CAPITULO 1

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Alex

Cómo sería mi vida de no haber llegado aquí... Talvez estaría comiendo basura en la calle o muerto en algún callejón, esperando a que mi cuerpo fuese encontrado por algún vecino chismoso. Gracias al cielo alguien se apiadó de mí, y digamos que es a un precio razonable.

—¿Estás bien muchacho? — pregunto aquel buen hombre, quien me recogió de la calle para llevarme consigo.

— sí... — me abracé a mí mismo debido a mi ligera y húmeda ropa — solo tengo un poco de frío.

Estaba un poco nervioso, digamos que nunca he Sido realmente listo y digamos que esto es lo más inteligente que he hecho en mi vida, aceptar que un extraño me acogiera en su casa a cambio de una tontería.

El hombre detuvo el auto frente a su casa, que más bien era una mini mansión que parecía un poco desgastada y que si la ponías en un barrio normal, simplemente se vería como una casa a la que le hicieron extensiones.

— baja, a mis hijos les caerás bien — al salir del coche el hombre me dio su abrigo, me tomo de los hombros en un abrazo para empujarme dentro de la casa.

— espere ... — el hombre se detuvo y me miró a los ojos interrogantes — no sé su nombre, cree poder decírmelo ... ¿Por favor? — me dio una sonrisa bastante grande y respondió ligero.

— me llamo Dereck Blackwell — se paró frente a mí con las manos en la cintura — y ahora que lo pienso, yo tampoco sé tu nombre —

— me llamo Alex — volvió a tomarme en un abrazo y nos adentramos en su casa.

Era un lugar caliente y que a pesar de que por fuera se veía desgastado, por dentro era totalmente diferente, en realidad me gustaba mucho más por dentro. Me llevo a su sala y esperé de por a qué él llamará a sus hijos, está era una parte que estuve temiendo todo el camino.

—¡Chicos! — grito Dereck a las escaleras — ¡Vengan, tengo que presentarles a alguien!

Ok, ya estamos fuera de contexto, después de que mi padre fuera a prisión por lavado de dinero, mi madre y yo nos quedamos completamente solos ...

Con el tiempo sus parejas se hicieron recurrentes y la última ase unos tres meses que me echo de casa; como mi madre no dijo nada me tuve que aguantar a dormir fuera y conseguir comida por mí mismo durante todo ese tiempo. Hasta que hace tres días un hombre que caminaba fuera de un bar, me dijo que si quería dejar de pedir dinero en la calle e ir con él. Obviamente, cómo todo chico de 18 años solo, con frío y con hambre; que tenía a un probable borracho frente a él... Le dije que no.

Pero el hombre me insistió y dijo que si lo pensaba mejor le llamara, de esta forma me dio una tarjeta la cual guardé en mi bolsillo y me despedí del sujeto. Creí que podía aguantar yo solo todo lo que viniera y sin ayuda de nadie.

Bueno pues mi orgullo duró solamente tres días, por qué tenía hambre, frío y estaba mojado gracias a qué una enorme lluvia comenzó a caer. Lo llamé con unas cuantas monedas que había obtenido pidiendo limosna en la calle. Creí que aquel hombre solo estaba borracho y que muy probablemente no se acordaría pero ni un poco de mí, pero me equivoqué. Llamé y apenas escucho mi vos me reconoció; le dije el lugar en donde me encontraba y él fue por mí, sin dudarlo un segundo me subió a su coche y me ofreció café caliente que había comprado antes de llegar conmigo.

Bien la cosa era simple, el trato era que yo le sería la madre y ama de casa para sus hijos y una esposa para él, ¿Por qué? Si, yo también se lo pregunté, la razón era por qué él es gay, y su esposa lo abandonó dejándolo con sus cuatro hijos; necesitaba una pareja y para el yo sería la mejor propuesta, dijo que ya me había visto antes, que le parecía hermoso y quién sabe que sarta de tonterías más. Decidí aceptar por qué además de un techo donde vivir, ropa limpia y comida, podría regresar a la escuela; lo único malo y que fue algo en lo que jamás me había puesto a pensar. Fue en que, si yo seré su esposa, él será mi esposo y sinceramente la fase romántica de la luna de miel no me caía para nada bien en la cabeza.

sustituto [bl]Where stories live. Discover now