No tenía forma de explicar lo paralizado que me sentí de escuchar esas palabras desde alguien más. Por primera vez, consciente, me sentí fuera de mi jaula a tan solo un paso más de vuelta a la vida.

   —¿Qué? —pregunté sin voz.

   —Sí… Mañana en la tarde regresaré a mi restaurante, y si crees que no pasará nada con tu ausencia podría llevarte hasta allá.

   —¿En-e… En serio p-pod… podrías hacer e-eso? —lo tomé de sus hombros. Él se alejó un poco de mí.

   —Espera, espera, hay algunas condiciones antes de que podamos irnos.

   —¿Qué condiciones? —Aún mantenía mi esperanza en pie.

   —Bueno, tú sabes que es difícil para nosotros movernos a cualquier lugar sin ser vistos por los humanos. Si vendrás conmigo tendrás que buscar la manera de conseguirme 150 dólares canadienses, porque necesito comprar ropa de invierno y alimentos para el viaje; nos llevará casi tres días en camión, viejo.

   Oh por Dios, ¿en serio está tan lejos de aquí?

   —Oye, espera, ¿¡150 dólares!? ¿De dónde voy a sacar tanto dinero en menos de un día? No puedo robarle dinero al restaurante, ni siquiera lo dejan…

   —No lo sé, viejo, pero yo necesito esa plata para que no te mueras de frío en el viaje. Pero dime, ¿sí lo harás?

   Si le decía que sí era condenarme a conseguir a como dé lugar demasiado dinero. No… no sé si Mangle pudiera prestarme ese dinero de parte del restaurante. Por Dios, ni siquiera sabe que estoy planeando en irme. No lo sé, sería egoísta de mi parte retirarme sin hacer nada para agradecerle las veces que me salvó la vida; si no fuera por ella estaría comiendo de mi propia carne. Sólo es eso: ¿cómo? De pronto pensé en una posible solución mientras observaba el stage lleno de animatrónicos bailando de forma erótica y provocativa. La vibra de la fiesta comenzaba a cambiar conforme las horas del reloj avanzaban e indicaban la media noche. Tal vez, si consigo lo necesario, incluyendo las agallas, pueda conseguir el dinero esta misma noche, sólo tendría que ser bastante bueno. Entonces, después de pensar en una solución precaria, le volví a hablar.

   —Está bien, te conseguiré esa plata para mañana.

   —¡Es un trato! —Sacó su mano de su túnica y la estrechó con la mía; lucía pálida y sucia como un juguete abandonado por años—. Vendré mañana en la mañana para recoger el dinero para que compre las cosas y salgamos en la tarde, ¿de acuerdo?

   —Muy bien —decía con una seguridad más alta que yo mismo.

   —Perfecto. Prepárate, Freddy —dijo con una sonrisa amplia y llena de dientes amarillentos, después se alejó de mi sillón y se perdió entre la multitud danzante.

   De acuerdo, eso fue demasiado extraño, pero ahora lo que más importa es preguntarle a Mangle acerca de esto, espero y sí pueda ayudarme.

*    *    *

Después de haberla arrastrado hasta el cuarto de partes y servicios, y que escuchara todo el plan que comenzaba a construir, se quedó observándome con cierta preocupación, como si tuviera que aceptar una decisión por obligación.

   —Freddy… ¿por qué no me llamaste cuando ese sujeto se acercó a ti? Tú no lo conoces, puede ser que sólo te esté jugando una broma para sacar provecho de ti.

   —Mangle, mi vida ahora no tiene ningún sentido; si quisiera valerme por mí mismo trabajaría hasta sentir que se me quiebra la espalda, mas no hago nada de eso, sólo me pudro lentamente en ese cuarto; ¡hasta estoy engordando! —Le mostré mi cuerpo aunque tuviera mi disfraz—. Sólo quiero salir de aquí, ya no aguanto estar encerrado, por favor.

   Se cruzó de brazos y me miró esta vez sin expresión alguna. Si conozco lo suficiente a las mujeres diría que ese rostro indica aceptación, pero desconformidade y decepción a la vez. No me importa con tal de que logre volver a ver a Bonnie.

   —¿Qué tienes en mente? —Su voz fue gruesa.

   —Mira, estuve estudiando por un momento la actitud de estos animatrónicos; todos se seguirán alocando mientras les ofrezcamos más bebidas y más libertinaje. Si puedo mantener eso por más horas creo que lograré abrir una nueva sección en el programa de la fiesta.

   Esperaba con todas mis fuerzas que estuviera en lo correcto.

   —¿Más? Bon… todos normalmente se van después de que se repartieran los dulces y regalos, supongo que podría darles un poco más, pero tendremos que buscar más canciones.

   —¡Perfecto! Necesito algunas en particular cuando inicie mi sección.

   —¿Y de qué será? —preguntó con una ligera risa.

   Desvié mi mirada indicando el nulo orgullo que tenía de mi idea, pero era necesario contarlo.

   —Yo… Bueno, ahora he estado recordando varios de los días cuando trabajaba en Freddy's, y también recuerdo lo que los adultos, especialmente los adolescentes, solían decir de mí y mi cuerpo; «Yo a este sí me lo cogía», «Mira qué papito», y demás. Si todos ellos llegaron a pensar eso de mí, entonces me surgió la idea de volver a hacer algo que hice con mis ex compañeros de trabajo: volveré a hacer stripper.

[🌼] ------------------- |•| ------------------- [🌼]

La margarita IIWhere stories live. Discover now