La margarita II

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   —¡La recuerdo a ella! —exclamó triunfante—, ¿¡cómo olvidarla!?

   —Oye… sabes quién fue ella para ti, ¿no?
   No me estaba agradando su dicha por recordarla.

   —Pues… creo que sí, o tal vez no. ¿Por qué no despierta?

   —Ella requiere de un choque eléctrico para despertar —dije desinteresadamente mientras la miraba—, pero no creo que sea necesario hacerlo, ella no nos podría ayudar en mucho por aquí. —Me crucé de brazos—. ¿Sabes? Sería bueno que a ella la encerraran en el breaker room y a mí me dieran su puesto de trabajo, daría lo mismo, ¿no?

   Sin haberme dado cuenta, Freddy ya estaba dentro del cuarto de control. Lo miré sobre mi hombro asustado de que hiciera exactamente lo que evité desde el día que la conocí. De pronto el suelo comenzó a estremecerse, así como luces blancas y brillantes comenzaron a expedirse desde su cuerpo. Su grito era como un pitido que pulsaba y destrozaba mis tímpanos.

   —¡Ya está! —Entonces regresó conmigo.

   —¿¡Por qué hiciste eso!? —susurré desesperado—, ¡te dije que no era necesario que la despertáramos!

   —Tonterías, quiero que ella misma me diga lo que sabe de mí. —Caminó hasta estar a su lado.

   Sentía una urgencia de detenerlo y pretender que nada de esto había pasado. Era demasiado tarde, pues cuando llegó a estar enfrente de ella (ella estaba tirada), despertó con un gran suspiro.

   —¡Oh! Ese casi hace que se me caiga la mandíbula —rió mientras seguía respirando.

   —¿Estás bien? —preguntó Freddy.

   En cuanto FunTime Foxy lo vio, hizo la misma expresión que yo siempre suelo hacer cuando los recuerdos llegan de golpe a mi cabeza. Sabía lo que significaba esa mirada, sabía que estaba comenzando a soñar despierta.

   —¡Hola, FunTime Foxy! —exclamé para interrumpir su conexión—. ¡Soy yo, Bonnie! Todavía te acuerdas de mí, ¿verdad?

   —Oh, hola, Bonnie, no había notado que estabas ahí parado.

   —Por favor, déjame ayudarte —dijo Freddy, así como estiró una mano para ayudarla.

   ¡Mierda! ¿¡Por qué no puedo evitar sentirme con tanto coraje por verla junto a él!? Tengo que pensar en una forma en que deje de pensar en querer ahorcarla.

   —Gracias. —Se cohibió un poco cuando estuvo de pie enfrente de él—. A ti no te conozco, ¿cómo te llamas?

   —Oh, perdón, mi nombre es Freddy.

   Entonces ella volvió a hacer la misma mirada de recuerdos intensos aterrizando.

   —¿Freddy? ¿De Freddy Fazbear’s Pizza?

   —Así es, soy yo.

   Los ojos de FunTime Foxy entonces se volvieron cristalinos y más profundos, casi era posible ver su alma y sus más profundos pensamientos en sus pupilas rodeadas por un iris amarillo. Su cuerpo estaba temblando, podía ver que también estaba sudando un poco, y no porque Freddy haya provocado un choque eléctrico en ella hace unos segundos, sino que estaba viendo un sueño hecho realidad. ¡No es posible! ¡No! ¡No puede estar pasando esto! FunTime Foxy estudió su cuerpo moviendo sus ojos de los pies a la cabeza. La mía de Freddy indicaba la apertura de sus propias puertas hacia la parte sin censura de él.

   —¡Sí! —Caminé entre los dos—. Lo siento, pero acabo de recordar que necesito hablar con Freddy acerca de unas cosillas que hay que arreglar para mañana. —Mi forma de hablar era muy rápida—. No tenemos mucho tiempo, así que será mejor que nos apresuremos en ello. Fue un placer haberte visto de nuevo, FunTime Foxy, espero que en un futuro no muy lejano podamos volver a hablarte. —Entonces tomé el brazo de Freddy y lo llevé conmigo de vuelta al breaker room. Él no luchó para liberarse de mi agarre—. ¡Adiós!

   —Bonnie, ¡espera! ¡Freddy! —exclamó desde su lugar; no nos siguió.

   Freddy no le dijo nada, pero tampoco dejaba de mirarla. Entre más la miraba, mayor era la fuerza con la que jalaba de su brazo y lo arrastraba conmigo.

   Cuando entramos al cuarto lo dejé enfrente de la puerta. Yo caminé hasta estar al otro lado del cuarto. Sentía algo en mi estómago que lo retorcía y me obligaba a encorvarme y bajar mis orejas; en todo momento le estaba dando la espalda a Freddy.

   —Bonnie, ¿estás bien?

   Su pregunta no alivió mi dolor.

   —No, pero supongo que tú estás mejor que nunca.

   —¿De qué hablas?

   Entonces me levanté y caminé un poco más cerca de él. Él no se movió del lugar en el que lo dejé.

   —Sé que todavía estás recordando muchas de las cosas de tu pasado, y entiendo que necesitas de la ayuda de animatrónicos y objetos materiales para que sea más fácil. Pude darme cuenta de que recordabas perfectamente quién era ella y lo que tuvo que ver contigo. Fue como si otra vez quisieras revivir lo que sucedió cuando eran jóvenes.

   —¿Hablas de FunTime Foxy?

   —Freddy, por favor. —Sentía pocas lágrimas de coraje salir de mis ojos—. Ya es demasiado difícil para mí conservar la cordura encerrado aquí, no quiero… no quiero darme cuenta de que todo por lo que he trabajo no valió la pena, no quiero tirarlo a la basura. ¿Entiendes de lo que estoy hablando? Han pasado tantas cosas que no soportaría la idea de que…

   Entonces Freddy vino a abrazarme.

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