Capitulo 30. Un corazón roto

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-enserio lo lamento- dijo como por milésima vez Kim al concluir su historia de lo que había pasado con Román, tan solo el día anterior. Se sentía como si hubieran pasado semanas desde esa tarde, ¿cómo paso de ser tan feliz a sentirse tan miserable en tan poco tiempo?

Beck ya no la abrazaba, sólo la miraba furioso con los labios apretados formando una fina línea y los puños cerrados fuertemente volviéndose blancos ya que la sangre no llegaba a pasar por sus venas.

-¿Beck lo siento?- dijo la chica con lágrimas en los ojos, lágrimas que ya no convencían al chico. Se sentía traicionado.

Un completo idiota que pasó toda la noche preocupado por lo que había pasado con Dominique, que en realidad no había sido nada, mientras Kim estaba muy acaramelada con Román.

-Beck ¿estás enojado conmigo?- preguntó tontamente Kim viendo al chico que asintió una vez fulminando a la chica con la mirada.

Pregunta estúpida.

-¿me odias?- preguntó con miedo la chica.

El rubio se tardó en responder, se sentía usado y como un completo imbécil. Era posiblemente la primera vez que enserio se había enamorado y lo había engañado. Pero no la odiaba, aunque quisiera hacerlo  no podía.

La chica se permitió volver a respirar cuando el chico negó con la cabeza una sola vez.

-¿quieres estar sólo?- el chico asintió. 

La morena trato de tocar el rostro del chico con el dedo pero este huyó del tacto amparándose con rudeza.

-te amo- dijo ella aún con lágrimas en los ojos mientras se paraba.

Se alejó del chico caminando lentamente, él la vio marcharse y no emitió sonido alguno ni cuando desapareció dentro del edificio donde le tocaba clase.

Se quedó ahí callado pensando, su mente martillaba. Una vez Román le había dicho que Kim lo quería y él se había burlado de él. ¿Por qué? tal vez porque nunca la creyó capaz de engañarlo, o sólo porque no quería creerlo.

-el amor es una mierda- se quejó el rubio bufando frustrado.

Quería desquitar su furia en alguien, pero no en cualquiera sino en la persona correcta: ese maldito moreno que paraba de meterse en su vida-

Y tal como si lo hubiera llamado apareció frente él. El muy idiota caminaba con tranquilidad por la escuela, riendo y con una maldita sonrisa burlona en la cara.

Ni siquiera lo pensó, cuando lo tuvo enfrente se lanzó contra él. A golpes le borraría la estúpida sonrisa. Si él se sentía como una basura, mínimo haría que Román también se sintiera así.

Gracias al factor sorpresa, logró derribarlo con facilidad quedando sentado sobre el pecho del moreno, donde le propinó un par de puñetazos directos en la boca y nariz.

Román tardó un minuto en reaccionar, como pudo detuvo los golpes con los brazos. Aunque ya era un poco tarde pues sentía un líquido salir de su nariz.

-¿cuál es tu maldito problema?- gritó el morocho furioso. Ni siquiera imaginaba que el chico supiera lo que había pasado apenas el día anterior con su novia.

-¡eres un desgraciado!- le contestó el rubio casi escupiendo las palabras. -no te acerques a mi novia-  en ese momento Román lo entendió todo.

-te juró que no le puse una pistola en la cabeza para que me besara- se burló Román, una burla le costó otro golpe de lleno en la nariz.

Más sangre comenzó a salir a borbotones, provocando que se mancharan las manos del rubio. 

Román no espero un golpe más, y con los puños cerrados se lanzó hacia el chico sobre el tirándolo y abriéndole el labio de un puñetazo.

¡¡BICHO RARO!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora