30- El girasol se marchita

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Hasta la flor más hermosa se marchita, ese es el destino del tiempo, está condenada a morir lentamente, perderá su brillo y todos sus vivos colores, entonces aquella belleza se desvanecerá, dejando sólo un horrible  negro en su exterior, sin premura caerán los pétalos, uno a uno, disfrutando del dolor de quién fuera la más hermosa del jardín algún día, quedando indefensa, sola, para finalmente morir apartada de las nuevas bellas flores.

Ese es el ciclo de la vida, más cruel de lo que a la mayoría les gustaría admitir.



— Himawari— la menor de los Uzumaki escuchó llamar a su madre desde la cocina, inmediatamente dejó sus juguetes a un lado y bajó a su encuentro.

— ¿Si, mamá?—

— necesito que vayas con la tía Ino a dejar ésto, son documentos de tu padre para Sai, los olvidó aquí hace tiempo, estoy terminando el desayuno para llevarle a Boruto— dijo entregándole un sobre amarillo.

— entendido— asintió felizmente abrazando el sobre, estaba por salir cuando una pregunta rondó por su cabeza — mamá, ¿Por qué papá no ha regresado a casa?— las manos de la Hyuga temblaron haciendo que el cucharón cayera dentro de la olla de curry.

— ya sabes que él tiene mucho trabajo, ha estado muy ocupado desde lo que ocurrió con los Ootsutsuki— por un momento había olvidado el hecho de que su hija no sabía absoluto nada del divorcio, apenas habían pasado tres semanas, pero era obvio que ya no podían seguir postergando las cosas más tiempo, mañana debería hablar con Naruto antes de que Himawari empezará a hacerse ideas equivocadas.

— es eso... Está bien, en seguida regreso— exclamó no muy convencida pero tampoco iba a cuestionar a su madre.

Caminó con cuidado por las calles de Konoha rumbo a la florería Yamanaka, unos metros más adelante divisó a su hermano parado en una esquina.

— ¿Oni-chan? Deberías estar en el hospital— se acercó preocupada a Boruto quien la saludó como de costumbre.

— oh sí, digamos que necesitaba tomar aire fresco— rió, poco después cambió su semblante y bajó la voz— ven, sígueme, necesito contarte algo— tomó su muñeca mientras corrían hacia otra calle, la azabache a penas podía seguirle el paso, no entendía que le pasaba ahora.

— Espera, debo entregar ésto a la tía Ino, mamá me lo pidió—

— hazlo después, ésto es más importante— corrieron como locos hasta el parque más cercano, finalmente Himawari pudo detenerse a respirar, no estaba acostumbrada a tanto movimiento.

— eso fue bastante rápido— se escuchó una voz que se acercaba a ellos.

— ¿Tía Sakura? No sabía que también estabas aquí— cuestionó la niña.

— los estaba esperando en realidad—

— ¿Qué es lo qué querías decirme, oni-chan?— volvió a preguntar.

Debemos actuar pronto pero tranquilos, o de lo contrario todo se arruinará— añadió la Kunoichi luego de dar los detalles de su última idea.

—no estoy seguro de lo último, ¿Y si Himawari sale herida?— realmente no pensaba que Sakura quisiera involucrarla a ella en ésto, creía que sólo serían ellos dos.

— no lo hará, te lo prometo, debes seguir el plan al pie de la letra— insistió con más autoridad.

— pero eso sería mentirle, nunca le he mentido para hacerla sentir mal, sólo para protegerla—

ECLIPSEWhere stories live. Discover now