Inevitable (El juego de Elena #1) [Editada]

Capitulo 12: Golpe bajo

¡Hola! Les quiero pedir que me ayuden con la labor de difundir la historia, no les he pedido nada hasta ahora así que ¡Demosle el apoyo que se merece la historia! Les agradezco de antemano.

En la mañana me desperté con dolor de cabeza, bueno, quizás se debía a la rabieta que había tenido durante gran parte de la noche y de la madrugada ¿por qué? Bueno, digamos que el idiota realmente me había sacado de mis casillas.

Un mensaje en mi celular me avisó que estaba cercana la hora del almuerzo, Regie me había enviado un mensaje para asegurarse de que la salida de hoy iba al final de todo, por supuesto que le confirmé. Una de las cosas que reflexioné durante mi momento de ira era el hecho de que no permitiría que el imbécil se interpusiera en lo que Regie y yo intentamos moldear.

Sí, era bastante raro que yo estuviera admitiendo que Regie y yo estábamos en camino de… de formar una condenada relación ¡oh por Dios! ¡Sí! Estoy perdida pero ¿saben qué? Este chico me hacía sentir bien y viéndolo desde un punto de vista positivo algo bueno saldría de esto.

Abrí el closet y saqué mis mejores jeans y una linda blusa color verde claro que me llegaba hasta los codos pero yo acostumbraba a remangarla, en la zona del busto se formaba una V que dejaba al descubierto parte de mis «atributos» pero yo optaba por colocarme una franelilla blanca para verme más decente y unas sandalias grises.

Fui al baño donde lavé con minuciosidad mi cabello dejándole impregnado el olor a vainilla. Restregué con fuerza mi cuerpo para que oliera bien para Regie, Dios, si mis antiguas amigas escuchaban lo que pensaba estaba segura de que enviarían golpes mentales puesto que esto iba en contra de mi ideología.

« ¡Al diablo la ideología!» Gritó mi parte cursi que pensé haber asesinado luego de mi última experiencia amorosa de la que por supuesto no hablaré.

Fui de vuelta a mi habitación para colocarme todo lo que había sacado. Recogí mi cabello en una cola de caballo alta que me hacía lucir estilizada. Me miré al espejo por unos momentos sintiendo que algo me faltaba, la zona de mi cuello se veía bastante sola así que arrepintiéndome de cada movimiento abrí uno de los cajones de mi mesita de noche de donde saqué el collar que el imbécil me había regalado, era verde y combinaba con mi ropa, por un día que lo usara no me haría daño.

Mi teléfono vibró y yo contesté.

— ¿Sí? —Contesté apoyando el celular entre mi hombro y mi oreja pues tenía mis manos ocupadas en cerrar el ganchillo del collar.

—Ya llegué, espero por ti —Dijo Regie del otro lado de la línea y colgó.

Mi reflejo sonrió de manera tonta emocionado de lo que pasaría, tendría mi segunda cita con Regie y eso era un gran paso que me alejaría de mi ideología pero en este punto parecía que me daba igual.

Metí mi celular en mi bolsillo trasero y salí de la habitación. Bajé las escaleras lo más rápido que pude encontrándome con mi padre en la puerta, tenía los brazos cruzados sobre su rostro y me decía con su mirada un claro «es mejor que me expliques qué está pasando».

—Saldré con un amigo —Respondí a su petición silenciosa.

— ¿El mismo de la otra vez?

— ¡Oh no! ¡Por supuesto que no! —Dije de inmediato, mi estómago se removía al pensar en mí saliendo con el idiota.

—Entonces ¿con quién? —Arqueó una ceja como yo lo hacía.

—Se llama Regie ¿quieres conocerlo? —Le ofrecí con naturalidad.