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La pequeña tienda estaba casi vacía, tal vez porque eran más de las 10 de la mañana un día sábado, pero eso no llegó a importar mucho en cuanto comencé a pasear por los pasillos con Sakura. Ella se veía emocionada por la salida de hoy, no se si era porque tenía algo más entre manos a parte de abandonar a mi hermana en el auto con el chico que le gusta, o por alguna otra cosa, lo importante era que se estaba divirtiendo y me estaba regalando aquella sonrisa que tanto me gusta.

Paseamos entre los pocos pasillos para que Sakura pudiera elegir algo que le gustará. Esta era una de esas escasas veces en las que quería comer frituras y no se lo iba a impedir.

–. ¿Aún no te decides? –le pregunto cuando veo que ella tienes dos paquetes de papas distintas en sus manos.

–. No se cual es mejor.

–. Umaru-chan estaría muy decepcionada de ti –le dije mientras agarrabas las mejores papas saborizadas del anaquel y buscaba la famosa Coca-Cola.

–. No es mi culpa que fabriquen tantos sabores para las papas. Además ¿quién eres tú para decirme que Umaru-sama estaría decepcionada de mí?

–. Pues alguien que sigue sus consejos de como pasar la tarde. Papas, Coca-Cola y mucho de anime, manga y juegos.

Ambos nos reímos por aquel chiste. Debería sorprenderme porque Sakura conozca a lo que me estoy refiriendo, pero es más divertido así. Buscamos un par de botanas más y fuimos a pagar. La chica frente a mi en el cajero estaba buscando su cartera para pagar y eso le alertó a Sakura que salió sin la suya. Sabía que quería ir hasta el auto para buscarla pero ni siquiera yo sabía si eso era buena idea en aquel momento, así que le insistí en que yo pagaría. Y aunque se puso muy terca por fin desistió.

Una vez con nuestras compras en la mano salimos del local justo a tiempo para ver la sombra de dos jóvenes dándose un beso en los labios en el asiento trasero de mi auto.

Ese Eriol ahora estaría tachado en mi mente como un aprovechado.

–. No seas sobre protector, Li –dijo Sakura adivinando mis comentarios.

–. Es mi hermana pequeña, no lo puedo evitar.

Caminamos hacia el auto y en cuanto entré me pude dar cuenta de que el ambiente ahora era mucho más relajado que cuando salimos de casa. Podía notar que Tomoyo estaba feliz, no solo por la forma en que miraba a Eriol sino por la forma en que también miraba a Sakura. Estaba agradecida.

Mi hermana y yo cruzamos miradas por unos segundos, sabía lo que eso significaba y no sabía como sentirme al respecto. Tomoyo me había dado su aprobación, por así decirlo. Ella también era una hermana sobre protectora, aunque la castaña sentada junto a mi no lo creyera.

–. Vamos a poner un poco de música –dijo Sakura en lo que conectaba su teléfono al reproductor de mi auto– Es una canción muy buena de Elton Jhon: No rompas mi corazón.

La música comenzó a sonar y ella le subió el volumen. Ahora si que podíamos viajar el resto del camino mucho más relajados.

–. ¡Adoro esa canción! –le dije a mitad de coro.

Sakura saco unas cuantas botanas y se las paso a los dos acaramelados del asiento trasero y me fue pasando unas a mí para también comer un poco de esa comida chatarra.

Me sentía muy agradecido con ella, por lo que hacía por mi hermana. Era un lindo gesto, uno muy dulce en realidad. Sakura Kinomoto es mucho más que una mujer fría y sin sentimientos como todo el mundo la había pintado durante años, incluso yo cometí ese error.

* * *

El resto del camino fue mucho más divertido de lo que creía en un principio, pero ya no encontrábamos en el dichoso centro comercial al que Sakura quería que la llevará.

La Propuesta 【SCC】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora