capitulo 13. el sueño

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Abrió los ojos lentamente y ya no estaba en su habitación, ni llevaba su pijama. Estaba en una especie de laberinto donde las paredes estaban hechas con arbustos con pequeñas rosas rojas y lucesitas, que apenas iluminaban el camino, ya que el cielo era nocturno pero sin estrellas ni luna.

Se sentía como Alicia en el país de las maravillas, en un cuento. No se alcanzaba a ver muy bien, por lo que pasó sus manos por su atuendo. Era una especie de vestido con corset con piedrecitas y una falda como de bailarina de ballet muy larga y suave. Con cuidado se puso de pie y noto que llevaba tacones.

Miro a su alrededor y comenzó a caminar, que mas daba sí se perdía sólo era un sueño, desperteria y ya.

Escucho una ligera música lenta y calmada, como un vals. Instintivamente se dirigió hacia donde provenía la música, era como sí conociera el camino y ya hubiera estado ahí.

Camino entre pasillos que aparecían iguales, hasta que llegó a un claro de forma redonda. Delimitado por los mismos arbustos con rosas, sólo que había mas luces, las suficientes para iluminar todo el lugar. Al parecer era el centro del laberinto y tenía varias salidas. En el centro del claro había una pequeña fuente. Sintio un dejavu al verlo pero no sabía por que.

Kim entró y aprovechó la luz extra para ver su vestido, era completamente blanco y largo, por lo que no pudo ver sus tacones, las piedritas en el corset brillaban con las luces y no pudo evitar tocalas...

Pero algo no estaba bien, su mano, esa piel no era del color que debería, no era color canela, sino que era palida, mucho mas palida.

Kim corrió a la fuente, cuando llegó se asomo y vio su reflejo, sus brazos y su cara eran palidos. Apenas y se notaba el maquillaje y sus labios eran rosaceos. Pero sin duda lo que mas le sorprendió fue su cabello. Peinado en un alto moño, lucía como una nube, una castaña clara.

-está no soy yo- susurro Kim pasando las yemas de sus dedos por sus mejillas y sus labios. Tardó un par de minutos en entenderlo...

Sí era ella, o lo seria de nunca haberse bronceado y pintado de cabello, de no ser ganguro girl. Así luciria sí fuera normal. 

Recordó las palabras de Roman: "ay linda, sí tan sólo fueras normal, todo sería mas fácil".

Una mano fría en su hombro desnudo la saco de sus pensamientos, ella dio la vuelta rápido y cuando lo vio se quedó congelada... Parecía que lo había invocado, pues ahí estaba el, llevaba una camisa blanca, unos pantalones de vestir negros y un chaleco igual, que remarcaba a la perfección sus musculos pecho y brazos. Se veía guapisimo, con esa sonrisa. Una Kim que nunca había visto, una de que encerio estaba feliz de estar ahí con ella, una sonrisa sincera.

-Roman- hablo ella, su voz sonaba dulce y la sonrisa de el se amplio, obligándola a regresarsela.

-bailemos- la tomo de la mano y se alejara un poco de la fuente. Después pasó una mano por su cintura y alzó la otra que seguía entrelazada con la de ella.

Kim que estaba aún aturdida y sobre todo confundida. Poso su mano insegura delicadamente en el hombro del chico, que se empezó a mover con el sonido de la música, llevandola con el. El moreno le regaló otra sincera sonrisa, que relajo a la ahora castaña y le provocó seguridad.

Ambos bailaban tan sincronizados, que parecían hechos para ello. Ella tenía sus ojos claros en los hermosos y oscuros del el. Sentía como sonreia, sólo al ver la sonrisa de el. Llevaban mucho tiempo bailando y seguía la misma canción lenta, pero a ella no le importaba, podía estar así por siempre. No quería despertar. No podía ser mas perfecto hasta que escucho el susurro de su ronca y seductora voz "te amo"... Iba a morir de felicidad pero después de contestar "y yo a ti".

La música fue bajando de tono hasta que se callo, pero eso no evito que siguieran bailando, pues rápidamente fue reemplazada por otra muy parecida.

Kim miro la cara de su acompañante y cerro los ojos, como queriendo guardarla en su memoria por siempre. Cuando los abrió, sus ojos ya no brillaban y su sonrisa había sido reemplazada por un rechinido de dientes y labios apretados.

-¿que sucede cariño?-

-nada. Me tengo que ir- su voz había cambiado también ahora era seca y fría.

-no, quédate un poco mas- ella trato de acercarse pero el se lo impidió.

-no, no quiero ya me voy- esas palabras le rompieron a la chica y derramó un par de lágrimas.

El al notarlo, dudo un poco. Pero término soltando a su pareja y sacudiense la mano que ella mantenía en su hombro. Se dio la media vuelta y se dispuso a irse por una de las muchas salidas.

-quedate, por favor- lo miro con ojos suplicantes

-no, lo siento- le contesto con un tono de voz como cuando hablas de algo que te da igual, fingiendo y lleno de ganas de terminar la platica e irte. Y se adentro al laberinto.

Kim se sentó en la orilla de la fuentecita y escondió su cara en sus manos y sollozo. Alzó la cabeza y miro sus manos morenas, de un perfecto color caramelo, que le había costado su trabajo lograr.

Miro su reflejo de nuevo, su piel era oscura y sus labios blancos, sus ojos estaban deliniados y su cabello era claro y con mechones de colores por todos lados. Entonces por eso se había ido Roman, por que volvió a ser ella, a ser rara.

En ese momento no deseaba otra cosa mas que volver a ser la Kim normal, la bonita y al aparecer la que Roman quería, mas bien amaba.

Volvió a esconder el rostro y llorar, ya no se sentía en Wonderland. ¿En que clase de cuento el príncipe azul negaba a la princesa?  

-ya no llores cariño- le dijo una voz femenina. Alzó la cabeza y la vio sentada junto a ella, la persona que mas envidiaba en ese momento. Era ella, el reflejo que vio al llegar

-pero el no me quiere-

-el nos quiere... Sólo demuestraselo- le dijo el reflejo, Kim no le entendió nada pero antes de que pudiera pedirle una explicación. Despertó.

Estaba en su cama, con su cabello de colores revuelto. Se sentó en la orilla de la cama mientras se repetía "sólo un sueño, no significa nada". Pasó los dedos por su rostro y sintió sus mejillas húmedas, seguro lloro dormida.

Se levanto y se metió a bañar. Cuando salio en bata sólo deseo abrir su armario, tomar unos jeans, una blusa y unas zapatillas, como Claire.

Para su suerte, después de buscar en el fondo encontró unos shorts negros que su madre una vez le regaló y que no solía usar, un tank top naranja que decia "make art not war" en letras verde brillante y unas sandalias negras, que eran de las pocas sin plataforma. Se puso un poco de rimel y pintó sus labios ligeramente de rosa.

Se miro al espejo. El cabello tal vez podría pintarselo, pero la piel como le quitaba el color que le costo muchos meses y ahorros lograr... Detuvo sus pensamientos ¿estaba dispuesta a cambiar por un sueño? ¿Por un chico que no valía la pena?¿por un patan?

En ese momento se sentia tan estupida y deprimida, como queria salir por la calle y caminar encontrando gente vestida como ella, como sus amigas. Incluso algunos chicos con cabellos de colores que le dedicaban una sonrisa amable al verla. Como queria estar en Japon y nunca haberse ido.

-señorita la buscan- le dijo Mercedes que asomo su cabeza

-oh gracias... ¿le puedes decir que suba?- pregunto, la señora asintio y desaparecio.

Minutos despues la puerta se volvio a abrir, Kim penso que era su amiga pelirroja, pero se equivoco era un hombre...

¡¡BICHO RARO!!Where stories live. Discover now