Capítulo 16

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El resto del camino fue silencioso, con una simple mirada de mi parte Harry entendió mis pocas ganas de hablar. Adoraba eso de él. Sabía cómo actuar correctamente sin necesidad de que hablara o hiciera algún gesto.

Su casa estaba un poco lejos de la mía, más lejos del centro. Mientras más avanzabamos más tranquilo se sentía. Pude notar lo lujoso que se veía el barrio. Aquellas casas podían ser tres veces más grandes que la mía y creo que me quedaba corta. 

Disminuyó la velocidad en frente de una mini mansión. Era increíblemente elegante. Tenía un pequeño, muy pequeño jardín donde se podían ver algunas rosas rojas. A simple vista parecía el hogar de algún polílitco; era demasiado hermoso. Las paredes de la entrada eran de un blanco mate y la puerta era negra brillante. Podía notar que era de tres pisos, el último de estos adornado con un balcón perfectamente hecho y acompañado de unos muebles que parecían ser de cuero negro. Me pregunté por un momento cómo hacía si llegara a llover.

- "Hemos llegado, Ash". Dijo sacándome de mi trance.

Asentí y bajé del auto sin emitir algún sonido. Él rápidamente sacó mi maleta y me tomó de la muñeca con suavidad para dirigirse a la entrada de su casa. Giró el pomo de la puerta y noté que no tenía seguro. Debías ser un barrio muy seguro.

El interior de la casa constaba de puertas a cada lado de un pasillo largo adornado con una hermosa escalera al final. Cada puerta  tenía un color diferente, pero sin salirse de la combinación monocromática. Las paredes eran del mismo color que del frente de la casa. Me sentía como una hormiga en una ciudad de gigantes. 

- "Buenas tardes, Sr. Styles". Saludó un anciana con cabello gris y vestida con unos pantalones de chándal negros y una camiseta bastante fresca. Parecía mi outfit de los domingos.

- "Hola Elizabeth. No es necesario la formalidad en frente de ella. Es Ashley, mi amiga". Le respondió sonriéndole mientras la abrazaba.

- "Hola querida. Bienvenida, estás en tu casa". 

- "Gracias". Respondí con un susurro alto y una sonrisa.

- "Elizabeth, por favor acomoda el cuarto de invitados número 2. Ella se quedará ahí". Ordenó Harry con la voz más dulce que jamás haya oído.

Ella asintió y sin más se dio la vuelta hacia la escalera. Harry la siguió, pero sólo dejó las maletas en el comienzo de la escalera. Regresó a mi y tomó mi mano  para llevarme a una de las tantas habitaciones que había en esta casa. La puerta era de un gris plomo casi negro. Tuve miedo de qué podía encontrarme al otro lado, pero sólo era la cocina.

- "¿Te ofrezco algo?". Preguntó rodeando una gran mesade mármol situada en el centro. 

Mi cuarto era más pequeño que esto. Por un momento pensé que Harry era narcotraficante, pero era muy poco probable, él era un bebé grande. Mis ojos viajaban por toda la cocina e hice caso omiso a la pregunta de mi amigo. Los colores predominantes era blanco y rojo. 

- "Ashley. ¿Te ofrezco algo? ¿Está todo bien?". Insistió. 

- "Ahm no. Gracias". Sonreí falsamente. Me sentía extraña. Una combinación de sentimientos.

- "¿Te ofrezco algo?". Volvió a preguntar.

- "No Harry. No tengo sed, ni hambre". Respondí clavando mi mirada en lade él.

- "No sólo ofrecía eso". Dijo con una sonrisa dulce.

- "No comprendo". 

- "¿Te ofrezco un abrazo? Estoy casi seguro de que necesitas uno con urgencia". Se acercó con lentitud.

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