Capítulo 4: Halloween

Start from the beginning
                                    

   Mi seguridad de que todo esto que pienso ahora es verídica por la confirmación del Cupcake; él no recuerda del todo mi vida, pero sí recuerda que yo tenía algo con Bonnie y con nadie más. Confío en él, a pesar de la actitud de mierda que a veces suele tener, en el fondo me doy cuenta que, efectivamente, está aquí conmigo para ayudarme. Quiero decir, él solo es un cupcake, es tan pequeño que podría salir de aquí sin ser visto. Tampoco necesita tanta ropa para soportar el frío del exterior, hasta con mi misma bufanda negra bastaría para cubrirlo todo y más. Pero de cualquier forma agradezco que esté aquí para apoyarme, así como lo hace Mangle.

   He notado que los Poutines no han sido tan buenos para mí después de todo, o sea, su sabor es increíble y es difícil resistirse a un plato de estos con su salsa gravy. Como lo único que puedo hacer es estar sentado y acostado en este lugar he notado que he subido un poco de peso; puedo notarlo en mi abdomen y un poco en mis brazos. Le preguntaré a Mangle si existe alguna forma en que pueda mantenerme en forma, realmente no puedo aceptar el hecho de comenzar a ver mis brazos más grandes y aguados como gelatinas. Nunca he sido tan grande y gordo, pero al menos he visto que los humanos que son así no suelen disfrutar quienes son, y también tienen dificultades para moverse y respirar bien. No quiero llegar a eso, yo debo mantener este buen cuerpo de oso (no gordo).

   Quedan quince minutos antes de que el restaurante cierre, supongo que volveré a escribir de mí y esas cosas mañana en la mañana. Si trae más Poutines tendré que aceptarlos, pero serán los últimos, lo prometo.

Freddy


   Cuando cerré el cuaderno con portada negra vi que el Cupcake vino aquí atrás a mi cama.

   —Oh no, ¿otra vez estás como nena escribiendo en tu diario? —se rió.

   —Oye, esto me ayuda a poder recordar todo acerca de mí —dije alzándome de hombros—, que te parezca otra cosa es problema tuyo.

   —Tranquilo, Fredo, sólo te estaba chingando un rato. No sé tú, pero este lugar a veces se pone tan tedioso.

   —Sí, más con un Cupcake rondando por aquí —susurré para mí mismo.

   —Escuché eso, gordo. —Sacó un cigarrillo y comenzó a fumar.

   ¡Oh mierda! ¡No puedo aceptar que me llamen gordo! Esto es todavía peor que cuando no recordaba nada. Me sentí bastante apenado y solo desvié mi mirada y fruncí mis labios. En ese momento Mangle había entrado al cuarto.

   —Ya llegó San Mangle a hacernos compañía —dijo el Cupcake, así como brincó hasta estar con ella.

   —Bonsoir, mon petit. —Mangle lo recogió del suelo y le dio un beso.

   —Oye, Mangle, hoy tardaste un poco más en llegar.

   —Oh sí, es que estaba tratando de enviar todas las invitaciones a los demás restaurantes —decía mientras se quitaba las prendas para el frío extremo—, ¿sabes? Si no le envío la dirección a los demás nadie sabrá cómo llegar.

   —¿De qué hablas? —Una vez más me quedé aturdido de nuevas cosas ocurriendo.

   —Oh, pardonne-moi, olvidé una vez más que tú no sabías de esto; estos días he estado muy olvidadiza. —Rió suavemente.

   —¿Qué pasa? ¿A quiénes invitaste?

   —Deja te cuento mientras tomamos algo.

   No podía dejar que me diera más bebidas azucaradas para aumentar mi barriga.

   —¡No! ¡Espera! —Ella se detuvo bruscamente y me miró fijo a los ojos—. Es que… como no hago el mismo esfuerzo físico de antes he notado que me estoy poniendo más gordo. ¿No tendrás algo que sea bajo en calorías?

   —¡Claro, Freddy! Debiste haberme dicho antes para evitarnos esos kilos de más, ¿no? —Sacó de la nevera una botella con agua mineral y me la pasó—. Espero que esa te guste.

   —¡Mucho, gracias!

   ¡Perfecto! Después de eso caminó hasta estar a un lado de una televisión en una esquina del cuarto.

   —Mira, al menos en este restaurante nosotros celebramos Halloween. El restaurante siempre cierra temprano los días festivos, así que después de las cinco de la tarde tenemos todo el restaurante solo. Pude enterarme por los trabajadores de una supuesta fiesta en el restaurante, exclusivamente llena de animatrónicos de otros lugares. Primero eso me sonó muy raro, mais ¿quién soy yo para cambiar lo que pensaban? Entonces mi primer Halloween esperé hasta la noche y, efectivamente, muchos animatrónicos de otros restaurantes venían aquí a celebrar por una noche, después se irían y aquí no paso nada, mon amie —Le dio un buen sorbo a su cerveza—. Y ahora he estado invitando a más chicos y chicas, pero tengo que mandarles la dirección para que no se pierdan. ¿Sabes? Esta zona se ha urbanizado como en un abrir y cerrar de ojos, es más difícil moverse por aquí.

   —¿Y cómo es que los humanos no los ven?

   El hecho de saber que muchos animatrónicos se mueven por las calles me pareció absurdo. Ella se alzó de hombros.

   —Ellos tendrán sus maneras, el chiste es que lleguen aquí.

   Bueno… todavía sonaba bastante raro para mí, pero esa podría ser una gran oportunidad para conocer a más animatrónicos y poder convivir con alguien más que solo este Cupcake amargado.

   —Pues la idea no suena tan mala —dije desviando mi mirada.

   —¿Verdad? Si quieres puedo ayudarte ahora a planear tu disfraz, podría hacerte un…

   De pronto escuchamos un camión estacionándose al lado del restaurante, casi rozando las paredes de este, haciendo que la estructura se estremeciera un poco.

   —Oigan, no mamen, pues ¿qué comieron para que temblara el lugar? —gritó el Cupcake desde la cama.

   —¿Qué es eso? —le pregunté a Mangle.

   —No lo sé —su actitud se volvió bastante seria y fría—, nunca vienen en camión a esta hora. Acompáñame.

[🌼] ------------------- |•| ------------------- [🌼]

La margarita IIWhere stories live. Discover now