Capítulo 36. No te quiero fuera de mi vida

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—¿ya estás lista? — Gritó la señora Fonte viendo su reloj un poco nerviosa-

—sí, ya bajo— Contestó Kim sentada sobre su maleta para cerrarla, soltó un suspiro victorioso al lograrlo y la bajo de la cama con el resto.

Tenía planeado llevarse la mayor parte de sus cosas ahora y después volver por lo demás, por lo que le había costado meter todo lo que quería llevarse en dos maletas grandes y una pequeña.

Tomó las maletas y las arrastró hacia la salida de su habitación, donde se detuvo para darle un rápido vistazo y luego salir al pasillo donde su primo y su hermano la esperaban para ayudarla con las maletas, conscientes de que ella sola no podría, le quitaron las grandes.

—Gracias— Les dijo ella con una sonrisa bajando las escaleras.

Sus tíos y su prima la esperaban abajo para despedirse, al igual que sus padres que estaban un poco nerviosos de no llegar a tiempo y que su hija perdiera el vuelo.

—Te cuidas— Le repetían sus tíos cuando la abrazaron.  —Mucho éxito en tus trámites de ingreso a la universidad—

—Oye Kim— Le llamó su prima algo tímida, viendo sus zapatos nerviosa. —Se supone que te lo íbamos a dar después, cuando de fueras de verdad pero ten—

Le entregó un rectángulo envuelto en papel color naranja brillante con una cinta amarrada en un pulcro moño púrpura.

—Es de parte de ambos— le explicó Leo rascándose la nuca. —Guárdalo y lo abres en el avión o cuando llegues a tu nuevo departamento—

—Gracias— Les contestó chica con una enorme sonrisa, metiendo el paquete a su enrome bolso de mano.  —Lo veré en el avión—

Le dio un fuerte abrazo a cada uno. Se había encariñado mucho con sus primos, Leo siempre había estado para ella sonriendo y dispuesto ayudar; Y Claire, aunque empezaron mal se había vuelto un gran apoyo para ella en su asunto de Beck y Román.

—Buen viaje señorita Kim—  Se despidió Mercedes sonriendo.

—Gracias— Contestó ella sonriendo.

Mientras se estaba despidiendo, su hermano aprovechó para meter el equipaje en el coche por lo que apenas terminó la chica ya estaban listos para irse. Kim se subió a la parte de atrás con su hermano y sus padres iban adelante.

Se despidió con la mano una última vez antes de que el auto dejara atrás la casa y a todos sus inquilinos.

—Me llamas cuando llegues—  Repetía su madre.  —No importa si es muy tarde, quiero que me llames—

Kim dijo que sí como por décima vez mientras miraba por la ventana con cierta pesadez, una parte de ella sentía que estaba huyendo de sus problemas por lo que se trataba de convencer de que cuando volviera arreglaría las cosas, todas.

Llegaron al aeropuerto y fueron a documentar las maletas, James y Kim no decían nada, sólo iban caminando lado a lado.

—Sabes que la oferta sigue vigente ¿cierto? —  Preguntó de pronto Kim

—¿Qué?— Su hermano la volteo a ver.

—Si te quieres venir conmigo, aún puedes hacerlo— Contestó sonriéndole con cariño. —Cuando vuelva por Hope te poder venir con nosotras—

—Gracias pero me gusta aquí, supongo que acabaré la escuela y luego veré si me voy a Japón contigo o no sé— Leo se encogió de hombros.

—Cuando quieras eres bienvenido—

—Gracias— Repitió James sonriendo a su hermana, vaya que la iba a extrañar.

Ninguno de los dos dijo nada más y Kim se fue a ayudar con la documentación de las maletas, las cuales estuvieron al límite de pasarse de peso.

¡¡BICHO RARO!!Where stories live. Discover now