CAPÍTULO VEINTE

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Carla

"Asómate. N.L"

"Asómate N.L" es la palabra que está escrita en el interior del avión de papel.

Al leer "Asómate", estoy segura de que se refiere a la ventana, y que la "N" significa: Nicolás, es lo más seguro, pero... ¿Y la "L"? ¿Qué significa?

Me asomo a la ventana como indica la hoja y mis sospechas eran ciertas, la "N" sí es de Nicolás, ya que él está abajo, y cuando lo vi no pude evitar sonreír.

—¿Qué haces ahí?

—Voy a subir —Indica.

—¿Qué?, No, no puedes subir —exclamo—. Estoy castigada. No puedo recibir visitas, además, es peligroso.

—¿Te estás preocupando por mí, Lee? Me siento halagado —dice, con una amplia sonrisa en su rostro mientras pone su mano derecha en el pecho como gesto dramático.

—No es momento Nicolás, estoy hablando en serio.

—¡Y yo también! —reclama.

Seguidamente lo veo ignorar lo que le digo y empieza a buscar una forma de llegar a mi habitación, la cual queda en el segundo piso.

Creo que está buscando algo como una escalera, pero no la encontrará, hasta donde sé, no tenemos escaleras por aquí.

—Si estás buscando una escalera no la vas a encontrar —informo en un tono algo bajo para evitar que mi padre escuche.

—Entonces gestionaré el plan B —dice como simple respuesta.

Ay no.

El plan B consiste en, prácticamente, una misión suicida para Nicolás.

Lo descubrí cuando lo vi decidido por escalar la pared y empezó a hacerlo apoyándose en la base de las ventanas.

Al principio todo iba bien, pero después puso uno de sus pies en donde no debía y casi se cae, lo que hizo que soltara un grito ahogado y me llevara mis manos a la boca para cubrirla por el miedo y los nervios que estoy sintiendo en el momento.

Un poco desesperada busco una forma de ayudarlo, pero por fortuna logra volver a poner su pie en un lugar "seguro" a tiempo.

Él sigue escalando y unos segundos después logra cruzar por mi ventana y pisar tierra firma en mi habitación.

Una vez lo tengo frente a mí, suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo.

—Estás loco.

—Claro que sí, loco por ti, Lee.

Volteo lo ojos.

¡Por Dios!, ¿¡Como dice esas cosas!?, la que se va a volver loca soy yo.

—Hola —saluda, sonriente, ya que no lo había hecho antes y yo suelto una leve risa.

—Déjame ponerle seguro a la puerta —me doy vuelta y me acerco a la puerta para hacer lo que dije.

—Seguro a la puerta, eso promete.

Volteo para verlo con una mirada amenazante y noto en su rostro una sonrisa pícara.

—No te hagas ilusiones, es para que mi papá no entre de repente, se supone que estoy castigada, ¿Lo olvidas?

—Ah, sí —hace una mueca—. Había tocado en la puerta principal y tú padre abrió diciéndome que estabas castigada y que no podías recibir visitas, además, creo que justo ahora no soy su persona favorita, al fin y al cabo, yo te lleve a esa jodida fiesta. No debí hacerlo.

No Soy Esa ChicaWhere stories live. Discover now