Capitulo cuarenta y cinco

20K 1.7K 95
                                    

Un nuevo mundo

Nalasa se frotó la harina de las manos y se las lavó en una palangana. Los diablillos se fueron corriendo a hornear las hogazas de pan y ella sonrió mientras los veía partir.

- ¿Aún estás así? - le dijo una voz a su espalda.

La joven se dio la vuelta. Araziel la miraba con una ceja alzada y una sombrilla en una de sus bellas manos.

- ¡¿Ya es tan tarde?! - exclamó ella.

- Pues sí - dijo él con una sonrisa.

Nalasa se quitó el delantal rápidamente y se secó las manos con un trapo limpio.

- ¿Cómo estoy? - le preguntó a su marido.

Él se acercó a ella con ojo crítico y la miró de arriba abajo.

- Tienes algo de harina en el rostro.

- ¿Sí? - dijo ella espantada -.Quítamela por favor.

- Con gusto - respondió él.

Colocando uno de sus brazos alrededor de su cintura, la atrajo hacia si y la besó en los labios con pasión. Ella se dejó llevar llena de la misma pasión que la de Araziel y se estuvieron besando durante un tiempo infinito. El sol veraniego brillaba con fuerza en el cielo y pronto ella tuvo que separarse de su marido para tomar un poco de resuello.

- Eres un mentiroso, no tenía nada en la cara - le recriminó con una sonrisa.

- Si que tenías algo. Unos labios que me vuelven loco.

Ella se sonrojó y le cogió la sombrilla.

- ¿No decías que llegábamos tarde?

Araziel asintió y le dio el brazo el cual ella tomó después de abrir la sombrilla.

Ya habían pasado tres meses desde lo sucedido la noche del baile de las flores y a Nalasa aún le costaba creer que su nueva vida fuese real. Araziel la había devuelto a la vida y había descubierto sus poderes de arcángel escondidos en su interior al igual que había logrado convertirse en príncipe del infierno. Pero eso no era lo más difícil de creer. Lo más impresionante de todo aquello era que Araziel, sin quererlo, le había proporcionado parte de sus poderes a Nalasa y ahora ella era algo más que un humano aunque no llegaba a ser un demonio. Poseía algunos poderes demoníacos y angelicales al igual que su larga vida.

Y gracias a ellos podría estar hasta el fin de los tiempos con Araziel.

Al mes siguiente de su resurrección, los dos se casarón y decidieron reconstruir Sanol. Reconstruirían el pueblo y volvería a florecer de nuevo la vida humana allí. Nalasa estaba convencida de ello.

Sintió un cosquilleo en su corazón y se llevó la mano al pecho con una sonrisa. Junto con los poderes, algo más había penetrado en ella. El alma de Fava había pasado a su cuerpo a la vez que el alma de Kimi se quedaba en el cuerpo de Araziel. Ahora, los dos jóvenes podían estar juntos a través de ellos ya que sus almas se habían fundido en sus corazones.

Marduk les esperaba en la puerta de salida del castillo. Estaba inmaculado como siempre y les hizo una inclinación de cabeza.

- ¿Están listos señores? - les preguntó con su autoridad de mayordomo -. Jezebeth y Naamha se han cansado de esperar y se han marchado ya.

Los dos sonrieron antes de asentir y Nalasa cerró la sombrilla mientras Araziel y Marduk hacían aparecer sus alas. Las de Araziel brillaban con un destello dorado.

- ¿Volveremos para la hora de la cena? - le preguntó a su amado.

- Si claro, solo vamos a hacer una visita de cortesía. ¿Lista para ir al infierno?

- Lista.

Araziel emprendió el vuelo con ella en brazos y atravesaron la frontera hacia el infierno. Su nuevo mundo.

El castillo de las almas ( Amante demonio I )Where stories live. Discover now