CAPÍTULO CINCO

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Carla

—¿Hola? —vuelvo a preguntar, ya que, nadie responde detrás de la línea.

Después de unos minutos, la misma voz masculina que había escuchado antes se digna a hablar.

—Hola.

—¿Con quién hablo? —mi voz es dura y persistente.

—Ya me conoces, Carla.

Eso me deja desconcertada y también un poco asustada, lo que hace que la dureza que antes decía tener se vaya desvaneciendo, pero, aun así, después de unos segundos logro reunir un poco de firmeza en mi voz para responder.

—Dime quién eres o cuelgo.

—Pero si eso ya lo sabes —lo dice como si fuera lo más normal y obvio del mundo tener esta llamada—, Pero te ayudaré, ya que al parecer no logras descifrarlo —continua—. Te daré una única pista, ¿Sí?

No le respondo, permaneciendo callada, pero él toma mi silencio como un sí.

—De acuerdo. La primera y única pista que te daré es que soy un chico muy guapo, con cabello tan negro como el carbón y ojos grises de un color similar al humo, ¿No te suena? —indaga. ¿Qué tipo de comparación es esa?—. Ah, se me olvidaba, soy el hermano de tu mejor amiga, Lara, o más conocido como el asesor.

Me quedo en shock. ¿Cómo es que el hermano de Lara consigue tanta información sobre mí?, en ningún momento le di mi número, lo que me hace preguntarme... ¿De dónde lo sacó?

Niego seguidamente con mi cabeza y paso a enfrentarlo por lo que dijo hace segundos atrás.

—¡Que engreído eres! —expongo—. ¿Un chico muy guapo?, ¿Es en serio?

—Tú sabes que lo soy —habla con altivez.

—¡Claro que no!

¡Y claro que sí!, el hermano de Lara es muy guapo, se podría decir que incluso sexy, pero no se lo diría, nunca lo haría.

—Sabes que sí —me dice, y me puedo imaginar que, al otro lado de la línea, en donde sea que esté, su rostro tiene una sonrisa en este preciso momento. Decido cambiar de tema y le pregunto algo que me carcome la cabeza.

—¿Cómo conseguiste mi número?

—Me lo dieron.

—¿Dónde?

—Por ahí.

¡Por Dios! ¡Quiero matarlo!

—Entonces... ¿No me lo vas a decir? —dije, un poco irritada.

—No.

—¿Por lo menos me dirás tu nombre?

—No —responde, sereno—. Averígualo.

—¿Sabes qué? —digo, ya cansada de esto—. Adiós —termino la llamada.

Si quiero buscar respuestas a mis preguntas, no las buscaré en él, es el menos indicado en ayudarme.

Todavía no lo conozco muy bien, pero sí lo suficiente como para saber que no es el tipo de chico con el que no saldría ni a dar una vuelta por el parque, ni mucho menos a una cita... ¿¡Por qué estoy pensando en tener una cita con él!?, aquí es cuando sé que en verdad su llamada me afectó. 

Decido mejor dejar de pensar en el hermano de Lara y en su llamada, y me dedico a conectar mi celular al bafle vía bluetooth para escuchar música mientras hago el aseo del hogar, como tenía planeado hacer antes de la intromisión del idiota por el que acabo de hablar por teléfono.

No Soy Esa ChicaWhere stories live. Discover now