricki a Nicholas que me causaba mucha gracia; todo lo contrario a él, que parecía disgustarle bastante.

James era más tranquilo y parecía siempre saber que decir, era muy bueno con las palabras. Si lo del fútbol no resultaba, tal vez sería un buen comunicador. ¿Algo común en ambos? Eran agradables, sonreían mucho y aparentaban poseer el mismo amor que Nicholas hacia los niños; Olivia estaba extasiada de la atención que había recibido hoy.

Hazel, por otro lado, era muy parlanchina, pero también muy agradable. Te hacía sentir cómoda y parte de ellos aunque los había conocido hace unas horas.

—Entonces, Alice, ¿Nick las trata bien? Porque de no ser así Olivia y tú pueden venir con nosotros. —Jared esbozó sonrisa juguetona.

—Cállate, idiota —gruñó Nicholas.

—Cállame, amor —respondió, lanzándole un beso—. ¿Y bien, hermosa? ¿Cómo es mi Nicki Tricki? —el resoplido de Nicholas por el apodo no pasó desapercibido.

No esperé que la atención ahora estuviera en mí, sus tres amigos esperaban expectantes una respuesta.

—Él nos trata... más que bien —me sinceré, finalmente dirigiendo mis ojos a Nicholas. Los suyos mostraron sorpresa al notar mi mirada—. No podría quejarme de nada aunque quisiera. —Terminé por apartar la vista de él al sentir un cosquilleo en la punta de mis dedos.

Un giro inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora