capitulo 15. Te gusta que te traten mal

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-señorita la buscan- interrumpió Mercedes los pensamientos de Kim.

-oh gracias… ¿le puedes decir que suba?- pregunto, la señora asintió y desapareció.

Minutos después la puerta se volvió a abrir, Kim pensó que era su amiga pelirroja, pero se equivoco era un hombre...

-hola hermosa- dijo el rubio recargado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados al pecho y la mirada puesta en la chica.

-Beck… hola pasa- dijo ella confundida .El rubio le hizo caso y entro, cerrando la puerta tras el. Se sentó en la orilla de la cama, sin despegar su vista en la chica.   -¿Qué haces aquí?-

-es que ayer, no se, estabas como deprimida… y quería saber si estabas bien- confeso el

-si, estoy bien. No es nada importante- mintió ella después de suspirar,  sabía que lo había engañado pero rezó por que al menos lo dejara pasar.

-no te creo- golpeo la cama junto a él con suavidad, invitando a Kim a sentarse junto a él. Ella lo hizo y quedaron frente a frente,  mirándose a los ojos.

-ya no quiero estar aquí-  confeso ella

-¿entonces donde quieres estar?-

-en Japón, donde la gente si me acepta como soy- dijo con la cabeza gacha mirándose los pies  -estoy harta de que me miren como si fue animal de circo y susurren cosas a mis espaldas, ya que no tienen el valor de decirme lo en la cara-

Beck se bajo de la cama y se hico frente a ella, quedando a la misma altura. Tomó entre sus manos la cara de Kim y la obligo a verlo. Quedaron a centímetros del otro, respirando el aliento del otro.

-linda yo te aceptó así…- dijo señalando una foto que tenía en su mesita de noche, donde aparecía ella con sus amigas, en su último día de compras en Japón, el día que se enteró que se mudaría.  –y te quiero tal y como eres- confeso.  –si a la gente no le gustas, es su problema no tuyo-

-gracias Beck-

Ambos se pusieron de pie y Kim se lanzó a los brazos de Beck. Después de se separaron, quedaron frente a frente. Beck alzó una mano la puso en la mejilla de la chica, mientras la acariciaba, tenía la vista fija en los labios de la chica.

Kim, pasó su lengua entre sus labios y de un impulso  estampó sus labios en los de Beck, quien al instante le devolvió el beso. Sus labios se movían acompasados pero aun así, no se semejaba en nada al que Román le dio tan solo una noche anterior. Ese beso fue tierno y dulce, mientras este era más bien rudo, fuerte y desesperado. Como si a ambos les urgiera sentir sus labios en los del otro.

Kim enredó sus dedos en los cabellos rubios de su nuca, mientras el puso sus manos alrededor de las caderas de Kim y la pegó lo más que pudo a su cuerpo.

El beso fue cobrando intensidad, ninguno de los dos se quería separar, necesitaban  de ese beso, de ese contacto. Lentamente Beck bajo sus manos hasta los muslos desnudos de Kim y la cargó con demasiada facilidad. La tiró a la cama y con sumo cuidado  se acostó sobre, ella procurando de poner su peso del todo.

Beck, recorría las piernas sus morenas piernas, dibujando con la yema de los dedos en ellas.  Y sonreía  triunfal cada vez que la sentía retorcerse bajo el.

Se separaron gracias a la necesidad de respirar, Beck bajo sus labios hasta el cuello de Kim y le daba besos pequeños.

-Beck...- dijo con la voz entrecortada y agitada, pero el la interrumpió volviéndola a dejar. Kim se separó de sus labios… -Beck, espera-  dijo rosando ligeramente sus labios.

¡¡BICHO RARO!!Where stories live. Discover now