La guerra: Cautivo

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Castor asintió, mirando al frente como un soldado.

-Buen chico.- Greyback acarició su mejilla llena de cicatrices. -Aún es hermoso, ¿eh Remus?-

Remus no dijo nada y miró hacia otro lado, disgustado.

-Y pensé que eras un conocedor de la belleza-. Greyback gruñó con fingida decepción. -Por eso te envié a mis hijos más adorables-.

Livia dio un escalofrío de placer ante eso, moviendo la cabeza con orgullo.

Castor extendió la ropa de Remus y él la tomó, vistiéndose con cuidado. Buscó en el bolsillo de sus jeans su varita, pero no estaba allí.

-Ah-, gruñó Greyback, -¿Buscando esto?-

Sacó el palo largo y delgado de su propia túnica salpicada de barro. Remus sintió un horrible giro de añoranza por ello. -Me temo que no permitimos estos tontos juguetes humanos-. Greyback sonrió. Tomó la varita de Remus con ambas manos y la rompio en dos.

Remus tuvo que luchar para no gritar. Esa había sido la varita de Lyall . De hecho, había sido lo único que Lyall le había dado a Remus que no fuera completamente inútil. Se mordió el interior de la mejilla con fuerza.

Greyback le entregó los fragmentos de varita a Livia, quien los giró alegremente entre sus dedos como bastones. Remus levantó la barbilla, desafiante,

-¿Que quieres de mi?-

-Quiero lo que siempre he querido, cachorro,- Greyback se acercó, para que Remus pudiera oler su aliento agrio, sus narices a solo unos centímetros de distancia, -Quiero cuidarte.-

Extendió la mano para poner una mano en el hombro de Remus, y le tomó cada gramo de voluntad a Remus no retroceder o agacharse. Los largos dedos de Greyback lo apretaron de una manera paternal, pero un poco demasiado cerca de su garganta para su comodidad.

-He venido a unirme a ti-, suspiró Remus, luchando por mantener los nervios.

Greyback echó la cabeza hacia atrás y se rió. Fue una risa ronca y jadeante desde lo más profundo de su pecho.

-Eso es lo que me dicen mis hijos. Remus Lupin se ha unido a nosotros, dicen, ha abandonado el mundo humano ... Pero me pregunto ... -Se lamió los labios, mirando a Remus de arriba abajo con lascivia,- Me pregunto si Remus Lupin realmente ha cambiado sus caminos ... -

-Estoy aquí, ¿no?- Remus protestó, -He pasado tres lunas con ...-

-¿Y dónde estabas entre las lunas?- Greyback desafió. Olió el aire entre ellos.- Apestas a humanidad.

Con eso, soltó el hombro de Remus, empujándolo hacia atrás, con fuerza. Remus golpeó el suelo de piedra con un ruido sordo, un grito ahogado de sorpresa y dolor cuando su espalda se sacudió. Greyback se alejó, su manada se dividió para dejarlo pasar.

—Castor, Livia —gruñó—, cuiden de nuestro invitado. Veamos si podemos arrancarle algo de esa humanidad -.

Remus se puso de pie rígidamente y fue a perseguir a Greyback, pero Livia y Gaius lo bloquearon con sus cuerpos. Por encima de sus hombros, vio a Greyback salir de la iglesia a través de un arco abierto y desaparecer en el follaje verde brillante más allá.

Solo y sin varita, Remus se alejó de los demás con cautela. Se preguntó si podría aparecer, pero no se atrevió, y después de todo, ¿seguramente esta era la misión? Había logrado lo que se había propuesto; estaba en la manada de Greyback. Haciendo a un lado cualquier pensamiento sobre su hogar o sus amigos, Remus enfrentó a sus captores. Ahora era el momento de ser valiente.

All the young dudes (traducida)Where stories live. Discover now