Capitulo 25. Ya no se sentía él

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-adiós- dijo como por quinta vez el rubio volviendo a capturar los labios de su novia en un corto pero dulce  beso, no entendía porque pero quería quedarse así por siempre, con ella.

-te quiero, pero debes irte- dijo la morena sobre su boca.

El taxista que estaba esperando a Beck desde hace un buen rato toco desesperado el claxon con el fin de que la parejita que estaba en la entrada de la casa se separara y así poderse ir.

Un par de minutos después se dieron su último beso, y se alejaron. Beck se acomodó en la parte de atrás del auto amarillo, mientras Kim se despedía de él con movimientos de la mano.

-buenas tardes-  saludo al taxista, un hombre de más de 50 años con un gran bigote castaño al igual que su poco pelo y de voluminosa barriga.

-¿A dónde?- le contesto un poco irritado, posiblemente por todo lo que tuvo que esperar.

-al Hardest motors, por favor- el señor asintió y se puso en marcha.  –perdón por hacerlo esperar tanto tiempo, pero es que…- un suspiro se escapó de entre sus labios. Miro hacia la ventana vio como dejaba la casa con su chica atrás.

-no se preocupe, amor joven lo entiendo- dijo el taxista con una sonrisa cómplice, como si recordara las tonterías y locuras que hizo por una chica cuando tenía más o menos la edad de su pasajero.

-gracias-

-se ve que la quiere mucho- buscó tema de conversación.

-no la quiero, la amo- dijo el rubio seguro de sí mismo.

-esas son palabras muy serias que no se pueden decir a la ligera. Querer es una cosa pero amar es más serio. Es buscar el bien de esa persona antes que el tuyo-le contesto el bigotón como si de un regaño se tratase.

-haría todo por ella-

-¿hasta aceptar que ella fuera feliz aunque eso implique que tu no lo seas?-

-creo que no entiendo-

-¿estarías dispuesto a verla con alguien más, solo porque eso la hace feliz?-

-nunca he creído en eso de si amas algo déjalo ir y si vuelve es tuyo, o como sea…-

-¿Por qué no? Eso hice con una chica hace muchos años-

-¿y que paso?- pregunto curioso el rubio.

-nos casamos y tuvimos dos hijos,  Joshua y Cameron. Creo que después de todo si era mía- sonrió con dulzura sin apartar los ojos del camino.

-bueno tal vez con usted haya funcionado, pero no conmigo- dijo algo serio.  –si esa persona me ama no se iría, no me abandonaría.-

-tiene una manera de pensar muy rara, joven- dijo el taxista riendo. –Ya llegamos- se estaciono frente a un taller que presumía en grandes letras rojas “Hardest Motors”.

-¿Cuánto es?-

-30- el rubio pagó con varias monedas y se bajó del auto, que rápidamente se alejó  por la calle principal.

Se metió al taller donde un chico de unos 20 años, vestido de overol gris un poco sucio y con el cabello anaranjado recogido en una coleta se le acercó, limpiándose la grasa de auto de las manos.

-Beck, hermano ¿Qué tal?- ambos estrecharon una mano.

-nada Facu, vine a ver como esta mi bebé- dijo el rubio estrechándole la mano.

-Dominique está trabajando con ella- le contesto Facundo señalando al final del taller donde se encontraba su amada motocicleta negra.

Beck se despidió del pelirrojo y fue al final del taller donde su “bebé” estaba siendo reparada después del accidente que tuvo tiempo atrás con Claire, solo en ese momento se dio cuenta que después del choque casi no la había visto y mucho menos hablado con ella.

-¿Cómo está mi bebé?- pregunto a quien trabajaba en su moto, la tal Dominique.

Una chica alta pero de complexión delgada lo miró con una sonrisa, usaba un overol igual al de Facundo pero mucho más limpio y ceñido al cuerpo, su cabello era corto y color chocolate, sus ojos castaños y su piel bronceada.

-bien, ya recibimos todas las piezas… en un par de días podrás llevártela- le contesto sonriendo.

-gracias ¿tú eres Dominique?-

-Si ¿y tú eres?-

-Beck- la chica le dio un beso en la mejilla.

-mucho gusto- después solo se alejó para seguir con su trabajo.

Dominique no parecía ser la típica chica, pero es que a decir verdad ¿a cuantas chicas lindas les gustan los autos o saben de ellos? Muy pocas y tal vez  fue eso lo que le atrajo a Beck. Pero no él tenía novia y la quería demasiado como para serle infiel, Kim no era como las demás, si le importaba lastimarla y por eso nunca lo haría.

Beck volvió con su pelirrojo amigo para tratar con él todos los asuntos relacionados con su motocicleta, no quería estar cerca de la morena, no quería nada con ella pero eso no significaba que no se sentiría extraño con ella cerca.

-¿entonces cuánto te debo?-

-solo 1000, pero me los pagas cuando te entregue tu bebé- le dijo el pelirrojo sonriendo, se estrecharon la mano y Beck abandonó el taller.

Caminaba con las manos dentro de las bolsas de su pantalón y miraba el piso en bajo sus pies, había dado un cambio de 360°, meses atrás habría invitado a salir a Dominique y no habría aceptado un no como respuesta, también hubiera coqueteado con esas dos chicas que la acaba de pasar de largo y lo miraron con interés. Ya no se sentía él, pues él nunca diría tanta cursileria ni diría "te amo", ya que el Beck de siempre nunca se enamoraría.  No era que se quejara ni mucho menos pues sabía que ese cambio lo había hecho por una persona que valía la pena es solo que se sentía… extraño.

Se encontró frente a él, estaba más que ebrio ya que se tambaleaba al caminar y tropezaba con sus propios pies, las personas lo evitaban al pasar junto a él y lo miraban con reproche mientras susurraban cosas como “tan joven y ya se arruino la vida” o “qué bueno que no es mi hijo, que decepción” .

Por un momento lo dudó pero era mejor que eso por lo que se acercó al moreno de ojos oscuros.

-vamos Román te llevó a tu casa- dijo pasando el brazo del moreno sobre su hombro para ayudarlo a caminar.

-tú me odias, no me ayudarías- dijo el moreno entre hipos con peste a alcohol.

-no te odio, pero entiende que me quieres bajar a mi novia no es como que podamos ser los mejores amigos- ambos se rieron.

-ten las llaves de mi auto, solo no lo choques como tu moto- dijo el borracho entregándole sus llaves.

El rubio lo ayudo a llegar hasta su auto y lo subió al asiento delantero, después de acomodo en el asiento atrás el volante, y sonrió con excitación cuando escucho el rugido el motor del auto que volvía a la vida al girar la llave.

-no te quiero bajar a tu novia, pero ella me quiere a mí- dijo de pronto el moreno aun sin poder articular bien las palabras.

-como digas- no le hizo mucho caso tomando en cuenta el estado del chico.

-es cierto- Román metió la mano a la bolsa de su pantalón y sacó un pequeño pedazo de papel arrugado.  –Mira-

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hola!!

en fin ya saben lo de siempre... perdón por tardarme tanto en publicar se que soy horrible por eso y que tienen todo el derecho del mundo a odiarme.

Pero en fin aqui esta un nuevo capitulo y prometo subir otro pronto, esta vez si lo voy a cumplir.

Se les quiere un montón.

Monster... bueno esta bien Anna

Una cosita más, ya quedan pocos capitulos de esta novela (si ya pronto acabara) y quería saber a ustedes con quien preferirian que se quedara Kim: con Beck, con Roman o sola (tambien es posible)

¡¡BICHO RARO!!Where stories live. Discover now