CAPÍTULO VEINTIOCHO

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Carla

¿Ya mencioné lo sexy que se ve Nicolás conduciendo? ¿Sí? ¿No? De igual forma deben de saberlo. Se ve jodidamente sexy.

Justo ahora vamos en su auto, alejándonos de casa, de la ciudad y todos esos problemas, discusiones y líos familiares que nos estrellan las mentes.

No vamos a escaparnos al estilo Romeo y Julieta (dejando en claro que eso nunca funcionó).

Nosotros, cegados por querer sentir un poco de libertad y dejar toda la pesadez de nuestras vidas atrás, tomamos carretera hacia la playa más cercana de la ciudad, una playa que a estas horas de la noche debe de estar muy callada, fría y solitaria. Pero no nos importa, al contrario, es perfecto. Buscamos salir, despejarnos un poco y liberar todo el estrés que puede llegar a ocasionar los dilemas y las discusiones, porque, aunque por ahora no se ven muy claros, sí que los hay. Y ahora pasaré a enumerarlos:

Principalmente está Nicolás.

Desde la "primera vez que lo vi " en su cena de bienvenida, se había comportado muy diferente a como muestra ser ahora, sobre todo por lo que pasó en el comedor. Aún no puedo olvidar la forma en la que trató a su padre, la cual me causa mucha confusión e intriga y hace que siempre ronde la misma pregunta por mi cabeza: ¿Si quiere tanto a su padre para defenderlo frente a todos en la cena, por qué cuando él trataba de calmarlo Nicolás le pedía que se alejara, que no lo quería en su vida?

¿No es extraño? Pues para mí sí lo es, pero pretendo hacer preguntas y, por ende, buscar sus respuestas, las cuales planeo encontrar esta noche.

Ahora, otra cosa que me tiene loca de la cabeza: Mi padre.

Debemos de admitir que lo que pasó es extraño, muy extraño en realidad.

Todo iba perfecto y de un momento a otro... ¡Bum!, discusión. Y todo por el simple hecho de hablar sobre el trabajo de mi padre.

Pero lo que más me enloquece de todo esto, son las palabras que salieron de la boca de Nicolás: "Si ya sabes quién soy... Entonces supongo que ya sabes por qué estoy aquí."

¿Por qué dijo eso? ¿Por qué está aquí? ¿A qué se refiere? No lo comprendo.

En fin, decido dejar esos pensamientos atrás por ahora y enfocarme en este increíble momento, este momento en el que, de alguna forma, estamos escapando, ¿De qué? Pues... De todo ¿No?

Discusiones.

Enfados.

Familias.

Todo.

Todo lo que nos agobia justo ahora, y no solo a él, sino también a mí.

Especialmente hacemos este viaje para eso; liberarnos, aunque sea solo un rato.

Miro por la ventanilla que está a mi lado, apoyando mi cabeza en el puño de mi mano, observando el paisaje, pero la verdad es que después de tanto tiempo empiezo a impacientarme. No me gustan mucho los viajes en carretera, menos si son tan largos.

Por ahora llevamos tan solo la mitad del camino, por ende, solo una hora recorrida. En cierto punto Nicolás y yo paramos en una de esas tiendas de carretera donde venden un poco de todo. Decidimos hacerlo para comprar aperitivos, como papas fritas, refrescos y por supuesto, chocolate con maní.

Digamos que en ese tipo de tiendas no se encuentra mucha variedad de comida saludable, solo envueltos y frituras, lo cual no me molesta. Nunca he sido del tipo de chicas que siguen dietas estrictas o simplemente come saludable. Yo como de todo.

No Soy Esa ChicaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt