The Alpha's Choice» KTH

Capítulo Cincuenta

Capítulo cincuenta.
La decisión del alfa.

Apenas Taehyung dijo aquello, Mao dio la orden a sus alfas de atacar y así, el pelirrojo dejó a los suyos defenderse.

—¿Un alfa corriente va a desafiar al fundador?

—Hablas más de lo que actúas.

Mao se transformó nuevamente, tan rápido que fue un poco difícil de creer, lanzándose sobre Taehyung sin contar con que él era bastante bueno esquivando, era algo que el alfa solía hacer, se apartaba en el momento perfecto antes de que lograsen siquiera tocarlo y daba un golpe que no requería demasiada fuerza, de esa manera, el contrincante se cansaría más rápido y él permanecería con toda la energía.

Cosa que no era una novedad, pues de Taehyung se hablaba mucho y sabían que él era el tipo de alfa que no recurría a la fuerza de su forma animal si no lo necesitaba, él podía dar una muy buena batalla solo quedándose en su forma humana.

Y sus piernas eran su arma principal.

Dio una patada bajo la mandíbula, logrando atontarlo por escasos segundos, luego impactó su pie contra el hocico y le empujó, haciéndole caer de espaldas, estaba tomando impulso para saltar y malograrle un poco la caja torácica, pero el llamado de atención que recibió de su lobo, se lo impidió, deteniéndose de golpe.

—Esto no es algo que nos corresponda, Tae.

Frunció el ceño, contrariado por eso y gracias a la distracción que aquello causó, Mao se repuso casi de inmediato, logrando llegar a Taehyung con sus garras, las cuales se enterraron y deslizaron por el pecho del alfa más joven.

Sintió su piel arder y su camiseta blanca se manchó con su propia sangre. Se alejó varios pasos atrás, tomando una posición de defensa y para su disgusto, dándole tiempo de recuperar fuerzas mientras ignoraba las peleas de sus compañeros, era mucho revuelo.

—¿Qué quieres decir?

—Que este enfrentamiento no es nuestro, no deberíamos ser nosotros quienes acaben con ese alfa.

—¿Entonces quién?

Mao volvió a atacar apenas se recuperó, continuó esquivandolo tanto como podía.

—Tu padre y Namjoon tienen motivos más fuertes para hacerlo. ¿Por qué crees que te han dicho que seguramente todos sus problemas se resolverían hoy?

—No te entiendo.

—¡¿Con quién demonios hablas?!— el puño de Mao impactó en su pómulo izquierdo, ni siquiera sé había dado cuenta de cuando volvió a cambiar—¡Mátame de una vez!

—Cuando el alfa de Seokjin me dijo que tú sabrías que hacer, imagino que esperaba que eligieras la paz de él y su corazón en lugar de un triunfo tuyo.— le confesó y aconsejó— Ninguno de los dos hermanos Kim podrá estar en paz si no le matan ellos y este hombre lo sabe, por eso prefiere morir a manos tuyas.

Lo empujó con tanta fuerza, que cayó varios metros lejos de su cuerpo, ahí fue cuando Taehyung unió piezas.

—¿Fue él?

—Si— afirmó sin dudas— Y fue él quién dejó entrar al puma al clan para sacar muestras, además de autorizarlo para saquear la tumba de Jaesun. Además... el cachorro tenía oportunidad de salvarse, pero él le mató también.

Observó el cuerpo tembloroso de su bisabuelo volver a levantarse y sus brazos cayeron a sus costados, sus ojos se inundaron en lágrimas llenas de impotencia, no podía creer que alguien tan vil y despiadado como aquél hombre, portase el apellido Kim. No lo merecía.

Comenzó a caminar a paso lento hacia él, sonreía.

—¿Cómo te enteraste de todo esto?

—Puedo explicártelo luego, ahora me gustaría saber que harás.

Suspiró.

—Supongo que es más que obvio— se aclaró la garganta— ganar tiempo mientras llegan ellos dos y hacen lo que tengan que hacer.

—Byul.

La castaña detuvo su caminar a mitad de la sala, parpadeó varias veces.

—¿Si?

—El alfa dice que va a bloquear nuestro vínculo por unos minutos— escuchó a su loba avisarle—parece que Taehyung está peleando y eso nos puede afectar.

Se alarmó.

—¿Él está bien?

—Si, sólo es precaución. Si ocurre cualquier cosa, te comentaré.

—Vale... — no escuchó más— vaya, no sabía que se podía hacer algo así.

—No me digas que hay fantasmas en esta casa porque solo eso falta empeorar esta situación—Yoongi la observaba como si fuese el espécimen más extraño que ha pisado la tierra, Freya se golpeó la frente con la palma de su mano— hablo enserio, si es así, dímelo y nos largamos de aquí corriendo.